jueves, 31 de diciembre de 2009

Lo mejor del año

A lo largo del año ocurrieron una serie de sucesos bastante satisfactorios y confortables, de aquellos que dejan gran sabor de boca y cuyo significado se traduce simplemente en que las cosas hay que seguirlas haciendo como hasta ahora y si es posible, aún mucho mejor.

Visitas a grandes ciudades como Cancún, Morelia, Cuernavaca, Veracruz y Oaxaca, así como a otras mucho más pequeñas como San Andrés Tuxtla y Catemaco, me enriquecieron para pensar en nuevas expectativas. Concluir algunos proyectos e iniciar otros son también motivo de gran satisfacción, esencialmente por la participación de mis alumnos, que sin ellos no sería posible hacer tantas cosas. Tener la oportunidad de enriquecer a alumnos y colegas, y al mismo tiempo enriquecerme de ellos, es una experiencia única porque se generan sinergias en las que todos crecemos.

Tuve la fortuna de romper vínculos formales y convertirlos en vínculos de amistad para incrementar mi lista de amigos. Desde luego el compartir tiempo con familiares es otro factor de peso que es imposible omitir.

Lo más relevante me ocurrió la noche del 19 de septiembre. Fue una fecha muy especial que dejó huella por la simple y sencilla razón de que me liberé de muchas cadenas y, al mismo tiempo, conocí una frase que me retroalimentó: “vivamos lo que tengamos que vivir”. Esta frase fue como une lección de vida, como un refuerzo a la liberación de las cosas que se quedan como un lastre.

Hoy concluye el año del búfalo que según los chinos, representa la prosperidad. Personalmente, aún con la “crisis”, este año fue muy próspero para mi.

¡Kisempakkayotl para todos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario