lunes, 25 de enero de 2010

La verdad te hará libre

El ser humano, con todas sus virtudes y defectos es muy complicado y complejo. Independientemente de la situación, ocasión y época, el miedo y la ansiedad impera en su forma de pensar y por ende en sus decisiones.

Una de esas cosas complicadas, por increíble que parezca, es que el ser humano generalmente dice mentiras para justificar sus acciones. La verdad queda en el misterio y en un negro sendero que en el momento menos esperado ofrece una salida y entonces es cuando se cumple eso que conocemos como: “la verdad tarde o temprano se sabe”. Supongo que habrá honrosas excepciones donde realmente la muerte es la única que termina conociendo esa verdad. Lamentable.

Veamos el caso de un asesino. ¿Porqué no dice a quién ha matado? ¿Por miedo? No sabemos. Si lo atrapan y se declara inocente, pero le comprueban todo, seguro que lo condenan por algunos años o hasta cadena perpetua, según los crímenes. Si dice la verdad, de todos modos puede ganarse aún así una cadena perpetua. ¿Entonces cuál es la diferencia? ¿No que la verdad te hará libre? Pareciera contradictorio.

Hay muchos puntos de vista en esta frase. El primero es que decir la verdad libera la culpa interna, aunque en muchos casos no se piense así, pero está comprobado que el estrés muscular se reduce considerablemente. Si nosotros lo creemos o no, es diferente. Lo segundo es que si el asesino se confiesa culpable (cuando realmente lo es), la condena puede disminuirse y, si de cadena perpetua hablamos, al menos se gana que la gente lo deje de acusar, y en ese sentido se siente libre (de las acusaciones). El tercer punto es que al decir la verdad se cumple con el principio de la congruencia humana.

Pero no es necesario un ejemplo así. Pensemos simplemente cuando dos personas mienten (o al menos una de ellas), independientemente del tipo de relación que tengan. ¿Para qué mentir? Yo me pregunto: ¿Cuánta energía, tiempo, dedicación y tal vez dinero se necesita para mantener viva esa mentira y pasarla como verdad? ¿Porqué tantos recursos gastados en algo que al final se sabrá?

Seguramente conocen uno de los grandes clásicos: “es que le mentí para no lastimarlo(a)”. Vaya forma de pensar. La incongruencia del ser humano lo puede delatar, puede haber un error en el plan, o simplemente cualquier tipo de descuido lo hecha todo a perder. ¿Y para qué? Cuando algo así sucede, todos sabemos que de alguna manera se le hecha en cara su falsedad, mediante palabras, gestos o acciones. ¿Qué libertad puede tener una persona antes y después de descubrirse la verdad?

Hay otro clásico en donde seguramente muchos más se podrán identificar: ¿Y si me dice que no? (y que no solo aplica entre dos personas, también en lo familiar, laboral, etc.) ¿Dónde está la mentira en esta última pregunta? No hay mentira, pero hay una verdad que también tarde o temprano se sabe y sacarla con la persona indicada (independientemente de la respuesta) es sentirse libre y no frustrado (estresado) por ocultarla.

Decir la verdad es ser transparente. Decir la verdad es mostrar lo que realmente somos. Decir la verdad es ser congruente. Decir la verdad es tener menos estrés. Decir la verdad es estar en paz ante cualquier situación, ya que nadie podrá decir lo contrario porque pase lo que pase, no hay nada que pueda contradecirla. Decir la verdad te hará libre.

Sé que muchos dirán que hay oportunistas, o que es exponerse y muchas cosas más, pero así somos, complejos e incongruentes. Sin embargo, me parece que al menos podemos contar con mayor libertad al decir más verdades.

En los últimos días he disfrutado de mayor libertad.

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