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martes, 15 de septiembre de 2020

El color del enigma

De la tranquilidad a la tempestad, del silencio al escándalo, de lo previsible a lo imprevisible… Pareciera que el caos se impone, sin embargo, desde lo más recóndito del disturbio se deja apreciar la llama de la tranquilidad, de la paz y del autocontrol.

El universo está lleno de sorpresas, los caóticos agujeros negros forman parte de un silencio formidable que permite hacer caso omiso a la incertidumbre del caos. El traslape de caos y tranquilidad es normal, aunque a veces pareciera lo contrario. Hay mucho más espacio para la tranquilidad que para el caos, así de simple. El universo es basto y se pinta solo para la paz abundante.

Independientemente de la paz abundante y de lo escaso del caos, el brillo de las estrellas siempre se hace presente inyectando un mundo de nuevas sorpresas positivas, especialmente si hablamos del formidable sistema binario que hace y deshace con sus abundantes lazos de energía. La atracción y rechazo que se genera entre ellos es formidable. Pero en lo general, esas estrellas que hacen presencia son los motores de la energía necesaria para acallar al caos. La brillantez de dicha energía es como el oro, y no solo brillante, también es radiante hasta el extremo contrario. En ese camino a través del túnel del tiempo, el enigma inherente se hace un reto diario que solo mediante la paz y la serenidad es posible descifrar.

Pero el brillo no es un brillo cualquiera, es un brillo amarillo intenso, como el oro… El oro, el metal por tradición humana más preciado y valorado queda asociado al enigma de la vida diaria.

Oro... el color del enigma.

jueves, 23 de julio de 2015

Sin ganas de escribir

A veces se tienen deseos de escribir mil cosas, pero no se sabe por dónde empezar. Mil ideas llegan abruptamente y todas parecen ser muy buenas y otras más excelentes, pero los dedos se limitan a estar en reposo sobre el teclado. Inspiración no falta, pero el cerebro se ancla en las miles de cosas y la lluvia de ideas se convierte en una tormenta desastrosa de frases que no dicen nada.

La primera frase sale bien, pero su continuación se dispersa. El inicio de una nueva idea más llega adelante, pero la dispersión continúa. Más cosas quieren escribirse, pero el contexto da paso a algo diferente. La bruma sega el poder de la redacción.

Las palabras del contexto se hacen sonar por doquier, mas la insistencia de la escritura se apodera nuevamente del teclado para aliviar, para relajar, para descansar... para escribir que las tenciones están latentes. Sin embargo la tormenta de ideas persiste. Algo en el fondo detona y hace notar que sin escritura, sin ideas, y aún en ese contexto, la paz debe reinar.

Los dedos fluyen y escriben, las ideas se centran en la expresión de lo no fluyente. Es un flujo sin fluir, pero deja pasar la idea de la inquietud de la escritura. Ahora la escritura fluye pero las ideas deben ordenarse. Ahora la escritura refleja consistencia, pero las ideas hay escribirlas en su momento adecuado...

¡El momento debe ser el correcto!

jueves, 16 de enero de 2014

¿Estrés citadino por igual?

En ciudades grandes como la de México, uno se acostumbra a estar atrapado varias horas en medio de la carga vehicular, sobre todo en horas pico y zonas complicadas.

En ciudades pequeñas hay mucha menor tolerancia a la carga vehicular generada por algún tipo de disturbio, ya sea cierre de calle, reparación del asfalto o un simple semáforo que se tarda en cambiar. ¡Y esto hace que ciertas personas ante la desesperación inmediata sean mucho más peligrosas que los cafres de la Ciudad de México!

A lo largo de algunos años y observando este fenómeno, hay ocasiones que pienso en que el estrés acelerado e intempestivo de las ciudades pequeñas, y aunque sea por solo 5 minutos, basta y sobra para equipararlo al de las grandes ciudades. Y tan solo por esos minutos breves el peligro potencial de accidentes se vuelve interesante.

No olvidemos que incluso hay personas que llevan un ritmo de vida excesivamente acelerado y aunque vivan en ciudades pequeñas, se hace un problema. La calidad de vida es cuestionable. No obstante, este ritmo moderno en el que nos desenvolvemos nos atrapa sin darnos cuenta. Y zonas tranquilas tienes riesgos inesperados.

¡Evita el estrés y vive con tranquilidad!

viernes, 30 de agosto de 2013

¿Qué significa vivir en el Axkankayotl?

Varias han sido las entradas que he escrito acerca del presente y de vivir en el presente. Aunque muchas personas dicen que es claro, en realidad no les ha quedado claro. Aceptar el concepto de vivir en libertad puede ser tan complicado como toda una vida.

Vivir en el presente no es olvidarse del pasado, es liberarse del pasado. Vivir en el presente no es cometer un error y hacer que no pasa nada, es saber asumir las consecuencias de tus actos. Vivir en el presente no significa ser insensible a las cosas que acontecen, es sólo ubicarlas en el lugar correcto. Vivir en el presente no es dejar de planificar una vida, es no proyectar los lastres del pasado hacia tu vida futura y que la sigas arruinando.

Vivir en el presente es crecimiento interno, es paz, es armonía, es conocerse. Vivir en el presente es conocer y permanecer en la libertad y si llegas hasta este punto, es entrar en la armonía del ágape, es proyectarte finalmente hacia la conciencia y la eliminación del ego. Vivir en el presente es el desarrollo humano más grande que puedes hacer pero con tu persona.

Tal vez sigan pensando que no queda claro. Efectivamente, es difícil asimilarlo porque es ir en contra de todas nuestras falsas creencias, pero date la oportunidad y verás que vivir en el presente es felicidad absoluta.

sábado, 6 de julio de 2013

El problema de ser olvidadizo

Eran aproximadamente las 6 de la tarde. Repentinamente llegó a mi cerebro un mensaje urgente de que algo había olvidado. No era cualquier cosa, ¡simplemente había dejado un difractómetro de rayos X prendido! Causa del olvido: demasiadas actividades por mi proceso de titulación y trabajo. Afortunadamente no pasó a mayores. Alguien amablemente (o muy molesto) lo apagó.

Días después, tuve que hablar por teléfono a la escuela ya que había dejado una bomba de vacío en funcionamiento con la parte experimental de mi trabajo de tesis. Simplemente por acomodar mis cosas para irme bastó para que se me olvidara que tenía otro pendiente inconcluso. Causa del olvido: nuevamente mis actividades de trabajo y de tesis. En esa ocasión el profesor que me contestó se hizo cargo de apagar la bomba.

Y así puedo contar miles de cosas que me han pasado por olvidar hasta el detalle más insignificante. Nunca me había dado cuenta de que tras una saturación de cosas, olvidaba otras.

Hasta la fecha sigo en lo mismo. Una agenda no funciona porque olvido la agenda. Un papel en mi cartera no funciona porque se me olvida que tengo dicho papel. Lo que me ha funcionado es el Calendar de Google, dado que lo puedo consultar en cualquier lugar y en cualquier instante, me ha salvado de muchas situaciones. No obstante eso no basta para aquellos detalles personales que evidentemente no entran en un registro como este que les comento.

Y ese es el gran detalle. La parte personal, al no ser anotada… Ya se imaginarán. Miles de cosas que me comentan se me olvidan al instante. Tal vez tenga problemas de memoria corta, tal vez no. Pero hace mucho tiempo yo me enojaba porque me preguntaba cómo era posible que se les pudieran olvidar ciertos detalles. Ahora, después de dos décadas de vivir con los pequeños olvidos he aprendido a valorar la paciencia y me he vuelto paciente. Quizás un chascarrillo sale de vez en cuando ante una situación de esta, pero no pasa de eso. No obstante entiendo que muchos se molesten por eso. Yo pasé por lo mismo.

Si alguien más anda en la misma situación, creo que la paciencia es algo invaluable. Sólo puedo decir que aquellas personas que aún se desesperen o molesten por este tipo de cuestiones, sean pacientes. El principio Kalimán lo deja muy claro: “Paciencia y serenidad”. Y no sólo lo digo por mí, lo digo por todo el mundo.

sábado, 29 de diciembre de 2012

El arranque de la nueva era

Así como mucha gente tuvo una preocupación exagerada por la terminación del mundo, resulta que los días siguen pasando y seguimos respirando en cada uno de ellos. Parece ser que muy pocos comprendieron que sólo se terminó un período y una era, sólo se acabaron los registros de las observaciones de antiguas civilizaciones como los Mayas. O como en muchas otras creencias, sólo se cumplieron los 5 períodos de 500 años. Así, nuestra vida diaria sigue.

En lo personal, el 21 de diciembre se acabó una era solar, y el 22 de diciembre dio inicio una era planetaria de equilibrios duales. Las constelaciones de todos los multiversos se alinearon para dar paso a la nueva era. La nueva era, consecuentemente marca la llegada al templo de las máximas expresiones internas. La nueva era permite simple y sencillamente la adoración en su máxima expresión.

Como dice Osho, mucha gente llega al templo, pero se espanta ante su majestuosidad. Yo decidí entrar y no hay temor de nada, el templo es lo mejor que puede haber y el pasillo de bienvenida es esplendoroso. El templo por sí mismo es indescriptible... sólo se siente la paz y la felicidad, la armonía y la relajación, el complemento y el presente.

Bienvenidos a la nueva era, espero que sepan apreciar lo que eso significa, sobre todo si hay consciencia.

sábado, 16 de abril de 2011

Una sola voz...

Cuando era niño me impresionó una voz y una música muy especial. Muchos años pasaron para saber quién cantaba. A mediados de los 80, por fin supe. Y finalmente, después de una larga espera para econtrarla en la red, ¡hoy se hace presente y es un placer escucharla! Una excelente joya de 1974.



Una voz es suficiente para transmitir muchas cosas. La voz es encantadora, tiene un timbre perfecto y la música acompañante es extraordinaria. Dejarse envolver instantáneamente en un mundo lleno de magia y poesía es indescriptible. No es necesario escuchar palabras para saber lo que se transmite. El mundo de sensaciones desencadenas ante tal perfección requiere solo eso, sentir... y a partir de allí viajar por todos los lugares conocidos y desconocidos, observando las maravillas que aparecen.

Todo es angelical. Solo se percibe al eterno Axkankayotl, sin lastres de un pasado y sin preocupaciones de un futuro inexistente. Así es como debe ser, solo Axkankayotl es válido en nuestras vidas y este concierto permite “tocarlo” tal y como es, solo este instante es único, solo este instante es importante, solo este instante es significativo, solo este instante vale la pena vivir... La línea que se forma en este y único instante es la muestra de la existencia de Axkankayotl.

El concierto para una sola voz es una obra de arte, es una mezcla entre lo sublime y el encantamiento. El interior refleja su grandeza y sencillez, la esencia se nutre, se hace más excelsa y se hace concordante con Axkankayotl.

Bailar con la musa y/o escuchar este concierto es de singular excelencia.

viernes, 10 de diciembre de 2010

En el umbral de la yokoxkayotl

¡Por fin! El montón de actividades se acerca peligrosamente a un límite inferior, las agendas se ven casi vacías, los festejos se anuncian de uno en uno y moviéndose entre los días y horarios, la yokoxkayotl invade y causa desastres en el estrés.

A lo lejos se percibe el espacio para otro tipo de actividades, actividades pendientes y que hay que priorizar. Una de ellas exige atención antes de las vacaciones, otras más pueden esperar.

El principal y primer paso hacia la tranquilidad se ha dado.

sábado, 10 de abril de 2010

El eclipse concluye

Pensé que no tendría tiempo, que tal vez tendría que abandonar mi puesto de observación y conformarme con los resultados que pudieran llegar, tal vez alterados o tal vez ni siquiera sabría.

Aún y cuando no era predecible en lo más mínimo conocer la duración del eclipse, finalmente pude observar en toda su magnitud los detalles de la culminación. Los astrónomos habían hecho una muy buena observación que se cumplió: un tonatiu del sistema ternario ha quedado sin metstli. Increíble, los fundamentos astronómicos utilizados fueron precisos y llegar a esa determinación en este tipo de eclipses no es nada fácil.

La experiencia ha sido muy grata, la espera siempre tiene una recompensa. Allá en el cielo azul el sistema ternario brilla con una posición aún más privilegiada, parece que tiene algo nuevo, algo que irradia energía en diferente forma, no es descriptible, solo se siente. Al final del eclipse se reveló que esa metstli, ahora fuera del sistema ternario, tuvo una interacción fuerte con su tonatiu, recibió una retroalimentación no vista antes y que según los astrónomos, puede crecer porque adquirió un conocimiento maravilloso. Como todo suceso cósmico, hay rastro de todo, aún a millones de años, y ese rastro perdurará en la memoria.

domingo, 24 de enero de 2010

El magno eclipse

Ayer inició el eclipse. El evento es impresionante y como todo fenómeno cósmico es imposible ver todas las vertientes que puede tomar. Los astrónomos predijeron muchas cosas y aplicaron muchos cálculos matemáticos para poder adelantar toda la información relevante y de interés en un acontecimiento como este. Allá donde todo se puede apreciar en su compleja ejecución se sabe muy bien lo que ocurre. Aquí solo se percibe una parte y dificulta apreciar el impactante fenómeno.

Las primeras observaciones fueron indescriptibles y los datos ofrecidos por el observatorio se cumplían uno a uno. El tiempo pasaba lentamente cuando sorpresivamente se dio una noticia nunca antes vista: “es imposible decir cuánto durará el eclipse”. Yo no me imagino algo así porque los eclipses son de minutos y con esta noticia las cosas cambian drásticamente. Nunca me imaginé escuchar algo así. Sabía del rumor, pero nunca pensé corroborarlo.

Aunado a esto, se da una segunda noticia sobre la tercer metstli: “no se puede tampoco corroborar su rotación”. Pensé que sería todo, no obstante hubo una tercera noticia: “hay evidencia de que el sistema ternario, en uno de sus tonatius, se suscite un cambio de metstli”. Vaya, qué eclipse espectacular y controvertido. Tendré que esperar, no puedo irme así nada más sin saber qué pasará durante el resto del eclipse. Algunas versiones dicen que puede extenderse meses pero no sé si tendré tiempo para verlo concluir en la forma que me gustaría. Apreciar el inicio del eclipse me proporciona tranquilidad, liberación, paz y confort, pero allá en las alturas sigue un fenómeno lleno de incertidumbre con dos posibles salidas.

Finalmente, ayer pude corroborar que este tipo de eclipses tienen gran similitud con ese famoso dicho del ajedrez: “cuando menos te lo esperas, salta el caballo”.