lunes, 15 de enero de 2024

La basura líquida – Parte 2

Recuerdo que muchas ocasiones me tocó ver palabras o pequeñas frases en carreteras, que decían cosas como “Estudia para no ser esclavo”, “Maestro, enséñale al pueblo”, “Que el gobierno no te manipule”, y cosas muy similares, todas refiriéndose a que la ignorancia desencadena una manipulación muy fuerte en las personas, tanto con estudios como sin estudios.

Ahora con las redes sociales en plena acción, donde todo mundo, preparado y no preparado, lee (o eso parece al menos), oye y ve todo tipo de información líquida, se incrementa el número de falsas creencias, de verdades a medias, de “expertos” creados al vapor. Lo más interesante detrás de todo esto es que, aunque las personas lean, realmente no leen, solo pasan la vista sobre el texto y se van con lo primero que el cerebro les deja captar. Así es, nos encontramos saturados de tanta información y no somos capaces de procesar con claridad todo lo que vemos. Si a esto le agregamos el problema de que cada vez leemos menos, entonces la problemática se acrecienta significativamente en una falta de compresión de lectura.

Con todo lo anterior quiero dar paso algunas cosas interesantes, divertidas e increíbles que son principalmente el resultado de la desinformación, el fanatismo, la creencia sin sentido y la falta de compresión de lectura: la gente que piensa que una persona de ciencia es alguien que esconde cosas ultrasecretas, las personas que con tanta revoltura mezclan diferentes contextos para justificar o tratar de encontrar una verdad personal, individuos que se guían por un sentido común equivocado y por una evidencia no científica que les hace pensar que vivimos en una tierra plana e incluso infinita, gente que usa alguna religión para explicar o tratar de entender nuestro planeta o el universo, hasta grupos que piensan en grandes conspiraciones para tener un planeta esclavo a costa de cualquier cosa.

En este caos, hay revolturas de apreciaciones que por sí solas son válidas, pero que al mezclarse no encajan para nada. Por mencionar un ejemplo: pensar en la interpretación religiosa de la creación del mundo que nos rodea es correcta por sí sola, pensar en la interpretación científica del origen del mundo que nos rodea también es correcta por sí sola. Pero mezclar ambos enfoques no es lo correcto. Considero personalmente que estos dos enfoques tienen una riqueza extraordinaria al mantenerlos separados, ambos cumplen con un objetivo complementario a nuestras vidas y creencias. En este caso, es responsabilidad de cada quién vigilar que su pensar y actuar sea en consecuencia de valores y principios, no de fanatismo.

La solución única a este problema de la basura líquida
es simplemente LEER, LEER y LEER.

domingo, 14 de enero de 2024

La basura líquida – Parte 1 de 2

Sabemos perfectamente que en la red circula todo tipo de información, desde información confiable, verdadera y comprobable, hasta información basura que mucha gente considera una verdad absoluta. Los factores por los cuales pasan este tipo de cosas son innumerables y si a todo esto lo complementamos con la información generada por una inteligencia artificial, entonces el escenario se pone peor. No en todos los casos es posible identificar, tanto en lo verdadero como en lo falso, pruebas reales de pruebas generadas computacionalmente.

Me ha tocado darme cuenta de que algunos expertos trabajan en investigación y generan proyectos para apoyar a los estudiantes a filtrar precisamente la información confiable de la no confiable. Sin embargo, con todo y la preparación académica de esas personas, no dominan el contexto y sus planteamientos no apoyan de forma correcta el objetivo de rescatar las cosas confiables de la red. Entonces, si algunos “expertos” no son realmente expertos, ¿qué hacen en contextos que no dominan?

Por otro lado, se encuentra la gente que cae erróneamente, con todo y una preparación ejemplar tanto de academia como de industria, en la simple creencia. He visto en documentales, científicos prestigiados que abandonan la ciencia y se postran en un punto religioso para explicar la parte científica. No quiero cuestionar las creencias que un científico pueda tener, es muy respetable que aún siendo alguien de ciencia tenga su creencia religiosa. En otros casos, fuera de la postura religiosa, también gente de ciencia abandona su formación para simplemente creer en otras cosas, algunas de las cuales se derivan de la información no confiable de la red. Esto me recuerda aquella frase de un excelente pensador que dijo: “el doctorado no quita lo burro”. Si bien esto último suena muy fuerte, tiene mucho de cierto.

Desde otra perspectiva, y regresando a la academia, algunos de aquellos buenos y excelentes profesores que me tocaron en mi carrera, hoy por hoy no mantienen su calidad frente a grupo porque se han volcado a la parte zen. ¿Dónde quedó su capacidad de enseñanza? Estoy de acuerdo que con el paso del tiempo la energía que tenemos para hacer nuestras actividades diarias va disminuyendo gradualmente. Son cosas naturales. Pero no es lo mismo decir que uno se siente cansado a pasarse a un rollo zen que no concuerda con los principios educativos.

Quisiera mencionar también que las instituciones educativas han acrecentado su crisis debido a nuevos modelos educativos que han permitido que materias fundamentales y esenciales pasen a formar parte opcional del plan de estudios, y materias como arte, danza, música, pintura, etc., sean obligatorias. ¿Resultado? Mejor no les digo. Como dice un buen amigo: “¿Recuerdas a X persona que no daba una en nuestra generación? Pues hoy es un experto comparado con los estudiantes próximos a egresar”. Con eso lo digo todo. Aclaro que no estoy en contra de materias complementarias a la formación académica fundamental de una carrera, de hecho, es deseable pero no en la forma en cómo algunas instituciones lo han llevado a cabo.

Si conjuntamos la basura de la red, la inexperiencia del contexto, la creencia, la confusión zen y desafortunadamente el desastre académico de la actualidad, nos lleva a una combinación explosiva de deformaciones de la realidad y de lo evidente. Y no mencionar los casos en donde desafortunadamente muchas personas no tienen el acceso a una educación media superior y superior, ya que son más fácilmente presas de la desinformación y el panorama se nos complica aún más.

sábado, 13 de enero de 2024

Diccionario versus RAE en línea

En estos tiempos líquidos con el avance de la tecnología y la inmediatez de la información, pareciera que la red es mejor que un simple diccionario impreso. La realidad es que, en este inicio del 2024, los diccionarios de hace unos 40 años son mejores que lo que actualmente ofrece el RAE. Un simple ejemplo es ampliamente ilustrativo de la situación: la palabra “cortésmente” no aparece en el RAE, pero si buscamos en el diccionario clásico y convencional, aparece la palabra.

¿La tecnología y su automatización nos lleva siempre a mejores cosas? NO necesariamente es así. Hay ventajas desde luego, pero no olvidemos que los grandes maestros de nuestra generación son los libros y que los grandes escritores o grupo de personas dedicadas a la escritura, fueron los eruditos de esos libros que nos enseñaron.

Desafortunadamente las nuevas generaciones saben que existen los libros, pero ya no es parte de una cultura educativa, de hecho, hasta maestros de esas generaciones ya se convirtieron lamentablemente en maestros “nuevos” donde su estilo de estudio o repaso para la enseñanza se ha convertido en un aceptable (aunque lamentable) RAE, o lo que es peor, en una flojera total donde un ChatGPT, Bard, Copilot, etc., pretenden que les resuelva todo. El cuadro resultante es tan nefasto que las actuales generaciones líquidas serán solo eso, un líquido que podrá sostenerlos unos pocos minutos en el conocimiento y en consecuencia, unos escasos minutos en sus trabajos.