martes, 13 de noviembre de 2012

Los enredos de la simplificación administrativa

A cada instante, en todos los lugares y a todos los niveles nos seguimos encontrando con la Falacia de la Simplificación Administrativa (FSA). Sí, la simplificación administrativa es pura falsedad, mentira, embuste, enredo, disimulo, disfraz, engaño, trampa, artificio, chasco, burla, timo, y todos los demás sinónimos que quieran aplicarle.

Veamos, para pedir un permiso de construcción: 1) hay que ir a preguntar, 2) lo mandan a uno a otra oficina, 3) entregar documentos solicitados, 4) regresar porque la documentación está incompleta y los culpables son ellos mismos por no decir todo lo que se requiere, 5) volver a ir porque el plano no cumple con las especificaciones arquitectónicas, dato que nunca dice que se deba cumplir con este requisito, 6) ir otras cuantas veces porque los señores no se ponen de acuerdo para ver si ya está todo en orden o no, digo, si ellos no lo saben que a diario atienden a la sociedad, uno menos, 7) ir otras tantas veces para ver porqué los retrasos en el permiso y la razón es simple: siguen sin saber qué hacer porque tienen datos mega obsoletos, 8) esperar a los peritos para que se les ocurra ir porque tiene una agenda muy saturada (¿será?), 9) y tanto rollo y tantas vueltas para que al final ¡un permisito valga 100 pesos! Y entre todo ese relajo de vueltas, mientras ¡uno pierde de 200 ó 300 pesos por el transporte!

Es también ridículo que un trámite no pueda hacerse porque resulta que como X persona desde hace Y meses le falta un dato y corresponde con el bloque de todos los que son de hace más de 6 meses, no pueden proceder con otras cosas. Y este caso aplica en gran cantidad de lugares, desde una institución con sus monumentales departamentos de recursos humanos, hasta instituciones bancarias que están a la defensiva hasta para defender lo que aún no ganan ni se les pide.

Pero también honor a quien honor merece. Hay determinadas instituciones que sí tienen una simplificación administrativa real y hasta por Internet se hace todo. Bien por esas instituciones, pero son realmente pocas. Mientras, tendremos que seguir en ese mundo de FSA y tendremos que ponernos contentos y orgullosos de tan ¡excelente simplificación!

lunes, 12 de noviembre de 2012

Tortillas de guayaba

Nunca me imaginé que pudiesen existir tortillas de guayaba. Y se preguntarán cómo es que se hacen si lo clásico es maíz o trigo. He allí el detalle.

En realidad son tortillas de harina con pulpa de guayaba. El sabor es bastante delicioso y aún y cuando saben a dulce, complementa muy bien el sabor de la comida. Hasta las quesadillas son muy buenas y sobre todo si las hacen con queso enchilado (ya sea con rajas o con chipotle).

En términos de trigo, las tortillas de harina las he probado de nopal, chipotle, mantequilla y ahora de guayaba. Me faltan la de piña y no recuerdo de qué otro ingrediente son populares. Ya les contaré.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Una neluayotl sólida lo es todo

Y una vez más, con todo el gusto del mundo, se llevó a cabo la sesión de los viernes... Los conceptos aparecieron poco a poco y tras una y otra revisión del material, se vieron cosas de un nivel superior en un nivel inferior. Y no hubo diferencias.

Esto ya lo había comprobado previamente cuando los aspirantes a maestría tenían que estudiar cálculo diferencial e integral, y los temas sólo eran correspondientes a los primeros 2 semestres de la carrera. En otras palabras, ¡un estudiante que terminaba su segundo semestre tenía 100% de posibilidades para aprobar el examen de maestría! Ahora lo veo y lo compruebo con los temas de programación.

Luego entonces, la solidez del conocimiento es en esencia la llave para la puerta de la sabiduría. Pero no dejemos pasar algo importante: el gusto juega un papel trascendental y aquí, en la gran sesión de los viernes, el gusto se destila.

La base es la base,
lo demás es lo de menos.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Las prisas

Cuando hay prisa, todo falla. Cuando no hay tiempo, el tiempo es más corto. Cuando no tenemos la precaución de ver detalles, aparecen hasta los errores más inconcebibles. Y lo peor de todo es que tras el estrés, ya no se razona absolutamente nada y lo evidente se hace invisible.

Nunca dejes que las cosas lleguen hasta el último momento. ¿Por qué si tenemos siempre el tiempo suficiente para todo, nunca aprovechamos ese tiempo? ¿Por qué siempre esa actitud de al fin que no pasa nada?

Todas las cosas que hacemos son importantes,
pero nunca dejes que se hagan urgentes.

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miércoles, 7 de noviembre de 2012

Desprenderse de lo material

Cada vez que adquirimos algo, aunque sean cosas inanimadas, lo más insignificante, solemos desarrollar un sentido de “sentimiento” hacia esas cosas. ¿Por qué? ¿Acaso eso no debería ser sólo para los seres humanos?

El detalle es que no sabemos manejar una pérdida. Y aquí pérdida no es el hecho de perderlo literalmente, es la cuestión de que voluntariamente decidimos eliminarlo de nuestras vidas. Miles de personas no cambian una prenda, un mueble, un auto, un televisor, entre muchas otras cosas, y no porque no tengan dinero, es simplemente porque se sienten mal al ya no tenerlo. Manejamos tantas cosas de sentimentalismo erróneo e infundado. Obvio que esta situación se acrecienta al perderlo por un descuido. Tal vez en una mascota es más comprensible.

Desprenderse de lo material no se refiere a que no tengas nada, se refiere que son sólo cosas que utilizamos para desarrollar nuestras actividades cotidianas, pero que no son esenciales para vivir. Si no las tenemos, no pasa nada. Y por lo mismo no debería de establecerse ese sentimentalismo. Nos educan de forma inconsciente y equivocadamente para que tengamos una necesidad sobre lo que no.

Al final nada te llevas...
Pero la sociedad hace de las suyas...

martes, 6 de noviembre de 2012

La sobremesa

Tras la comida, la clásica sobremesa no se hizo esperar. Entre múltiples temas puestos en la mesa y tras agotar cada uno, viene uno más y en seguida otro más…

En algunos temas simplemente opinaba algo, en otros nada. Pero tras dar inicio a los temas que han estado entrañablemente relacionados por décadas a una tradición muy especial de la casa, mi atención fue capturada de una forma muy particular. No voy a mencionar cuál fue el tema, aunque duró básicamente la mitad de todo el tiempo de sobremesa. Lo que me interesa expresar es el motivo por el cuál me deleité al escuchar a la narradora, una hermosa mujer de edad avanzada y llena de tantas historias increíbles, o tal vez tan sencillas, pero con una capacidad de plasmar detalles llenos de vida. Acompañada de su esposo, otra excelente y hermosa persona, plasmaba detalles adicionales a las narraciones, haciendo que todo fue como decimos muchas veces, con lujo de detalle.

A lo largo de las narraciones, refrendé que es increíble escuchar a las personas que tras su voz proyectan vida y que esa proyección de vida revitaliza la de uno. Así como se puede aprender en cabeza ajena, también se puede vivir tras las experiencias que nos cuentan, tras las vivencias que nos comparten. No todo mundo tiene la capacidad de proyectar vida tras su habla.

Quiero destacar que tanto para la mujer como para su esposo ocupé el calificativo de “hermosa persona”. Es evidente que no lo estoy ocupando en el sentido físico, sino en el sentido de apreciar lo maravilloso de un ser humano, algo que debemos desarrollar día a día, algo que desafortunadamente cada vez que pasan los años vamos perdiendo, detalle que nos trunca de otro tipo de vivencias. A veces ni siquiera a nuestros padres y hermanos los vemos como personas hermosas.

Como dirían los matemáticos que mostraron que todas las mujeres son bonitas, donde para dos o más mujeres en el conjunto es comprobable. Si extrapolamos esto a toda la raza humana, entonces para dos o más personas en el conjunto, que es el planeta Tierra, todas las personas son hermosas. Nuestra ceguera de la vida diaria no nos permite verlo así. Nuestro ágape está en su mínima expresión. Hay que aprender a desarrollar el ágape.

lunes, 5 de noviembre de 2012

El banquete en honor a Mictlan

Las 2:00 de la tarde en punto. Tras unos minutos de espera, llegaron los amigos. A escasos 15 minutos llegamos al lugar de la cita, al lugar donde se celebraría una comida por la festividad de Mictlan. Entre las personas de la honorable casa, sólo una cara conocida. Tras las presentaciones, un vaso de refresco y en seguida la comida. Nada de especial en los diferentes platillos... pollo con mole, arroz, tamales de frijoles y pan con ajonjolí. Cada platillo es una delicia que disfruto desde hace algunos años. El arroz, el más común en toda mi vida. Después de servir el pollo con mole y arroz, vino la combinación inesperada. ¡Los tamalitos de frijoles en acompañamiento del mole!

Aún y cuando he disfrutado enormemente de los tamales de frijoles en numerosas ocasiones, sobre todo al estar en el famosísimo Xochimilco, jamás me imaginé que esta combinación con mole fuese extraordinaria. El sabor es indescriptible. Y aunque quería comer más, mi estómago me sugirió ser prudente.

He de mencionar que al término de la reunión, tuve la gran fortuna de salir con un itacate para disfrutar en casa de esta deliciosa combinación. Así, a partir de hoy puedo sugerirles que prueben esta combinación. Donde quiera que tengan la oportunidad de conseguir tamalitos de frijoles y hacerse también de un buen mole rojo, combinen ambas cosas y prepárense a disfrutar de un sabor muy agradable. El paladar se los agradecerá.