sábado, 7 de agosto de 2010

Tlatlakouiloa: un uelitiyotl especial

A finales de 1994 hubo una conversación de sobremesa acerca del poder. Me encontraba entre psicólogos, biólogos, pedagogos, economistas e ingenieros. Las preguntas esenciales eran dos: ¿Qué es el poder? y ¿Hasta dónde el poder es poder? Desde luego, dada la diversidad entre el conocimiento de los participantes, la polémica era fuerte, incluso persistía un toque bastante notorio sobre el aspecto político del poder. Esto último a causa de los recientes acontecimientos del Sub Marcos, Salinas, Cárdenas, Colosio, etc.

Según el diccionario, el poder es la facultad o potencia de hacer algo. Desde luego existen muchas variantes sobre esta palabra, según cada una de las áreas. Por ejemplo, el mundo del liderazgo lo define como la capacidad de influir en las personas, mientras que la parte social lo maneja como el reconocimiento de un grupo de individuos sobre ciertas habilidades de una persona para lograr las cosas, que en este último caso, si no hay reconocimiento, no hay poder. Es complicado tener un consenso de lo que realmente es poder, sin embargo todos sobre entendemos de alguna forma de lo que se trata.

Mientras el uelitiyotl puede complicarse, creo que es una relación bidireccional entre al menos dos participantes: el que influye y el que reconoce. Pienso que hablar de manera aislada no se refiere exactamente al uelitiyotl, sino tal vez a otro concepto cercano a lo que es poder. Según mi apreciación, creo que esto contesta la primera pregunta.

No obstante, en toda persona existe una fuerza natural que es mucho más amplia que el poder y que tal vez no todos la puedan expresar con la misma energía; se trata del tlatlakouiloa. Así es, “el carisma es la fuerza divina que se manifiesta en el hombre y en la mujer. El poder sobrenatural que no tenemos que demostrarle a nadie, porque todo el mundo lo ve, incluso los menos sensibles” [*]. Efectivamente, es una capacidad especial de algunas personas para atraer o fascinar. Me parece que el poder llega hasta donde el que reconoce se siente atraído o fascinado por las influencias del otro.

Considero que hablar del poder es muy controversial, aún así he tratado de responder a dos cuestionamientos que yo mismo me he preguntado desde ese entonces. A lo largo de mis diferentes experiencias, me he dado cuenta que el carisma es posiblemente la forma de poder más influyente, aún por arriba de las fuentes que otorgan poder anárquico y/o dictador: sociedad, política y religión.

[*] La bruja de Portobello de Paulo Coelho. Gracias a Ofelia Vázquez.

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