lunes, 5 de julio de 2010

Entre el Olimpo y el Inframundo

El ir y venir del Olimpo al Inframundo y de regreso es bastante cansado. Los detalles minuciosos solicitados por las autoridades generan vía crucis personalizados entre ambos mundos, pero en forma masiva lo que realmente se observa es un éxodo revoltoso. Entre tanto revuelo, hay algunas almas inocentes que cuando llegan a entregar sus documentos, aparecen muchas sorpresas porque nunca hicieron su vía crucis, o al menos no como deberían haberlo hecho. Dichas almas regresan al Olimpo o al Inframundo llenas de furia, desesperación y desánimo. Aquí no importa de dónde eres, ni qué grado tengas, es evidente que todos somos iguales (y así debería ser siempre: todos iguales).

Hoy, ambos mundos se ven tranquilos, habrá que esperar los resultados para saber los beneficios del éxodo revoltoso. Al final vale la pena porque se aprende, se refinan ciertas estrategias de administración y se puede proyectar hacia futuro un mejor panorama para que en una siguiente ocasión el vía crucis sea menos doloroso. El éxodo es inevitable.

Gracias a aquellos mensajeros de ambos mundos que a la menor irregularidad daban el aviso oportuno para evitar documentos innecesarios o incorrectos.



Glosario
  • Éxodo revoltoso: Andar simultáneo de muchas personas dentro de un terreno enorme, entrando y saliendo de varios edificios y hablando con múltiples personas, donde cada individuo sigue el camino que más le conviene.
  • Inframundo: Aquellos edificios que por la irregularidad del terreno quedaron en la parte baja.
  • Olimpo: Aquel edificio que por la irregularidad del terreno quedó ubicado en la parte alta.
  • Vía crucis: Andar de una persona de extremo a extremo de un terreno enorme, de edificio en edificio y de oficina en oficina. Generalmente se considera un andar de aproximadamente 25 vueltas completas.

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