jueves, 5 de abril de 2012

Autopistas nefastas y sus cuotas

Recientemente he recorrido algunas de las autopistas del centro del país, entre las principales figuran México – Puebla, México – Querétaro, México – Pachuca, Arco Norte y Puebla – Córdoba. Desde luego las cuotas que se cobran en cada tramo carretero son muy interesantes porque no hablamos de 10, 20 o 30 pesos (excepto la de entrada Puebla en dirección hacia el Este), hablamos de 100 pesos y hasta 275 pesos en el Arco Norte en su tramo Puebla – Querétaro.

He observado que el flujo vehicular es bastante alto, sin considerar los periodos vacacionales. Desconozco la cantidad de vehículos que transitan en promedio, al igual que los costos que tiene el asfalto tradicional o el hidráulico.

No obstante es interesante observar algo: existen demasiados tramos en las autopistas que se encuentran en pésimas condiciones. Hay parches que van desde bolas de asfalto que a veces parecen topes, pasando por asfalto viejo desde hace décadas que tiene cuarteaduras (si bien nos va) hasta hoyos “abismales” que una llanta de tráiler se atora en ellas, asfalto tradicional sobre asfalto hidráulico en zonas donde se ha cuarteado (incluso hundido) el cemento, y hasta tramos nuevos de asfalto hidráulico que las zonas de puentes tienen el tradicional pero tan mal aplicado que el vehículo pasa como si fuese barco en mar abierto.

Si recordamos un poco, las cuotas en las autopistas surgieron por motivos de recaudación de dinero para las olimpiadas y que sólo se iban a aplicar una vez pasado dicho evento. Llevamos más de 40 años pagando estas interesantes cuotas y las autopistas siempre están en las mismas.

Recuerdo las grandes quejas de la autopista del Sol, que tenía (o tiene) serios problemas de baches inmensos. Apenas se puso remedio a un tramo de la autopista a la salida de Puebla en dirección al Este con asfalto hidráulico que subsanó media hora de baches. Y podemos citar muchos casos, pero hay algo curioso en todo esto. Si alguno de ustedes ha recorrido la carretera Xochimilco – Tlayacapan, que no tiene cuotas y que tiene muy bajo tránsito de camiones pesados, ¡cada dos o tres años tiene nuevo encarpetado! ¿Acaso no es ilógico que una carretera, donde no se cobra, tenga excelente mantenimiento respecto a una autopista que cobra fuertes cantidades y con mucho mayor tránsito vehicular y sólo tenga más que parchecitos mal puestos? La prueba es la entrada a Querétaro, 100 kilómetros de andar al estilo de la edad de piedra: ¡llantas cuadradas! Caso idéntico para las Cumbres de Maltrata, que apenas están haciendo nuevo encarpetado después de décadas. ¿Acaso apenas se juntó la lana?

Luego les hablo de las calles, avenidas y ejes viales de toda la ciudad de México…

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