martes, 30 de julio de 2013

De la viña al viñedo

Cada sábado nos reuníamos en el jardín anexo al histórico Árbol de la Noche Triste. El objetivo era hacer todas nuestras prácticas de física y química. Una vez terminado nuestro trabajo, l@s 7 amig@s solíamos bromear y divagar acerca de muchas cosas, incluyendo cosas locas como la “nada” y el “todo”. Así, cada sábado era divertido y lleno de cuestiones filosóficas a nuestro estilo.

Recuerdo que en aquellos tiempos se puso de moda la bebida Viña Real, y una ocasión cada uno consumimos una. Y eso fue suficiente para ponernos chapeteados y colorados. Algunos caminaban un poco de lado, otros no podían subirse tranquilamente a una escalera eléctrica del metro, otros más hablaban y hablaban...

Hoy, a más de 20 años de distancia de aquellas formidables actividades me tocó conocer Napa, ubicado en San José, California. Lleno de grandes viñedos, la prueba de vino es interesante. Pero más allá de todo lo que es una bebida alcohólica, lo interesante es la gran quietud que los viñedos suelen ofrecer. Paz, tranquilidad, armonía y momentos de reflexión, aunque dudo que muchos visitantes piensen ello, tal vez simplemente piensen en un rato para escaparse de la realidad y sus grandes problemas.

Aquí en México se destacan los viñedos de Baja California y Querétaro, aunque también hay en Coahuila, Durango, Aguascalientes, Sonora y Zacatecas.

Mientras tanto, un par de imágenes de Napa. ¡Salud!


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