Si todos los evangelios fueron escritos en promedio 120 a 150 años posteriores a la muerte de Jesús, es evidente que todos están llenos de interpretaciones y ajustados a las formas de pensar de cada uno de los que transmitían las enseñanzas de forma oral, de persona a persona. Desde luego que entre esos 120 ó 150 años hay un
teléfono descompuesto que no refleja la verdad entre Jesús y sus apóstoles.
La tradición “
cuenta” que Judas Iscariote fue un traidor que por unas cuantas monedas, entregó a Jesús identificándolo con un beso en la mejilla. Posteriormente le llega el arrepentimiento y se ahorca.
La novedad “
establece” que Jesús fue una persona judía iniciada en el movimiento gnóstico y esenio. Tal movimiento es el fruto que inspiraba el
Deuteronomio. Entre todo esto, Judas Iscariote fue tan solo un instrumento mediante el cual se trató de substituir el culto de muchos dioses, conocidos como los
Elohim, por un único y Dios verdadero: el Dios espiritual de bondad. Así, Judas pasa a ser de tal importancia para el cristianismo, que actualmente se considera el segundo personaje más importante en este contexto porque sin “traición” no hay crucifixión y sin ésta no hay “salvación”.
Seguramente palabras como "gnóstico", "esenio", "Deuteronomio" y "Elohim" nunca las han escuchado, excepto si han tenido curiosidad de indagar un poco en las profundidades histórico-religiosas de todo lo que envuelve una sola palabra: Jesús. Veamos,
gnóstico se dice que es aquella persona que tiene conocimiento, pero no es el conocimiento común que se encuentra en los libros, es aquel conocimiento de que se tiene una chispa de divinidad.
Esenio, es aquella persona judía que en tiempos de Cristo practicaba el ascetismo (perfección espiritual), el celibato y la comunidad de bienes y observaba celosamente los preceptos de la Tora (ley de judíos). El
Deuteronomio, para ser breves, es uno de los cinco libros de la ley mosaica, es decir, de Moisés.
Y finalmente
Elohim, es plural de Dios; y éste último es el más espinoso porque conlleva a tocar las fibras más sensibles de las creencias, pero lo diré de la siguiente forma tratando de ser lo más claro posible: Jesús distinguió entre el Dios creador y sus hijos (también dioses), de los cuales, solo uno de ellos es totalmente bueno, el resto son tanto buenos como malos. Ese Dios bueno es Yahvé o Jehová (como le quieran decir) y es al que le llamó el único Dios verdadero, lleno de bondad y que todo y a todos perdona.
Después de un poco de explicaciones extremadamente necesarias, regresemos a lo importante de esta entrada: Judas Iscariote. Cuando Jesús dice que será traicionado, Judas pregunta: ¿Seré yo Rabí? ¡Error! Jesús no era rabino. En la madrugada de la “traición”, los que fueron a aprender a Jesús llevaban espada. ¡Error! La espada era de uso exclusivo para los romanos, y ellos no aparecen en escena hasta que Jesús es entregado. Por lo mismo ningún discípulo de Jesús podía llevar espada, no obstante uno de ellos le corta la oreja a uno de los aprehensores con la “espada”. ¡Error! Y cuando Jesús “pega” la oreja, su último milagro... ¡Error! Jesús solo curaba a quienes creían en él. ¿Y el beso? ¿Por qué no señalar simplemente a la persona? Si todos dormían esa noche, ¿acaso no soñarían el beso de Judas?
Los cuatro evangelios del Nuevo Testamento son un mundo de errores, imprecisiones, incongruencias, contradicciones y confusiones.
Ahora, retomemos al Dios de bondad, al único que perdona TODO y a TODOS. Si Judas se arrepintió y luego se ahorcó, ¡desde luego que sería también perdonado! ¡Estaría libre de pecado! ¡Tendría el acceso a los cielos como cualquier otra persona! Sin embargo, si consideramos al Dios creador (el
Demiurgo o... ¿big-bang?), seguro que no sería así. (¡Vaya lío!) Pero Jesús lo dijo muy claro, el reino de Dios es de todos los que se arrepienten, no importan sus pecados.
La frase “Lo que has de hacer hazlo pronto” parece, según lo más congruente,
un acuerdo entre Jesús y Judas. Desde el punto de vista gnóstico, el cuerpo humano es una prisión para el espíritu, por lo que es importante liberarse de él. Así, Jesús buscó liberarse de su prisión y la forma de hacerlo era mediante un plan,
un plan en donde Judas se sacrifica para hacer cumplir las escrituras y Jesús “encajara” de acuerdo a ellas.
El beso de Judas, entonces se puede interpretar como el beso a Judas. Un beso donde el mismo Jesús le agradece que haya cumplido la parte del pacto.
¿Judas es entonces un temaktekauani o un héroe por liberar a Jesús de su prisión?
¿Judas fue condenado a los infiernos o fue absuelto de pecado y está en los cielos?
Judas fue un personaje de gran importancia. Algunas evidencias muestran que Judas fue el apóstol más cercano a Jesús y el único que pudo comprender su palabra y su enseñanza.
Finalmente, la conciencia requiere cosas claras y mientras la iglesia con su nefasto poder manipulador de la ignorancia del pueblo no se detenga, siempre habrá héroes y traidores falsos.
¿Qué cosa es verdad? No lo sé y tal vez nunca lo sabremos. Solo cada uno de nosotros podremos resolver en nuestro interior este tipo de cuestiones espinosas y para muchos hasta consideradas como herejías (lamentablemente por la ignorancia). ¿Cambia la fe por enterarse de esto y difundirlo al mismo tiempo? Esa es una cuestión de cada quién y es a lo que me lleva a preguntar ¿En qué crees? ¿Por qué lo crees? El hombre es el único animal que se cree saber, pero lo que ignora es que no sabe que es un ignorante.
¿Por qué creemos lo que creemos?