lunes, 22 de febrero de 2010

Correos tlakaualis

Indagando en los miles de correos que se van almacenando a lo largo de muchos años, me encontré con casos curiosos que ya no recordaba.

Desempolvé un correo que escribí hace 4 años y que me lo envié a mí mismo. Realmente ya no me acordaba de ese correo, que lleva por título: “Hoy la vi...”. Aunque estuve tratando de recordar una y otra vez, no pude identificar a la persona que describo, lo cual me obliga a pensar en un simple lapsus memoriae (dado que tampoco garantizo acordarme en el futuro).

En otro correo, aparece la descripción de una plantilla para anteproyectos con la idea de crear nuevas empresas. Lo sobresaliente es que se consideró el riesgo y la mercadotecnia, algo que a veces se deja de lado. ¿En qué momento se quedó abandonado el proyecto que dio origen a la platilla? Creo que la inercia de mis actividades nos llevó a dejar todo en papel.

Descubrí que tengo correos que piden un simple “hola” y que al no contestar en un tiempo razonable se convierten en gritos que solicitan atención inmediata. Esto me llevó a reflexionar que aunque estamos conectados todo el día y todos los días, dejamos pasar cosas que son importantes entre nuestros contactos. Es increíble que hasta electrónicamente abandonamos a nuestros familiares y amigos.

También me encontré con un correo misterioso, de aquellos que la gente escribe de forma peculiar y generan una atmósfera de desconfianza, pero que al ver de quién se trata todo se vuelve totalmente confiable y finalmente causa risa. Lo interesante es que este correo desencadenó un sin número de alegrías y bienestares personales que hasta la fecha mantienen una excelente amistad.

En otro correo apareció una participación que hice en un foro internacional sobre emociones personales, ruptura, realización y temas relacionados. A partir de ese comentario me solicitaron participar activamente. Nunca lo hice. Creo que, tal vez, la razón esencial es que prefiero ayudar a la gente en persona y retroalimentarme de forma inmediata. ¡Esa es una razón de ser!

Estos son solo algunos casos del baúl de los correos olvidados...

sábado, 20 de febrero de 2010

Las pausas en la yolistli

Con el paso del tiempo, se van concretando ciertas cosas que uno busca. En ese proceso, uno se desprende de otras cosas más, no solo por concentrarse en lograr la meta, sino por que el medio también influye. Sorpresivamente, aparecen ciertas personas que motivan a buscar y retomar justo ese instante en donde se hizo una larga pausa, y es cuando uno se pregunta ¿Qué hice en todo este tiempo? ¿Cómo pude dejar las cosas guardadas solo en un recuerdo? La realidad es que no podemos hacer todo a la vez y tenemos que priorizar. Pero siempre podemos volver a oprimir el botón de “reproducir” y continuar donde nos quedamos.

El regreso a los “escenarios”, cualquiera que sea el caso o la situación, es bastante confortable. Y no se diga si hasta la energía de ese entonces se vuelve a sentir. Pero además hay otras cosas interesantes como el “actualizarse”, factor esencial y que al mismo tiempo es un reto que culmina en más sensaciones agradables. El contraste de aquellos tiempos con respecto a las nuevas experiencias deja entrever que siguen existiendo patrones comunes que muchos siguen y con los cuales se defienden. Otros mejoran dichos patrones y los convierten en sus mejores armas para dar paso a la fascinación. La magia de los contrastes hecha a volar la imaginación para perfeccionarse y lograr nuevos retos.

Detrás de los contrastes y de los escenarios, se deja entrever el gusto de otras personas y el posible gusto de uno mismo. ¡Gracias a esa persona que provoca volver a “reproducir de la cinta”!

¡Viva la yolistli!

lunes, 15 de febrero de 2010

Una mirada al amotlamini

Algunas veces me pregunté cómo sería el amotlamini, si se podría ver algo o apreciar algún color. En un contexto de algo muy grande, tal vez no sea imaginable. Si no tiene principio ni fin, tal vez no sepa en dónde me ubico con respecto a ese todo.

Un clásico experimento consiste en colocar un espejo frente a otro para observar los reflejos de cada uno de los reflejos del reflejo original... pero ¿cuál es el reflejo original? No importa, la luz se extingue, por lo que considero que el infinito tiene ausencia de color. La continuidad es lo único palpable en el infinito...

Gracias a la tecnología, podemos darle vida y color a una cara del infinito a través de Mandelbrot. ¡Disfruten el viaje!


Kuikatlamatilistli y realidad humana

La kuikatlamatilistli es una de las mejores cosas que se han podido inventar desde que la raza humana apareció en la faz de la tierra. La conexión musical que existe entre el ritmo, los compases y los acordes es infinita e incluyen un sin número de sensaciones, sentimientos, recuerdos, cuestionamientos, proyecciones, sueños, ideales, compromisos y hasta vínculos existenciales. Es tan grande el repertorio musical alrededor del mundo que es imposible conocer todo lo que existe.

Curiosa e indistintamente del tipo y época de la música, ésta siempre ha sido una manifestación del interior de las personas que la han creado, sin importar si se trata de canciones o de música instrumental. Pero, en el caso de las canciones, hay algo interesante: la mayoría contiene letra de desamor (en cualquier de sus versiones, variantes y vertientes). Si esto es el reflejo interno de sus creadores y las masas las convierten en éxitos, las cantan, las bailan y las refríen muchas veces, entonces la raza humana vive en la gran residencia del pasado, donde impera la falta de amor o amistad, la falta del sentimiento y afecto que inspiran por lo general ciertas cosas, así como la enemistad y el aborrecimiento.

Esto es muy complejo, nos puede llamar la atención un buen ritmo y la letra es todo lo contrario y no nos importa porque el ritmo manda. Claro que hay canciones donde no es así, donde la letra impera sin importar el ritmo.

¿Habrá algún humano que sea la excepción a la regla?

sábado, 6 de febrero de 2010

Instantaneidad continua

En el inmenso mar del tiempo, entre tantas opciones cuánticas que llevan a un mismo punto, la concomitancia es nula. Algunos días soleados, algunos otros bajo la lluvia, la paciencia toma su trono y desde allí tiene dominio perfecto. Entre la razón y el discernimiento, la serenidad goza de júbilo.

Mientras tanto, el universo con su gran capacidad de comunicación instantánea, evoca al poder de la fascinación para beneplácito interior.

jueves, 4 de febrero de 2010

Tlaltikpaktlis pequeños, grandes encuentros

Es curioso, cuando trabajaba en la iniciativa privada me dijo un amigo que independientemente de donde uno labore, las reuniones entre organizaciones suelen estar formadas por determinados círculos de personas que coinciden y generalmente se mantienen por cierto tiempo, e incluso se hacen de cierta fama. Y a lo largo de la vida he ido comprobando que realmente es así. Hoy, una vez más, lo reitero.

Me invitaron a participar en una reunión para establecer convenios entre nuestro país y el país más poblado y grande de los tigres asiáticos. Una vez instalados en mi Alma Mater, observé la lista de los participantes nacionales y noté que conocía a dos personas, el resto, ni la más remota idea de quiénes eran. En un determinado instante del evento, de manera inesperada dije: “A ese individuo yo lo conozco, pero ¿será quien pienso que es?”. Para mi grata sorpresa, a la hora de la comida coincidimos en la misma mesa y finalmente al escuchar su nombre corroboré que sí lo conocía: un profesor de mi carrera (aunque nunca me dio clases) que ahora es director de la escuela de donde egresé. Después de cruzar unas cuantas frases, el mundo de las soluciones sólidas no se hizo esperar en la conversación.

Y después de todo, las dos personas a mi izquierda y las dos a mi derecha eran egresadas de la misma institución que yo, aunque de diferentes escuelas. Jamás me imaginé estar entre familia en un evento internacional. No cabe duda que este tlaltikpaktli es pequeño y en el lugar menos inesperado a veces aparecen en escena personas de alguno de esos círculos que gozan de cierta fama.

Además, hoy descubrí que el nombre de México en mandarín se escribe así:


¿Alguna coincidencia azteca? Creo que es sólo mi imaginación...