En esta semana se giró la instrucción puntual de que para tener acceso a un recurso de beca es obligatorio tomar una capacitación en competencias, de lo contrario no será posible volver a participar en convocatorias futuras.
Veamos lo siguiente:
- La educación del país está por los suelos gracias a una serie de intereses personales de unos cuantos que sólo piensan en su propio beneficio.
- Es evidente que los profesores, en su gran mayoría, necesitan actualizarse no sólo en su área de experiencia, también deben hacerlo en estrategias docentes.
- Los pocos proyectos que realmente abordan la problemática de la educación se tiran por la borda ya que como no hay beneficio para los poderosos, no sirve de nada llevarlo a la práctica.
- Como lo he expresado previamente, el modelo de competencias no funciona porque la gran mayoría lo toma como pretexto para no hacer nada.
Al final del condicionamiento y de la participación “generosa y voluntaria” de los interesados, al proyecto ahora sí valió la pena invertirle. Y una meta más que se cumple (a la fuerza) en la gestión de alguien.
Veamos la otra cara de la moneda. Si de competencias hablamos, ¿cuáles son las competencias reales de las autoridades actuales que recurren a este tipo de imposiciones? ¿Cuáles son las competencias deseables para una adecuada y correcta capacitación y que promuevan aún más la efectividad en la educación?
Seguramente se preguntarán yo qué hice… Simple y sencillamente disfrutar de la vida: NO a las imposiciones. Yo trabajo por el SER, HACER y TENER.
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