sábado, 10 de abril de 2010

El eclipse concluye

Pensé que no tendría tiempo, que tal vez tendría que abandonar mi puesto de observación y conformarme con los resultados que pudieran llegar, tal vez alterados o tal vez ni siquiera sabría.

Aún y cuando no era predecible en lo más mínimo conocer la duración del eclipse, finalmente pude observar en toda su magnitud los detalles de la culminación. Los astrónomos habían hecho una muy buena observación que se cumplió: un tonatiu del sistema ternario ha quedado sin metstli. Increíble, los fundamentos astronómicos utilizados fueron precisos y llegar a esa determinación en este tipo de eclipses no es nada fácil.

La experiencia ha sido muy grata, la espera siempre tiene una recompensa. Allá en el cielo azul el sistema ternario brilla con una posición aún más privilegiada, parece que tiene algo nuevo, algo que irradia energía en diferente forma, no es descriptible, solo se siente. Al final del eclipse se reveló que esa metstli, ahora fuera del sistema ternario, tuvo una interacción fuerte con su tonatiu, recibió una retroalimentación no vista antes y que según los astrónomos, puede crecer porque adquirió un conocimiento maravilloso. Como todo suceso cósmico, hay rastro de todo, aún a millones de años, y ese rastro perdurará en la memoria.

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