jueves, 16 de enero de 2014

¿Estrés citadino por igual?

En ciudades grandes como la de México, uno se acostumbra a estar atrapado varias horas en medio de la carga vehicular, sobre todo en horas pico y zonas complicadas.

En ciudades pequeñas hay mucha menor tolerancia a la carga vehicular generada por algún tipo de disturbio, ya sea cierre de calle, reparación del asfalto o un simple semáforo que se tarda en cambiar. ¡Y esto hace que ciertas personas ante la desesperación inmediata sean mucho más peligrosas que los cafres de la Ciudad de México!

A lo largo de algunos años y observando este fenómeno, hay ocasiones que pienso en que el estrés acelerado e intempestivo de las ciudades pequeñas, y aunque sea por solo 5 minutos, basta y sobra para equipararlo al de las grandes ciudades. Y tan solo por esos minutos breves el peligro potencial de accidentes se vuelve interesante.

No olvidemos que incluso hay personas que llevan un ritmo de vida excesivamente acelerado y aunque vivan en ciudades pequeñas, se hace un problema. La calidad de vida es cuestionable. No obstante, este ritmo moderno en el que nos desenvolvemos nos atrapa sin darnos cuenta. Y zonas tranquilas tienes riesgos inesperados.

¡Evita el estrés y vive con tranquilidad!

¡Podemos hacerlo mochi!

Si ya te atreves a soñar, entonces sólo cierra los ojos.

Cuando empecemos a reconocer y a percibir
nos daremos cuenta que podemos hacerlo todo
y ser quien queramos.

¡Sólo cree en ti!

miércoles, 8 de enero de 2014

La relajación de políticas de seguridad en bancos

Hablando de actividades de inicio de año, en una visita a uno de los bancos más caros y comunes que existen en México y que fue comprado hace algunos años y conservó su nombre íntegro, me tocó observar que no hacen cumplir las políticas de seguridad, especialmente la de claridad visual de los clientes. ¿A qué me refiero? Veamos.

Se sabe que toda persona que entre a un banco debe quitarse gorra y lentes obscuros, así como evitar el uso de celulares. Pues bien, resulta que en este famoso banco los ejecutivos permiten que los clientes entren con gorra y nadie, absolutamente nadie, les dice que eso no está permitido por políticas de seguridad. Independientemente de que sean clientes ya conocidos y hasta amigos de los ejecutivos, las reglas de seguridad deben hacerse cumplir.

¿Qué está pasando? ¿Por qué este tipo de relajación de políticas? ¿Acaso no hay un supervisor que les llame la atención a los ejecutivos? No está por demás decir que esa sucursal, en mismas palabras de uno de sus ejecutivos, mencionó que ¡ya la habían asaltado tres veces!

He estado en otros bancos y resulta impresionante que teniendo hasta menos gente, los ejecutivos salen a cada rato a hacer valer dichas políticas. Honor a quien honor merece, definitivamente.

martes, 7 de enero de 2014

Reflexiones de un año (y más)

El año nuevo inicia. El famoso puente Guadalupe-Reyes ha concluido y nuevamente todo marcha como siempre. Los proyectos de todo tipo se renuevan y/o continúan. Nuevas experiencias se acumulan en el camino de la vida. Y una pregunta surge: ¿qué tanto has mejorado como ser humano? He allí el detalle.

Inmersos en las actividades cotidianas, solemos perder de vista cosas elementales. A veces creemos que todo marcha bien y nos damos cuenta que no es así. Y sucede lo contrario, pensamos que hay algo mal y obtenemos excelentes resultados. Escudados por mil pretextos, el descuido puede ser enorme en todos los sentidos, pero basta una palabra o una frase para pensar y proyectar una renovación.

Apelando como muchas veces lo hago, el desarrollo humano exige constancia y entrega. Dejar de lado el entrenamiento, trae como consecuencia dar mil pasos atrás y lo peor es que hay que volver a empezar. ¿Cuánto hay que volver a empezar tras un año de abandono? ¡Mucho! Y no es aconsejable bajo ningún pretexto volver a ser un pez, que inmerso en las profundidades de su “agua”, se olvida y hasta desconoce que arriba del agua hay aire.

Retomo aquello de la X-dependencia, es decir, pasar de la dependencia a la independencia y en el mejor de los casos a la inter-dependencia. ¿Diferencias? Dependencia es ser esclavo, no hay decisiones propias. Independencia es tener libertad, decisión propia. Inter-dependencia es saber que uno es independiente pero que junto con alguna otra persona se puede hacer más y mejor. Nos cuesta mucho trabajo dejar de ser dependientes y por increíble que parezca, a veces morimos con grandes lastres de dependencia. Si hemos sido afortunados en ser independientes, ¿lo somos en todos los sentidos? A mayor independencia, mayor libertad y mayor felicidad. Pero no hay que caer en el engaño, ya que a veces pensamos que estamos bien y sucede lo contrario. ¿Has logrado la independencia absoluta? ¡Felicidades, eres de los afortunados que incluso emocionalmente goza de un equilibrio en la vida y en todos los demás sentidos! Y si es así, ¿estás preparado para dar el último paso y entrar en una sinergia donde incluyes a los demás? Si te dices libre y excluyes, sospecho que tienes más dependencia que nada.

A lo largo de un año se comenten errores, pero hay aciertos valiosos. Lo importante es cómo se han superado esos errores y si se ha aprendido a no volver a cometerlos. Así, las experiencias de la vida se siguen incrementando. Ojalá que este nuevo año haya más independencia, ya no digamos una inter-dependencia. Como se dice, ayúdate para que puedas ayudar a los demás. Crece para que puedas hacer crecer a los demás. Y si estás en los albores de la inter-dependencia, ayuda a que otros sean también inter-dependientes.

¡Feliz año nuevo!