miércoles, 20 de octubre de 2010

La relatividad de la asomaluauetl

La clase había terminado. Había que enfriarse para evitar un choque térmico con el contraste de temperatura existente en el exterior. Casi todos se habían ido, pero otras personas estaban en espera de algo. Repentinamente, los expertos se pusieron a practicar y aunque eran movimientos tipo película, la complejidad era evidente.

Observando a los expertos en su desenvolvimiento, me tocó ver cómo la experta (mi maestra) aprendía de otro experto. La corregía, le enseñaba, le refinaba los movimientos. ¡Fantástico! Eso comprueba por enésima vez, que siempre estamos en constante aprendizaje, que no lo sabemos todo, que entre más aprendemos, más nos especializamos y menos sabemos del resto de las otras cosas, por consecuencia, esa frase de “entre más aprendo más me doy cuenta que tan ignorante soy” es la mejor descripción y resumen para este párrafo.

¿Cuándo aprenderé lo que justo vi entre expertos? Tal vez nunca, tal vez pronto, no lo sé, mis habilidades están marcadas por un antecedente que hay que cambiar, hay que desprogramarse, como dirían los de la programación neurolingüística. Entre las miles de cosas relativas y la experiencia, es infalible que “se hace camino al andar”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario