Cuando todo se termina en forma, cuando todo se concluye en tiempo, cuando no se deja absolutamente ningún pendiente, cuando se apoya a quienes requieren mucho o poco de lo que también poco sabemos, cuando las cosas se hacen bien... las puertas están abiertas.
Y no es que estarán abiertas,
¡están abiertas!
Hay una gran diferencia porque lo primero implica tal vez volver a tocar, lo segundo implica simplemente pasar.
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