sábado, 16 de abril de 2011

Una sola voz...

Cuando era niño me impresionó una voz y una música muy especial. Muchos años pasaron para saber quién cantaba. A mediados de los 80, por fin supe. Y finalmente, después de una larga espera para econtrarla en la red, ¡hoy se hace presente y es un placer escucharla! Una excelente joya de 1974.



Una voz es suficiente para transmitir muchas cosas. La voz es encantadora, tiene un timbre perfecto y la música acompañante es extraordinaria. Dejarse envolver instantáneamente en un mundo lleno de magia y poesía es indescriptible. No es necesario escuchar palabras para saber lo que se transmite. El mundo de sensaciones desencadenas ante tal perfección requiere solo eso, sentir... y a partir de allí viajar por todos los lugares conocidos y desconocidos, observando las maravillas que aparecen.

Todo es angelical. Solo se percibe al eterno Axkankayotl, sin lastres de un pasado y sin preocupaciones de un futuro inexistente. Así es como debe ser, solo Axkankayotl es válido en nuestras vidas y este concierto permite “tocarlo” tal y como es, solo este instante es único, solo este instante es importante, solo este instante es significativo, solo este instante vale la pena vivir... La línea que se forma en este y único instante es la muestra de la existencia de Axkankayotl.

El concierto para una sola voz es una obra de arte, es una mezcla entre lo sublime y el encantamiento. El interior refleja su grandeza y sencillez, la esencia se nutre, se hace más excelsa y se hace concordante con Axkankayotl.

Bailar con la musa y/o escuchar este concierto es de singular excelencia.

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