domingo, 30 de mayo de 2010

Hasta la naturaleza cuesta

Antiguamente, la raza humana caminaba en el paraíso, todo lo tenía a su disposición con tan solo estirar la mano. Grandes bosques, ríos, lagos, selvas, entre muchos otros atractivos naturales. Todo gratis y con el mínimo esfuerzo. Posiblemente la caza tenía un cierto costo en determinadas ocasiones: la vida.

Actualmente, mucha gente trabaja duro para conseguir un pequeño espacio de pasto, y probablemente algunos árboles y sus mascotas. Y si no puede hacerlo, entonces adorna su casa con detalles que reflejen algo de naturaleza: artificialidad total. Y no necesariamente todo esto es barato: también puede costar la vida por tratar de construir un paraíso. Mientras tanto, otras personas destruyen con gran facilidad lo poco que queda de la naturaleza.

¿Qué diferencia hay en el costo por conseguir la naturaleza? ¿Cómo se ha llegado hasta este punto? ¿Acaso no es contradictorio? ¿Habrá que dividir el planeta en dos? Me parece que hasta que no tengamos un holocausto natural entenderemos nuestra realidad y comprenderemos mejor este mundo que vivimos.

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