Paso a paso el gigante Paphum estaba cada vez más cerca de su objetivo. A lo largo de su descenso, su mirar se afinaba, sus grandes brazos se afianzaban con gran fuerza, sus pasos firmes y pesados se escuchaban. En la lejanía, el ruido permitía pasar dos sonidos... un paso y pap, otro paso y hum, un paso y pap, otro paso y hum. Así, en el largo recorrer del gran gigante Paphum, había una seguridad de logro en todo.
Al aproximarse a la conclusión de su grandioso descenso, el gigante sonreía en un completo estado de regodeo, por lo que su paso fue más lento para acabar de disfrutar el escenario completo.
Así es el proceder de este maravillo ser, así es la personalidad del gigante...
¡Así es Paphum!
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