La noticia corre como loca. La noticia llega a su destino. La noticia avisa. La recepción no se hace esperar y tanto las alarmas como los focos rojos están a todo lo que dan. Las actividades se desencadenan y llega un momento crítico, un momento de cambio, un momento de razonamiento, un momento que requiere la plena lucidez, un momento que debe alargarse hasta donde sea necesario para convertir y transformar todo lo que llega en una actitud metal positiva y evitar efectos colaterales.
Todas las estrategias son necesarias: respiración, tacto, discernimiento, conteo, análisis, entre otras cosas no menos importantes, pero sobre todo el uso de recursos del autoconocimiento. Efectivamente, el interior debe estar sin alteración. Nada de lo que suceda afuera debe perturbar la paz interna, la quietud del espíritu, la tranquilidad del Ser. No es fácil. El trabajo en la eliminación de cadenas permite mantener la armonía. Los segundos se hacen largos, sin embargo el tiempo como constante eterna ofrece el privilegio de llegar al punto final.
Gracias a los repasos y a la práctica retomada, gracias a un poco de auto-atención, el final llegó sin complicaciones. El conjunto de elementos x llegó a la mínima vibración, la guitarra dejó de escucharse y los diapasones llegaron a la quietud nuevamente. No hubo más ondas. La paciencia tuvo su recompensa y las substancias dañinas para el organismo no derramaron gota alguna, todas se contuvieron. Excelente trabajo apoyado en el Ser.
Así, la quietud en el horizonte se asoma... Quietud, desencadena tus brazos de paz y abraza con la pasión infinita de la cordura. Quietud no te ocultes, quietud sé libre. Quietud, embriágame de tu paciencia y abre un poco más la puerta del ágape.
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viernes, 7 de noviembre de 2014
martes, 8 de octubre de 2013
¡Las experiencias de la vida con protector solar!
Disfruta de tu juventud.
Pasamos por el tiempo sin darnos cuenta.
Sólo vive.
No te preocupes por el futuro.
Los problemas reales no los aborda tu mente.
Cada día atrévete a romper al menos un miedo.
Siempre tendrás tiempo: el presente es eterno.
Canta... tu alma se fortalecerá.
No juegues con sentimientos... sólo te haces daño.
No compitas... porque sólo compites contra ti mismo.
Sé libre, perdona, comprende y olvida.
Conócete, estás para potenciar personas.
Ejercítate, tu cuerpo requiere energía vital.
No critiques, te evitarás muchos problemas.
Sé libre, ninguna persona puede esclavizarte.
El Jardín Salvaje lo dice claro:
las revistas solo sirven para bajar la autoestima.
Mi mano estará allí para ayudarte,
¡sólo tienes que tomarla!
No te olvides de la familia,
pero tampoco limites a otros de compartir con su familia.
Todos tenemos derecho a compartir porque seguramente
¡serán nuestro único vínculo!
Canta, baila, múdate de ciudades para que madurez.
Y si puedes, múdate a otro país para crecer aún más.
Pero siempre respeta a la gente mayor, porque
¡algún día serás gente mayor!
Nada es seguro en la vida.
Ahorra, nunca sabrás cuándo necesitarás dinero, pero disfrútalo.
No arruines tu piel, tu cabello, tus uñas ya que
nada mejorará tu genética
No al pasado, sí el presente.
El tiempo no pasa.
Nosotros pasamos por el tiempo.
El tiempo es eterno, el tiempo es el presente.
Sólo hay que aprender a vivir.
Sólo hay que conocerse.
Sólo hay que compartir.
Sólo hay que aplicar ágape.
Basado en el video de “El protector solar”. Recomiendo relajarse, olvidarse de las cosas, abrir la mente y reflexionar con cada frase del video.
viernes, 30 de agosto de 2013
¿Qué significa vivir en el Axkankayotl?
Varias han sido las entradas que he escrito acerca del presente y de vivir en el presente. Aunque muchas personas dicen que es claro, en realidad no les ha quedado claro. Aceptar el concepto de vivir en libertad puede ser tan complicado como toda una vida.
Vivir en el presente no es olvidarse del pasado, es liberarse del pasado. Vivir en el presente no es cometer un error y hacer que no pasa nada, es saber asumir las consecuencias de tus actos. Vivir en el presente no significa ser insensible a las cosas que acontecen, es sólo ubicarlas en el lugar correcto. Vivir en el presente no es dejar de planificar una vida, es no proyectar los lastres del pasado hacia tu vida futura y que la sigas arruinando.
Vivir en el presente es crecimiento interno, es paz, es armonía, es conocerse. Vivir en el presente es conocer y permanecer en la libertad y si llegas hasta este punto, es entrar en la armonía del ágape, es proyectarte finalmente hacia la conciencia y la eliminación del ego. Vivir en el presente es el desarrollo humano más grande que puedes hacer pero con tu persona.
Tal vez sigan pensando que no queda claro. Efectivamente, es difícil asimilarlo porque es ir en contra de todas nuestras falsas creencias, pero date la oportunidad y verás que vivir en el presente es felicidad absoluta.
Vivir en el presente no es olvidarse del pasado, es liberarse del pasado. Vivir en el presente no es cometer un error y hacer que no pasa nada, es saber asumir las consecuencias de tus actos. Vivir en el presente no significa ser insensible a las cosas que acontecen, es sólo ubicarlas en el lugar correcto. Vivir en el presente no es dejar de planificar una vida, es no proyectar los lastres del pasado hacia tu vida futura y que la sigas arruinando.
Vivir en el presente es crecimiento interno, es paz, es armonía, es conocerse. Vivir en el presente es conocer y permanecer en la libertad y si llegas hasta este punto, es entrar en la armonía del ágape, es proyectarte finalmente hacia la conciencia y la eliminación del ego. Vivir en el presente es el desarrollo humano más grande que puedes hacer pero con tu persona.
Tal vez sigan pensando que no queda claro. Efectivamente, es difícil asimilarlo porque es ir en contra de todas nuestras falsas creencias, pero date la oportunidad y verás que vivir en el presente es felicidad absoluta.
jueves, 14 de marzo de 2013
El principio de la hoja en blanco
A una década de haber tenido la maravillosa oportunidad de haber tomado aquel famoso curso de desarrollo humano, por diversos eventos que acontecen día a día, lo aprendido siempre viene a la mente con el propósito de reestablecer la ética del carácter. Sí, la ética del carácter. Y lo repito nuevamente: la ética del carácter.
El principio de la Hoja en Blanco es muy simple. Sólo ubiquémonos en la época de la pluma y su tinta… ¿Qué sucede cuando no hayamos una idea clara de lo que queremos expresar en un simple escrito? Así sea una simple línea, una frase, un párrafo o un poco más, si cometemos un error, no lo podemos borrar, simplemente tomamos una nueva hoja en blanco y volvemos a comenzar. ¿Qué pasa si justo en la última palabra comentemos otro nuevo error? Tal vez nos dé coraje, enojo, desesperación, pero tras un respirar profundo volvemos a comenzar con una nueva hoja en blanco. Y así sucesivamente hasta que terminamos la obra, para posteriormente leerla y tal vez hacer una nueva obra, siempre bajo el mismo principio, por cada error se requiere una nueva hoja en blanco.
Así es la vida de flexible con nosotros. Por cada error que cometemos, siempre tenemos una nueva hoja en blanco para comenzar desde cero, lo que sea, por simple o complicado que sea. Pero lo más interesante de todo esto es que si otra persona comete un error, podemos ofrecerle una nueva hoja para que inicie de nuevo. Cada hoja nueva representa una nueva oportunidad. Siempre tenemos por derecho propio esa hoja en blanco en espera de liberarnos. En cada uno de nosotros está el aprender a utilizar las hojas en blanco de la vida y al mismo tiempo de ofrecerles a otros la misma oportunidad.
Y si no te ha caído el veinte, unos simples ejemplos son suficientes para darse cuenta que hemos hecho tachaduras, enmendaduras y pegotes que más que liberar, encadenan… ¿Cuántas veces has regañado a tus hijos por algo que no estás seguro que hicieron? ¿En cuántas ocasiones les has reclamado algo a tus familiares porque te dejaste llevar por un rumor? ¿Cuánta intolerancia le guardas a tus padres y hermanos por tener su propia forma de ser? Y al contrario: ¿Cuántas ocasiones hubieses deseado volver a empezar? La gran mayoría de las veces, has negado y te han negado la oportunidad. Y todo por un sin número de YOES que desconoces. Simple: no te conoces.
Haz del principio de la hoja en blanco un hábito para ti y tus seres queridos y verás cómo la vida es bella. Recuerda que el pasado es referencia, no residencia. Recuerda que el problema no es lo que se dice, sino cómo se dice. Recuerda que siempre tienes un instante para cambiar lo negativo en positivo y tomar mejores decisiones.
El principio de la Hoja en Blanco es muy simple. Sólo ubiquémonos en la época de la pluma y su tinta… ¿Qué sucede cuando no hayamos una idea clara de lo que queremos expresar en un simple escrito? Así sea una simple línea, una frase, un párrafo o un poco más, si cometemos un error, no lo podemos borrar, simplemente tomamos una nueva hoja en blanco y volvemos a comenzar. ¿Qué pasa si justo en la última palabra comentemos otro nuevo error? Tal vez nos dé coraje, enojo, desesperación, pero tras un respirar profundo volvemos a comenzar con una nueva hoja en blanco. Y así sucesivamente hasta que terminamos la obra, para posteriormente leerla y tal vez hacer una nueva obra, siempre bajo el mismo principio, por cada error se requiere una nueva hoja en blanco.
Así es la vida de flexible con nosotros. Por cada error que cometemos, siempre tenemos una nueva hoja en blanco para comenzar desde cero, lo que sea, por simple o complicado que sea. Pero lo más interesante de todo esto es que si otra persona comete un error, podemos ofrecerle una nueva hoja para que inicie de nuevo. Cada hoja nueva representa una nueva oportunidad. Siempre tenemos por derecho propio esa hoja en blanco en espera de liberarnos. En cada uno de nosotros está el aprender a utilizar las hojas en blanco de la vida y al mismo tiempo de ofrecerles a otros la misma oportunidad.
Y si no te ha caído el veinte, unos simples ejemplos son suficientes para darse cuenta que hemos hecho tachaduras, enmendaduras y pegotes que más que liberar, encadenan… ¿Cuántas veces has regañado a tus hijos por algo que no estás seguro que hicieron? ¿En cuántas ocasiones les has reclamado algo a tus familiares porque te dejaste llevar por un rumor? ¿Cuánta intolerancia le guardas a tus padres y hermanos por tener su propia forma de ser? Y al contrario: ¿Cuántas ocasiones hubieses deseado volver a empezar? La gran mayoría de las veces, has negado y te han negado la oportunidad. Y todo por un sin número de YOES que desconoces. Simple: no te conoces.
Haz del principio de la hoja en blanco un hábito para ti y tus seres queridos y verás cómo la vida es bella. Recuerda que el pasado es referencia, no residencia. Recuerda que el problema no es lo que se dice, sino cómo se dice. Recuerda que siempre tienes un instante para cambiar lo negativo en positivo y tomar mejores decisiones.
domingo, 3 de marzo de 2013
Espiritualidad flexible versus espiritualidad inflexible
"Existen dos formas de sentirse espiritualmente seguro: una es adherirse a una doctrina, un liderazgo y unas normas morales fijas y sencillas. Otra es mostrarnos receptivos a la vida, profundizar en nuestra percepción y renunciar a toda actividad defensiva con respecto a nuestras convicciones.
Jesús representa este segundo enfoque.
El primero tan sólo nos ofrece la ilusión de la certeza, una ilusión que se mantiene a través de una angustiosa inflexibilidad.
Lo que nos propone Jesús es vivir a partir de una fuente más profunda, con unos valores que no pueden ser codificados en una lista de reglas. El elemento central en sus valores es el amor, entendido como un respeto profundo hacia el prójimo."
Thomas Moore, en su libro Jesús y el alma de los evangelios, deja muy claro que si nos apegamos a una moralidad religiosa tradicional, seguramente tendremos esa seguridad espiritual pero totalmente llena de reglas rígidas, con las complicaciones que eso conlleva. Por el contrario, él dice que una espiritualidad apegada al amor, llena de reflexión, es mucho más compatible con la enseñanza de Jesús, y estoy completamente de acuerdo.
La iglesia ha impuesto a lo largo de tantos años una serie de reglas que más allá de lograr la auto-realización espiritual del hombre, ha desencadenado un moralismo generador de culpas innecesarias.
Es momento de que busques en tu interior ese Reino, es momento de que seas libre, es momento de que dejes las reglas inflexibles, es momento de que vivas en armonía con la vida, es momento de que desarrolles tu ágape, es momento de que hoy en adelante seas feliz.
El primero tan sólo nos ofrece la ilusión de la certeza, una ilusión que se mantiene a través de una angustiosa inflexibilidad.
Lo que nos propone Jesús es vivir a partir de una fuente más profunda, con unos valores que no pueden ser codificados en una lista de reglas. El elemento central en sus valores es el amor, entendido como un respeto profundo hacia el prójimo."
Thomas Moore, en su libro Jesús y el alma de los evangelios, deja muy claro que si nos apegamos a una moralidad religiosa tradicional, seguramente tendremos esa seguridad espiritual pero totalmente llena de reglas rígidas, con las complicaciones que eso conlleva. Por el contrario, él dice que una espiritualidad apegada al amor, llena de reflexión, es mucho más compatible con la enseñanza de Jesús, y estoy completamente de acuerdo.
La iglesia ha impuesto a lo largo de tantos años una serie de reglas que más allá de lograr la auto-realización espiritual del hombre, ha desencadenado un moralismo generador de culpas innecesarias.
Es momento de que busques en tu interior ese Reino, es momento de que seas libre, es momento de que dejes las reglas inflexibles, es momento de que vivas en armonía con la vida, es momento de que desarrolles tu ágape, es momento de que hoy en adelante seas feliz.
Despierta tu consciencia y desarrolla tu Ser.
miércoles, 6 de febrero de 2013
Los primeros atsans dentro del templo
Desde que dio inicio el nuevo mundo, he caminado en el interior del templo. Su majestuosidad sigue siendo como tal: indescriptible pero lleno de fascinación. He aprendido que cada paso debe ser seguro, que el tiempo se debe asimilar como atemporal para ser eterno, que cada detalle que se comparte debe estar en sintonía con el ágape y que cada instante es único.
Observo que el templo crece. Uno nunca se imagina o considera que esto es posible, más sin embargo descubro que soy un arquitecto dentro del templo. Su edificación es un reto acompañado de innumerables opciones, las cuales bajo el principio del compartir y del ágape construyen automáticamente cada pilar requerido.
Ha llegado la hora de la adoración. Ha llegado el momento de preservar el fuego. Es hora de ascender un poco más en la escalera del Ser. Y todo en lo increíble del Axkankayotl.
Observo que el templo crece. Uno nunca se imagina o considera que esto es posible, más sin embargo descubro que soy un arquitecto dentro del templo. Su edificación es un reto acompañado de innumerables opciones, las cuales bajo el principio del compartir y del ágape construyen automáticamente cada pilar requerido.
Ha llegado la hora de la adoración. Ha llegado el momento de preservar el fuego. Es hora de ascender un poco más en la escalera del Ser. Y todo en lo increíble del Axkankayotl.
martes, 6 de noviembre de 2012
La sobremesa
Tras la comida, la clásica sobremesa no se hizo esperar. Entre múltiples temas puestos en la mesa y tras agotar cada uno, viene uno más y en seguida otro más…
En algunos temas simplemente opinaba algo, en otros nada. Pero tras dar inicio a los temas que han estado entrañablemente relacionados por décadas a una tradición muy especial de la casa, mi atención fue capturada de una forma muy particular. No voy a mencionar cuál fue el tema, aunque duró básicamente la mitad de todo el tiempo de sobremesa. Lo que me interesa expresar es el motivo por el cuál me deleité al escuchar a la narradora, una hermosa mujer de edad avanzada y llena de tantas historias increíbles, o tal vez tan sencillas, pero con una capacidad de plasmar detalles llenos de vida. Acompañada de su esposo, otra excelente y hermosa persona, plasmaba detalles adicionales a las narraciones, haciendo que todo fue como decimos muchas veces, con lujo de detalle.
A lo largo de las narraciones, refrendé que es increíble escuchar a las personas que tras su voz proyectan vida y que esa proyección de vida revitaliza la de uno. Así como se puede aprender en cabeza ajena, también se puede vivir tras las experiencias que nos cuentan, tras las vivencias que nos comparten. No todo mundo tiene la capacidad de proyectar vida tras su habla.
Quiero destacar que tanto para la mujer como para su esposo ocupé el calificativo de “hermosa persona”. Es evidente que no lo estoy ocupando en el sentido físico, sino en el sentido de apreciar lo maravilloso de un ser humano, algo que debemos desarrollar día a día, algo que desafortunadamente cada vez que pasan los años vamos perdiendo, detalle que nos trunca de otro tipo de vivencias. A veces ni siquiera a nuestros padres y hermanos los vemos como personas hermosas.
Como dirían los matemáticos que mostraron que todas las mujeres son bonitas, donde para dos o más mujeres en el conjunto es comprobable. Si extrapolamos esto a toda la raza humana, entonces para dos o más personas en el conjunto, que es el planeta Tierra, todas las personas son hermosas. Nuestra ceguera de la vida diaria no nos permite verlo así. Nuestro ágape está en su mínima expresión. Hay que aprender a desarrollar el ágape.
En algunos temas simplemente opinaba algo, en otros nada. Pero tras dar inicio a los temas que han estado entrañablemente relacionados por décadas a una tradición muy especial de la casa, mi atención fue capturada de una forma muy particular. No voy a mencionar cuál fue el tema, aunque duró básicamente la mitad de todo el tiempo de sobremesa. Lo que me interesa expresar es el motivo por el cuál me deleité al escuchar a la narradora, una hermosa mujer de edad avanzada y llena de tantas historias increíbles, o tal vez tan sencillas, pero con una capacidad de plasmar detalles llenos de vida. Acompañada de su esposo, otra excelente y hermosa persona, plasmaba detalles adicionales a las narraciones, haciendo que todo fue como decimos muchas veces, con lujo de detalle.
A lo largo de las narraciones, refrendé que es increíble escuchar a las personas que tras su voz proyectan vida y que esa proyección de vida revitaliza la de uno. Así como se puede aprender en cabeza ajena, también se puede vivir tras las experiencias que nos cuentan, tras las vivencias que nos comparten. No todo mundo tiene la capacidad de proyectar vida tras su habla.
Quiero destacar que tanto para la mujer como para su esposo ocupé el calificativo de “hermosa persona”. Es evidente que no lo estoy ocupando en el sentido físico, sino en el sentido de apreciar lo maravilloso de un ser humano, algo que debemos desarrollar día a día, algo que desafortunadamente cada vez que pasan los años vamos perdiendo, detalle que nos trunca de otro tipo de vivencias. A veces ni siquiera a nuestros padres y hermanos los vemos como personas hermosas.
Como dirían los matemáticos que mostraron que todas las mujeres son bonitas, donde para dos o más mujeres en el conjunto es comprobable. Si extrapolamos esto a toda la raza humana, entonces para dos o más personas en el conjunto, que es el planeta Tierra, todas las personas son hermosas. Nuestra ceguera de la vida diaria no nos permite verlo así. Nuestro ágape está en su mínima expresión. Hay que aprender a desarrollar el ágape.
viernes, 26 de agosto de 2011
El amor como estado de Ser
Esta entrada requiere desprenderse del concepto erróneo de amar y amor que nos han inculcado. Lo que aquí se dice no son conceptos del diccionario. Lo que aquí se dice es simplemente ágape.
"La capacidad de estar solo es la capacidad de amar. Puede que te parezca paradójico, pero no lo es. Es una verdad existencial; solo aquellas personas que son capaces de estar a solas son capaces de amar, de compartir, de llegar a los más profundo de la otra persona; sin poseer a la otra persona, sin depender de ella, sin reducirla a una cosa, y sin volverse adictos a ella. Permiten que la otra persona tenga total libertad porque saben que si se marcha, ellos seguirán siendo tan felices como son ahora. La otra persona no puede arrebatarles su felicidad, porque no es quien se la dio.
Entonces, ¿por qué quieren estar juntos? Ya no se trata de una necesidad; se trata de un lujo. Intenta comprenderlo. Las personas auténticas se aman porque es un lujo, no una necesidad. Disfrutan compartiendo; tienen mucha alegría, les gustaría derramarla en alguien más. Y saben cómo interpretar su vida como solistas.
El solista de flauta sabe cómo disfrutar a solas de su flauta. Y si por casualidad encuentra con un tablista, con un solista de tabla, disfrutarán tocando juntos y creando una armonía entre la flauta y la tabla. Ambos disfrutarán: ambos derramarán su riqueza en la otra persona." *
[*] Aprender a amar, Osho, Debolsillo, 2011.
"La capacidad de estar solo es la capacidad de amar. Puede que te parezca paradójico, pero no lo es. Es una verdad existencial; solo aquellas personas que son capaces de estar a solas son capaces de amar, de compartir, de llegar a los más profundo de la otra persona; sin poseer a la otra persona, sin depender de ella, sin reducirla a una cosa, y sin volverse adictos a ella. Permiten que la otra persona tenga total libertad porque saben que si se marcha, ellos seguirán siendo tan felices como son ahora. La otra persona no puede arrebatarles su felicidad, porque no es quien se la dio.
Entonces, ¿por qué quieren estar juntos? Ya no se trata de una necesidad; se trata de un lujo. Intenta comprenderlo. Las personas auténticas se aman porque es un lujo, no una necesidad. Disfrutan compartiendo; tienen mucha alegría, les gustaría derramarla en alguien más. Y saben cómo interpretar su vida como solistas.
El solista de flauta sabe cómo disfrutar a solas de su flauta. Y si por casualidad encuentra con un tablista, con un solista de tabla, disfrutarán tocando juntos y creando una armonía entre la flauta y la tabla. Ambos disfrutarán: ambos derramarán su riqueza en la otra persona." *
[*] Aprender a amar, Osho, Debolsillo, 2011.
miércoles, 24 de agosto de 2011
Tlamakitilistli: soledad existencial
La palabra soledad es un término que a muchos les puede causar severos conflictos. La razón es que esta palabra lingüísticamente significa una carencia voluntaria o involuntaria de compañía; un lugar desierto, o tierra no habitada; o en su caso un pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo. Y realmente esto es muy drástico.
No obstante, en el contexto del Ser, la soledad significa algo totalmente diferente. La soledad significa la capacidad que uno tiene para encontrarse consigo mismo y por consecuencia la capacidad de amar y de ser libre. Como es bien sabido en la frase “aprende a amarte y podrás a amar a los demás”, la soledad existencial es algo que deberíamos buscar para autoconocernos.
Como podrán darse cuenta, en este contexto todo se refiere al ágape, y si lo quieren llevar a la pareja, es el ágape de pareja, donde cada uno es individual y crecen de forma individual, pero los dos pueden crecer también de forma conjunta, se nutren, se complementan. Nada afecta en individualidad ni mucho menos en pareja. Interesante. La pregunta es:
No obstante, en el contexto del Ser, la soledad significa algo totalmente diferente. La soledad significa la capacidad que uno tiene para encontrarse consigo mismo y por consecuencia la capacidad de amar y de ser libre. Como es bien sabido en la frase “aprende a amarte y podrás a amar a los demás”, la soledad existencial es algo que deberíamos buscar para autoconocernos.
Cuanto más puedes estar en soledad,
más amor generas,
más libertad tienes,
más feliz eres.
Como podrán darse cuenta, en este contexto todo se refiere al ágape, y si lo quieren llevar a la pareja, es el ágape de pareja, donde cada uno es individual y crecen de forma individual, pero los dos pueden crecer también de forma conjunta, se nutren, se complementan. Nada afecta en individualidad ni mucho menos en pareja. Interesante. La pregunta es:
¿Sabemos estar en soledad
con nuestro Ser?
sábado, 2 de abril de 2011
Enamoramiento, amor y ágape
Enamorarse... vaya situaciones y locuras complejas. Amar... algo mucho más complejo, pero más estable, aunque se suele padecer. Ágape... seguramente una palabra muy rara, pero un gran objetivo de vida.
Probablemente las dos primeras palabras sean bastante conocidas, más la última no. Veamos, uno se suele enamorar y posteriormente (desde quizá una fracción de segundo hasta algún tiempo razonable y congruente) se pasa al amor. Al menos es lo clásico, salvo por quienes dicen que hay amor a primera vista. Y si uno es capaz de amar, ¿entonces cuándo nos amaremos todos?
Tendré que citar nuevamente al diccionario de la Real Academia Española (RAE)... Dice que el enamoramiento es la acción de excitar un padecimiento de amor en alguien; el amor es un sentimiento que parte de una insuficiencia y se busca a otro ser, donde hay reciprocidad; el ágape es el afecto (amoroso) hacia las personas (aunque su origen se remonta a la época de Jesús).
El RAE puede ser muy puntual, no obstante, hace algunos años supe de una excelente definición para el enamoramiento. Suena cruel, tal vez arrebatado, pero lo describe sin ambigüedades tal y como es: “el enamoramiento es un estado de estupidez transitorio”. Muy realista, sí, muy rudo, sí, pero ¡así es indistintamente de los sentimientos involucrados!
Por otro lado, en el inicio de los tiempos, cuando todos los sentimientos y cualidades del hombre jugaron a las escondidas, la locura contó hasta un millón. Enseguida encontró a todos, excepto al amor. La locura buscó detrás de cada árbol, en cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal. Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando, de pronto, un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido los ojos del amor. La locura no sabía qué hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró, pidió perdón, y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra... ¡el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña!
Desde el lado serio, según los especialistas británicos, descubrieron que cuando las personas aman con intensidad, en su cerebro se “activan” las neuronas conocidas por su sensibilidad a la oxitocina, un químico portador de mensajes vinculado con sensaciones como el amor, y las conductas maternal y paternal. Al mismo tiempo se desactivan otras zonas, entre ellas la que tiene relación con los juicios negativos y la del pensamiento crítico. Se “desactiva” la zona del cerebro encargada del juicio social y de la evaluación de las personas. Se suprime, por lo tanto, la capacidad de criticar a los seres queridos (de allí la ceguera).
Pasando al ágape. En el antiguo griego, el término ágape se refería al valor dado a las joyas y otros objetos preciosos. El ágape es un matiz de valor hacia algo y hacia alguien. Por lo tanto es una actitud, una postura, una evaluación que genera respeto. Por el tipo de interpretaciones que se han hecho, siempre se ha traducido la palabra ágape como amor. Sin embargo no es el amor producto del enamoramiento, ni el amor mismo como sentimiento, es la parte afectiva de un ser humano hacia otros. Desde esta perspectiva, el ágape va más allá del concepto de excitar un padecimiento de amor, va más allá de la reciprocidad que se pueda tener con otra persona (familiar o no familiar), simplemente es desarrollar la afectividad hacia el prójimo.
Si bien el enamoramiento y el amor son una fuente mínima de ágape, el ágape es un verbo asociado a la vida, a los valores, a la ética, al carácter, al Ser.
Probablemente las dos primeras palabras sean bastante conocidas, más la última no. Veamos, uno se suele enamorar y posteriormente (desde quizá una fracción de segundo hasta algún tiempo razonable y congruente) se pasa al amor. Al menos es lo clásico, salvo por quienes dicen que hay amor a primera vista. Y si uno es capaz de amar, ¿entonces cuándo nos amaremos todos?
Tendré que citar nuevamente al diccionario de la Real Academia Española (RAE)... Dice que el enamoramiento es la acción de excitar un padecimiento de amor en alguien; el amor es un sentimiento que parte de una insuficiencia y se busca a otro ser, donde hay reciprocidad; el ágape es el afecto (amoroso) hacia las personas (aunque su origen se remonta a la época de Jesús).
El RAE puede ser muy puntual, no obstante, hace algunos años supe de una excelente definición para el enamoramiento. Suena cruel, tal vez arrebatado, pero lo describe sin ambigüedades tal y como es: “el enamoramiento es un estado de estupidez transitorio”. Muy realista, sí, muy rudo, sí, pero ¡así es indistintamente de los sentimientos involucrados!
Por otro lado, en el inicio de los tiempos, cuando todos los sentimientos y cualidades del hombre jugaron a las escondidas, la locura contó hasta un millón. Enseguida encontró a todos, excepto al amor. La locura buscó detrás de cada árbol, en cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal. Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando, de pronto, un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido los ojos del amor. La locura no sabía qué hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró, pidió perdón, y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra... ¡el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña!
Desde el lado serio, según los especialistas británicos, descubrieron que cuando las personas aman con intensidad, en su cerebro se “activan” las neuronas conocidas por su sensibilidad a la oxitocina, un químico portador de mensajes vinculado con sensaciones como el amor, y las conductas maternal y paternal. Al mismo tiempo se desactivan otras zonas, entre ellas la que tiene relación con los juicios negativos y la del pensamiento crítico. Se “desactiva” la zona del cerebro encargada del juicio social y de la evaluación de las personas. Se suprime, por lo tanto, la capacidad de criticar a los seres queridos (de allí la ceguera).
Pasando al ágape. En el antiguo griego, el término ágape se refería al valor dado a las joyas y otros objetos preciosos. El ágape es un matiz de valor hacia algo y hacia alguien. Por lo tanto es una actitud, una postura, una evaluación que genera respeto. Por el tipo de interpretaciones que se han hecho, siempre se ha traducido la palabra ágape como amor. Sin embargo no es el amor producto del enamoramiento, ni el amor mismo como sentimiento, es la parte afectiva de un ser humano hacia otros. Desde esta perspectiva, el ágape va más allá del concepto de excitar un padecimiento de amor, va más allá de la reciprocidad que se pueda tener con otra persona (familiar o no familiar), simplemente es desarrollar la afectividad hacia el prójimo.
Si bien el enamoramiento y el amor son una fuente mínima de ágape, el ágape es un verbo asociado a la vida, a los valores, a la ética, al carácter, al Ser.
¡Expresemos tlasojtlalistli
vidente y real!
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