Una mirada rápida bastó para darme cuenta del perfil y de los rasgos finos de la chica. Lo primero que me llamó la atención fueron sus cejas, seguido del cabello rizado y finalmente el equilibrio entre ojos, nariz y boca. Un “dulce capricho” que la naturaleza no siempre ofrece y que si no mal recuerdo, han pasado algunos años para poder apreciar nuevamente a una chica con tales características. Aunque la plática continuó con diferentes temas interesantes, mi cerebro no podía desprenderse de las facciones de la chica.
Esto me recordó una canción de Heleno de 1971: La Ichpokatl de la Boutique. Para quienes no conocen esa canción he aquí el video. Algunos tal vez la recuerden en un refrito a ritmo de cumbia.
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