sábado, 24 de diciembre de 2011

El reino del alma

Hoy es un día de reflexión: se requiere transformación total o seguirás malinterpretando las enseñanzas. La Regla de Oro no se aplica. Dos mil años no han sido suficientes para comprender...

Helena Petrovna Blavatsky dice que “No hay religión más elevada que la verdad”. ¿Cómo llegar a ella? La vida es lo único que lo puede hacer pero hay que cambiar nuestras concepciones, percepciones y condicionamiento.

Jiddu Krishnamurti, bajo una concepción metafórica, define a la religión como “una especie de cuaderno de doble raya que le enseña al niño a escribir sus primeras letras”. La religión enseña solo la punta del iceberg de la noción de divinidad, de Dios, de la existencia, del todo y de una cierta verdad.

Los grandes iniciados, desde Rama hasta Jesús, han dejado un simbolismo muy importante alrededor de la verdad y de la vida. Al respecto Osho dice que las grandes religiones no han sabido llevar a cabo su cometido, los líderes sólo obedecen a sus intereses personales y no trabajan con la Regla de Oro, ni siquiera en forma correcta con el simbolismo heredado.

Todos los caminos llevan a Roma... Todas las religiones llevan a Dios... La vida misma lleva a Dios... El problema es que a lo largo de los años se ha revuelto filosofía y teología. El resultado de esto es una serie de creencias falsas. Pero más allá de toda esta revoltura, afortunadamente tenemos conciencia y consciencia.

De acuerdo con Deepak Chopra [*], el que Jesús haya “... alcanzado un estado de conciencia divino fue lo que lo convirtió en hijo de Dios. Eso fue lo que Jesús dijo una y otra vez cuando proclamaba: el Padre y yo somos uno. No distinguía entre los pensamientos de Dios y los suyos, los sentimientos de Dios y los suyos, las acciones que Dios deseaba que se realizasen y las realizadas por él”. Jesús “... quiso inspirar un mundo renacido en Dios. Una perspectiva de ambición sobrecogedora. Nos dirige hacia un reino místico, el único ámbito donde la naturaleza humana puede cambiar radicalmente. Y es que tan solo en las profundidades del alma podremos amar al prójimo como a nosotros mismos, podremos evitar los obstáculos que impiden que hagamos por los demás lo que nos gustaría que hiciesen por nosotros. Al reino del alma Jesús lo llamaba el reino de Dios”.

Hoy celebramos la llegada de este personaje, Jesús, quien dejó un legado para nuestra alma. En cada uno de nosotros está el entrar al reino, es decir, en conocernos a nosotros mismos y compartir ese conocimiento. A esto muchos le dicen la felicidad y estoy de acuerdo. Además comparto la visión de Chopra: conocerse uno mismo es entrar al reino y conocer a Dios en vida. Tus recursos esenciales para ello: amor (Roma) y soledad existencial.

Mas sin embargo, el camino del autoconocimiento no es fácil. No olvides que tus creencias son mentales y como tal reflejan tu realidad, como tal percibes tu realidad. Filosóficamente: “El todo es mente, el Universo es mental”.

Los labios de la sabiduría permanecen cerrados,
excepto para el oído capaz de comprender.

[*] El tercer Jesús. Deepak Chopra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario