Todos somos conscientes que llegar tarde no es correcto, pero no hacemos nada por evitarlo, lo dejamos siempre a la deriva y a la justificación de miles de cosas. Pero la contraparte también admite de alguna manera que es aceptable y deja que todo marche como si no pasara nada. Y mostrado está que aunque de trabajo se trate, hay retardos... y no les importa que les descuenten.
somos de lo más impuntuales!
Lo peor de todo es que es parte de nuestra cultura. Así como los amigos se cuentan con los dedos de las manos, las personas que conozco que sí son puntuales también las cuento con los dedos de las manos. Atrévete a cambiar esto, sé aparte de algo nuevo, ¡no marches como pez en el agua!
Y por tratar de llegar a tiempo... miles de enfermedades por estrés, miles de accidentes...
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