sábado, 14 de abril de 2018

Música y estrés moderno

Cuando era niño, muchas veces me tocó escuchar comentarios críticos sobre la música escandalosa de los 60s y 70s, específicamente me refiero a todo el movimiento alrededor de la palabra Rock. En algunas películas musicales veía a los conservadores de la música clásica decir que el Rock & Roll era música satánica. En estos tiempos, con miras a terminar en un par de años la segunda década del tercer milenio, me pregunto si nosotros que somos del siglo pasado nos expresamos igual que los conservadores ante cosas equivalentes como el Reggaeton. Analicemos algunas cosas interesantes en el esquema evolutivo de la música.

La música clásica es deseable para crear atmósferas relajantes, aunque creo que no toda. También es recomendable para estimular algunas zonas cerebrales y lograr mejor desarrollo en los niños. Bien, todo suena interesante. ¿Cuál era el nivel de estrés en los años 50s? No lo sé, pero seguramente mucho menor que en los años 80s. Por otro lado, lo que en su momento fueron éxitos del High Energy (con parte de sus antecesores como la música disco), hoy es un ritmo con el que se crea música para niños.

Entonces, la pregunta sigue siendo: ¿cuál era el nivel de estrés en los años 90s? No lo sé, pero seguramente mucho menor que en este 2018. Lo que puedo decir de este pequeño análisis insignificante y posiblemente sin argumentación aceptable, es que cada generación se desenvuelve en un nivel de estrés más fuerte, por lo que musicalmente hablando cada nueva generación requiere música más fuerte, con mayor grado de ruido para desfogar la cantidad de energía generada ante tantas cosas que se viven. En retrospectiva, hoy vemos que la música relajante fue el escándalo de hace 3 décadas y en ese momento, la música relajante fue la música de otras tres décadas atrás.

Cada vez vivimos en entornos más pesados, más fuertes, más escandalosos, más grotescos, más disparatados, más estresantes. ¿Cuál será nuestro límite? Tampoco lo sé, pero lo que sí puedo decir es que la música, independientemente de ser un medio de expresión, es relajante. Hay que buscar, hay que mirar, hay que indagar en las piezas musicales de las generaciones pasadas para encontrar la música que nos haga desestresarnos, que nos permite estar en paz, que nos relaje para mantener siempre la armonía que se necesita y apegarse a una actitud mental positiva.

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