lunes, 15 de febrero de 2010

Una mirada al amotlamini

Algunas veces me pregunté cómo sería el amotlamini, si se podría ver algo o apreciar algún color. En un contexto de algo muy grande, tal vez no sea imaginable. Si no tiene principio ni fin, tal vez no sepa en dónde me ubico con respecto a ese todo.

Un clásico experimento consiste en colocar un espejo frente a otro para observar los reflejos de cada uno de los reflejos del reflejo original... pero ¿cuál es el reflejo original? No importa, la luz se extingue, por lo que considero que el infinito tiene ausencia de color. La continuidad es lo único palpable en el infinito...

Gracias a la tecnología, podemos darle vida y color a una cara del infinito a través de Mandelbrot. ¡Disfruten el viaje!


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