domingo, 28 de julio de 2013

¡NO! al enriquecimiento por centavos

Cada centavo de nuestro dinero tiene un valor impresionante e incalculable, y a muchos, sin pensarlo, los centavos los convierte en millonarios. Veamos a qué me refiero.

Cada compra que hacemos siempre lleva implícito centavos que nos quitan. Por ejemplo: son tantos pesos con 27 centavos. Bien, pagar tantos pesos no es problema, pero 27 centavos es un lío. ¿Si pagamos 30 centavos, cómo nos van a devolver 3 centavos? No tenemos una forma de hacerlo, porque simple y sencillamente no tenemos una moneda con valor de un centavo. Nuestra moneda más pequeña es de 5 centavos, y eso si es que te la quieren dar.

Es clásico que los bancos siempre se queden con centavos de más. Si retomamos el caso de los 27 centavos, el banco se queda, al menos, con 3 centavos. Pero si el cajero se aferra y le das 50 centavos, con la mano en la cintura no te da el cambio correspondiente, o tal vez te devuelva una moneda de 10 centavos. En el mejor de los casos, si te da la moneda de 20 centavos, no hay forma de que te den 3 centavos. Pero… he aquí el detalle: a cada uno de nosotros no nos importa que nos quiten unos centavos ya que en realidad no nos afecta, sin embargo ¿saben cuántos millones de transacciones se realizan diariamente en las ventanillas de los bancos? ¿Cuánto dinero no se genera de GANANCIA para los “pobres” bancos por no dar cambio correcto? Simple, sólo pensemos que en un millón de transacciones hay diez mil pesos de ganancia simplemente considerando un centavo por transacción. Y este es el caso en cualquier centro comercial o tienda departamental.

Algunas empresas como las de teléfonos y otros servicios tienen una solución interesante de redondeo: los centavos siempre se cargan al siguiente mes. Y en el siguiente mes, con los centavos del período más los pendientes del mes anterior se suman, si no se alcanza el siguiente peso, éstos vuelven a quedar pendientes de carga para el otro mes. Si se alcanza el otro peso y sobran centavos, se repite la fórmula, y así sucesivamente.

¿Qué solución podemos implementar para evitar perder nuestros centavos y de paso impedir que los bancos y otras empresas se hagan más millonarios de lo que ya son? Fácil, apliquemos la estrategia del redondeo. Sí, si tienes que pagar tantos pesos con los famosos 27 centavos y para evitar incluso que se queden con más dinero del que no es, paga de forma completa el siguiente peso. Es decir, si vas a pagar $123.27 pesos, paga $124 pesos. Posiblemente te preguntarás qué va a pasar. Nada. Simplemente en tu siguiente estado de cuenta tendrás la cantidad con 73 centavos menos en tu saldo. Y si tienes que pagar en ventanilla, exige que te den el cambio correcto. Es más, de los 27 centavos, paga 25 centavos y verás que no tienes problema.

La estrategia del redondeo debería ser obligatoria, o en su caso, hacer monedas de centavo para que nadie esté regalando su dinero. ¿O díganme quién quiere seguir incrementando la fortuna de tantos magnates?

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