Todo invita a bailar, pero la habitación se llena de grandes pensamientos, no son recuerdos añejos, son vivencias tan reales como estar viviendo realmente, así, así de redundante. Sonrisas, sonrisas, sonrisas van y vienen, las manos se mueven llenas de energía describiendo espacios espectaculares. La mente solo dibuja una imagen, una cara bella, una mujer de sonrisa mágica que contagia con solo verla. Sus ojos hermosos y tan transparentes dejan ver y sentir su interior apacible. Percibo que el alrededor se torna de color azul.
"Ohehoheh, ohehohohah, ohehoheh, ohehohohah...
Es que no hay en el cielo estrella que a su lado parezca más bella...
Debería ser delito ese tumbao que me tiene loco y enamorao".
El romper de las olas azules a la orilla de la playa suena en todos los rincones. La libertad es absoluta, el espacio infinito, no existen esquinas, la vida se siente, el corcel aguarda, el sol es brilloso, el cielo es azul...
Y ahora realmente veo que todo es azul.
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