Siempre me he considerado un amante del rock and roll, de la música disco, del high energy y del new age. Algunas atracciones hacia la música tropical y el pop también las he considerado parte de esa trayectoria musical que he disfrutado a lo largo de cinco décadas. En el tercer año de la pandemia y aún encerrado en casa, jugando al Cerdo Loco, redescubrí una tendencia y afinidad hacia un selecto grupo de piezas musicales del rock. Encabezada por Paranoid de Black Sabbath y otras piezas interesantes como House of the Raising Sun de The Animals, Thunderstruck de AC/DC, Black Dog de Led Zeppelin, etc.
No puedo decir
que todo el rock me gusta, definitivamente no es lo mío, pero en esa delgada
línea detrás de ese redescubrimiento puedo decir que la calidad musical es
extraordinaria. No hablo simplemente del posible gusto por un género, hablo en
general de que había calidad musical por que la música se hacia con verdaderos
instrumentos musicales, verdaderos genios de las notas del pentagrama y verdaderos
conciertos donde se entregaba todo para un excelente espectáculo.
Hoy, a pesar de la
nueva música que hemos ido conociendo, y que seguramente nos gusta fuertemente,
no es lo mismo. El apoyo musical a partir de la electrónica no sustituye en nada
a un instrumento musical. Desde luego puedo mencionar a los italianos con su música
electrónica y que a lo largo de 30 años o más han sido unos genios que no
tienen rivalidad. Pero el instrumento musical es insustituible. Prueba de ello
es la tendencia que se ha visto de hacer presentaciones en vivo con apoyo de
orquestas para reforzar el sonido y la calidad musical de muchos éxitos.
Gracias Equus
Ferus y a Papúm he conocido música reciente muy pegajosa, y lo interesante es
que muchas de esas piezas son refritos de otras, incluso remasterizaciones
sobresalientes. Pero se extraña la calidad musical de los verdaderos
instrumentos musicales, aquellos que hacen que realmente se perciba la alta
vibración de la música y que permite liberar el estrés. Así es, una orquesta
será siempre una orquesta. Tenemos a un Yanni que destaca con una parte
electrónica, pero que en vivo con orquesta no tiene comparación. Tenemos en el
otro extremo a Los Ángeles Azules que son buenos para hacer bailar, pero sus
presentaciones con orquesta son sobresalientes. Si hablamos de personalidades
que no tienen orquesta y que hacen música con esos verdaderos instrumentos
musicales, encontramos a un Ottmar Liebert cuyas presentaciones en vivo son una
maravilla. En otra vertiente, tenemos también la música ranchera que desde
luego hace uso de los instrumentos musicales y no hay comparación en la calidad
musical. Incluso dentro del pop, hay un Luis Miguel que incorporó la música
mexicana en su repertorio y es música con mariachi, y obvio, verdaderos instrumentos
musicales.
Los dejo, porque ¡voy
a disfrutar de un espacio con música que se toca con verdaderos instrumentos
musicales!