lunes, 26 de abril de 2021

El que se enoja, pierde

Siempre se asocia esta expresión a situaciones donde el enojo hace que perdamos el control y tomemos malas decisiones que terminan en algo que podamos perder, generalmente: tiempo, dinero o esfuerzo. Y efectivamente, hay mucho desperdicio de cosas o detalles que nos llevan a pensar que, si no nos hubiésemos enojado, estaríamos en el otro lado de la moneda: la felicidad o estar contentos.

Pero veamos los detalles de fondo de esta aseveración. El enojo, por definición nos lleva a ir en contra de alguien. Todo mundo podrá estar de acuerdo con esto. Pero hay algo más en el fondo... Cuando uno se enoja, todo el tiempo que transcurre hasta volver al estado relajado, sereno, y posiblemente de nuevo feliz, es un tiempo en el que dejamos de vivir. Dependiendo del enojo, podemos enfermarnos y hasta tener un paro cardiaco. ¿Tiene sentido enojarse? NO. Pero el decir que dejamos de vivir significa que ese valioso tiempo nunca lo aprovechamos para hacer cosas en favor de nosotros, es un tiempo dedicado al olvido de nuestro Ser. Eso es lo que realmente se pierde y mucho más valioso que cualquier cosa que se pueda citar: tanto física como mental.

Si te enojas, pierdes un momento de vida. Así de simple.

Y no es que nunca te enojes, es simplemente saber que, si te enojas, habrá que hacer lo necesario para evitar que la pérdida afecte a tu Ser. Lo material no importa. Lo que importa es no dejar de Ser.