Cuando era niño, muchas veces me tocó escuchar comentarios críticos sobre la música escandalosa de los 60s y 70s, específicamente me refiero a todo el movimiento alrededor de la palabra Rock. En algunas películas musicales veía a los conservadores de la música clásica decir que el Rock & Roll era música satánica. En estos tiempos, con miras a terminar en un par de años la segunda década del tercer milenio, me pregunto si nosotros que somos del siglo pasado nos expresamos igual que los conservadores ante cosas equivalentes como el Reggaeton. Analicemos algunas cosas interesantes en el esquema evolutivo de la música.
La música clásica es deseable para crear atmósferas relajantes, aunque creo que no toda. También es recomendable para estimular algunas zonas cerebrales y lograr mejor desarrollo en los niños. Bien, todo suena interesante. ¿Cuál era el nivel de estrés en los años 50s? No lo sé, pero seguramente mucho menor que en los años 80s. Por otro lado, lo que en su momento fueron éxitos del High Energy (con parte de sus antecesores como la música disco), hoy es un ritmo con el que se crea música para niños.
Entonces, la pregunta sigue siendo: ¿cuál era el nivel de estrés en los años 90s? No lo sé, pero seguramente mucho menor que en este 2018. Lo que puedo decir de este pequeño análisis insignificante y posiblemente sin argumentación aceptable, es que cada generación se desenvuelve en un nivel de estrés más fuerte, por lo que musicalmente hablando cada nueva generación requiere música más fuerte, con mayor grado de ruido para desfogar la cantidad de energía generada ante tantas cosas que se viven. En retrospectiva, hoy vemos que la música relajante fue el escándalo de hace 3 décadas y en ese momento, la música relajante fue la música de otras tres décadas atrás.
Cada vez vivimos en entornos más pesados, más fuertes, más escandalosos, más grotescos, más disparatados, más estresantes. ¿Cuál será nuestro límite? Tampoco lo sé, pero lo que sí puedo decir es que la música, independientemente de ser un medio de expresión, es relajante. Hay que buscar, hay que mirar, hay que indagar en las piezas musicales de las generaciones pasadas para encontrar la música que nos haga desestresarnos, que nos permite estar en paz, que nos relaje para mantener siempre la armonía que se necesita y apegarse a una actitud mental positiva.
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sábado, 14 de abril de 2018
jueves, 3 de septiembre de 2015
Un recorrido con plena yokoxkayotl
- Día anterior: salida tarde del trabajo.
- Consecuencia: sin terminar un pendiente e imprimir y trabajo extra en casa.
- Día de hoy: salir de casa 6:30 am para llegar a imprimir.
- Consecuencia: entregar todo a tiempo: 7:00 am.
Salir de casa temprano, 10 minutos antes de lo acostumbrado, resultó en una maravilla. Las calles tranquilas, libres de cualquier tipo de locos al volante (conocidos como cafres por cierto) y semáforos despejados.
Siempre he considerado que salir temprano, con el tiempo suficiente, hace que el estrés no llegue a un punto crítico. Me considero previsor en ese sentido. Pero salir aún 10 minutos más temprano es tener cero estrés. La hermosa Ciudad de México es complicada por la cantidad de carga vehicular que se genera, es comprensible, aunque el estrés es extremoso. Pero que una ciudad pequeña tenga complicaciones de tráfico tipo DF aunque sean 5 minutos, es increíble.
Me he dado cuenta que los locos al volante en ciudades pequeñas son peores que los que hay en las grandes ciudades. Pero no quiero entrar en esos detalles terroríficos, mejor dejemos todo en que un recorrido con el tiempo suficiente para no preocuparse de nada, aún con los locos, es siempre mejor que ser parte de ellos. Aprendamos a salir con tiempo, aprendamos a ser relajados al volante, aprendamos a ser eficientes en nuestra administración personal y familiar.
- Consecuencia: sin terminar un pendiente e imprimir y trabajo extra en casa.
- Día de hoy: salir de casa 6:30 am para llegar a imprimir.
- Consecuencia: entregar todo a tiempo: 7:00 am.
Salir de casa temprano, 10 minutos antes de lo acostumbrado, resultó en una maravilla. Las calles tranquilas, libres de cualquier tipo de locos al volante (conocidos como cafres por cierto) y semáforos despejados.
Siempre he considerado que salir temprano, con el tiempo suficiente, hace que el estrés no llegue a un punto crítico. Me considero previsor en ese sentido. Pero salir aún 10 minutos más temprano es tener cero estrés. La hermosa Ciudad de México es complicada por la cantidad de carga vehicular que se genera, es comprensible, aunque el estrés es extremoso. Pero que una ciudad pequeña tenga complicaciones de tráfico tipo DF aunque sean 5 minutos, es increíble.
Me he dado cuenta que los locos al volante en ciudades pequeñas son peores que los que hay en las grandes ciudades. Pero no quiero entrar en esos detalles terroríficos, mejor dejemos todo en que un recorrido con el tiempo suficiente para no preocuparse de nada, aún con los locos, es siempre mejor que ser parte de ellos. Aprendamos a salir con tiempo, aprendamos a ser relajados al volante, aprendamos a ser eficientes en nuestra administración personal y familiar.
¡Un recorrido con plena tranquilidad es
un recorrido de calidad de vida!
un recorrido de calidad de vida!
jueves, 16 de enero de 2014
¿Estrés citadino por igual?
En ciudades grandes como la de México, uno se acostumbra a estar atrapado varias horas en medio de la carga vehicular, sobre todo en horas pico y zonas complicadas.
En ciudades pequeñas hay mucha menor tolerancia a la carga vehicular generada por algún tipo de disturbio, ya sea cierre de calle, reparación del asfalto o un simple semáforo que se tarda en cambiar. ¡Y esto hace que ciertas personas ante la desesperación inmediata sean mucho más peligrosas que los cafres de la Ciudad de México!
A lo largo de algunos años y observando este fenómeno, hay ocasiones que pienso en que el estrés acelerado e intempestivo de las ciudades pequeñas, y aunque sea por solo 5 minutos, basta y sobra para equipararlo al de las grandes ciudades. Y tan solo por esos minutos breves el peligro potencial de accidentes se vuelve interesante.
No olvidemos que incluso hay personas que llevan un ritmo de vida excesivamente acelerado y aunque vivan en ciudades pequeñas, se hace un problema. La calidad de vida es cuestionable. No obstante, este ritmo moderno en el que nos desenvolvemos nos atrapa sin darnos cuenta. Y zonas tranquilas tienes riesgos inesperados.
¡Evita el estrés y vive con tranquilidad!
En ciudades pequeñas hay mucha menor tolerancia a la carga vehicular generada por algún tipo de disturbio, ya sea cierre de calle, reparación del asfalto o un simple semáforo que se tarda en cambiar. ¡Y esto hace que ciertas personas ante la desesperación inmediata sean mucho más peligrosas que los cafres de la Ciudad de México!
A lo largo de algunos años y observando este fenómeno, hay ocasiones que pienso en que el estrés acelerado e intempestivo de las ciudades pequeñas, y aunque sea por solo 5 minutos, basta y sobra para equipararlo al de las grandes ciudades. Y tan solo por esos minutos breves el peligro potencial de accidentes se vuelve interesante.
No olvidemos que incluso hay personas que llevan un ritmo de vida excesivamente acelerado y aunque vivan en ciudades pequeñas, se hace un problema. La calidad de vida es cuestionable. No obstante, este ritmo moderno en el que nos desenvolvemos nos atrapa sin darnos cuenta. Y zonas tranquilas tienes riesgos inesperados.
viernes, 1 de febrero de 2013
Masasiuilistli tecnológica
La reunión se llevó a cabo con lo acostumbrado: llegadas tarde y haciendo todo menos lo que se debió. A parte de la pereza mental de hacer cosas colaborativas, el desinterés inundaba el ambiente.
En este contexto descrito muy brevemente, observé una vez más lo que ya es común en muchos lugares. Prácticamente todos los presentes en forma robotizada atendiendo sus teléfonos inteligentes (que por cierto, de inteligentes no tienen nada), mostrando explícitamente su esclavitud ante la tecnología móvil.
Creo que si bien la tecnología es un apoyo muy grande en muchas cosas, cada vez es más el encierro de una persona en su celular, tableta o cualquier otro dispositivo similar. Es verdaderamente increíble cómo nos perdemos en esa inmensidad de tecnología que aparte de estresarnos nos deja ciegos, sordos y hasta sin cerebro. Es inconcebible cómo al establecer un diálogo, no pasan ni 5 minutos y la otra persona está atenta a su teléfono celular que le notifica a cada instante que ya le llegó un nuevo correo, que hay una nueva entrada en alguna de sus múltiples redes sociales, que tiene un nuevo mensaje de alguno de sus contactos, que el clima ya cambió en no sé qué parte del país, que hubo un acontecimiento en alguna parte del mundo, que hay un nuevo chiste circulando en la red, que nuestro presidente excelentemente iletrado ya la volvió a regar, entre muchas cosas de notificación (el 99% son cosas sin sentido).
Yo sigo en mi rebeldía y antipatía por el chisme de las redes sociales y sus estrategias de notificación. Desde luego que estoy en redes sociales, pero no para chisme, sino para difundir cosas que son de interés para aprender, ser conscientes, retroalimentarme, etc. Algunos tal vez consideren que este blog es parte de lo que me quejo, y seguramente tienen razón, pero al menos trato de que haya algo diferente, no seguir en la corriente sin sentido.
Atrévete a romper con la esclavitud tecnológica, usa las cosas para lo que realmente son, no para que te pierdas en un mundo basura.
En este contexto descrito muy brevemente, observé una vez más lo que ya es común en muchos lugares. Prácticamente todos los presentes en forma robotizada atendiendo sus teléfonos inteligentes (que por cierto, de inteligentes no tienen nada), mostrando explícitamente su esclavitud ante la tecnología móvil.
Creo que si bien la tecnología es un apoyo muy grande en muchas cosas, cada vez es más el encierro de una persona en su celular, tableta o cualquier otro dispositivo similar. Es verdaderamente increíble cómo nos perdemos en esa inmensidad de tecnología que aparte de estresarnos nos deja ciegos, sordos y hasta sin cerebro. Es inconcebible cómo al establecer un diálogo, no pasan ni 5 minutos y la otra persona está atenta a su teléfono celular que le notifica a cada instante que ya le llegó un nuevo correo, que hay una nueva entrada en alguna de sus múltiples redes sociales, que tiene un nuevo mensaje de alguno de sus contactos, que el clima ya cambió en no sé qué parte del país, que hubo un acontecimiento en alguna parte del mundo, que hay un nuevo chiste circulando en la red, que nuestro presidente excelentemente iletrado ya la volvió a regar, entre muchas cosas de notificación (el 99% son cosas sin sentido).
Yo sigo en mi rebeldía y antipatía por el chisme de las redes sociales y sus estrategias de notificación. Desde luego que estoy en redes sociales, pero no para chisme, sino para difundir cosas que son de interés para aprender, ser conscientes, retroalimentarme, etc. Algunos tal vez consideren que este blog es parte de lo que me quejo, y seguramente tienen razón, pero al menos trato de que haya algo diferente, no seguir en la corriente sin sentido.
Atrévete a romper con la esclavitud tecnológica, usa las cosas para lo que realmente son, no para que te pierdas en un mundo basura.
¡Aprende a ser más libre
utilizando correctamente la tecnología!
miércoles, 5 de diciembre de 2012
La falta de puntualidad
El cuidado y el acuerdo en llegar a un lugar convenido en la hora pactada es uno de los grandes males del mexicano. Pretextos sobran, si se trata de que alguien vive muy lejos: carga vehicular fuerte, al metro se le acabó la gasolina, manifestación, se descompuso mi reloj, chocó el autobús. En ciudades grandes puede que sea tolerable, pero no es una justificación para llegar tarde. Pero en ciudades donde todo es muy cerca, incluso viviendo a un par de calles del lugar, es verdaderamente increíble, inesperado e inaudito que la gente llegue tarde. Y en todos los casos no me refiero a que sean 10 ó 15 minutos, que eso ya es una impuntualidad, llegan después de media hora o hasta una hora posterior a lo pactado.
Todos somos conscientes que llegar tarde no es correcto, pero no hacemos nada por evitarlo, lo dejamos siempre a la deriva y a la justificación de miles de cosas. Pero la contraparte también admite de alguna manera que es aceptable y deja que todo marche como si no pasara nada. Y mostrado está que aunque de trabajo se trate, hay retardos... y no les importa que les descuenten.
¡Tenemos fama a nivel mundial de que
somos de lo más impuntuales!
Lo peor de todo es que es parte de nuestra cultura. Así como los amigos se cuentan con los dedos de las manos, las personas que conozco que sí son puntuales también las cuento con los dedos de las manos. Atrévete a cambiar esto, sé aparte de algo nuevo, ¡no marches como pez en el agua!
Y por tratar de llegar a tiempo... miles de enfermedades por estrés, miles de accidentes...
Todos somos conscientes que llegar tarde no es correcto, pero no hacemos nada por evitarlo, lo dejamos siempre a la deriva y a la justificación de miles de cosas. Pero la contraparte también admite de alguna manera que es aceptable y deja que todo marche como si no pasara nada. Y mostrado está que aunque de trabajo se trate, hay retardos... y no les importa que les descuenten.
somos de lo más impuntuales!
Lo peor de todo es que es parte de nuestra cultura. Así como los amigos se cuentan con los dedos de las manos, las personas que conozco que sí son puntuales también las cuento con los dedos de las manos. Atrévete a cambiar esto, sé aparte de algo nuevo, ¡no marches como pez en el agua!
Y por tratar de llegar a tiempo... miles de enfermedades por estrés, miles de accidentes...
lunes, 5 de julio de 2010
Entre el Olimpo y el Inframundo
El ir y venir del Olimpo al Inframundo y de regreso es bastante cansado. Los detalles minuciosos solicitados por las autoridades generan vía crucis personalizados entre ambos mundos, pero en forma masiva lo que realmente se observa es un éxodo revoltoso. Entre tanto revuelo, hay algunas almas inocentes que cuando llegan a entregar sus documentos, aparecen muchas sorpresas porque nunca hicieron su vía crucis, o al menos no como deberían haberlo hecho. Dichas almas regresan al Olimpo o al Inframundo llenas de furia, desesperación y desánimo. Aquí no importa de dónde eres, ni qué grado tengas, es evidente que todos somos iguales (y así debería ser siempre: todos iguales).
Hoy, ambos mundos se ven tranquilos, habrá que esperar los resultados para saber los beneficios del éxodo revoltoso. Al final vale la pena porque se aprende, se refinan ciertas estrategias de administración y se puede proyectar hacia futuro un mejor panorama para que en una siguiente ocasión el vía crucis sea menos doloroso. El éxodo es inevitable.
Gracias a aquellos mensajeros de ambos mundos que a la menor irregularidad daban el aviso oportuno para evitar documentos innecesarios o incorrectos.
Glosario
Hoy, ambos mundos se ven tranquilos, habrá que esperar los resultados para saber los beneficios del éxodo revoltoso. Al final vale la pena porque se aprende, se refinan ciertas estrategias de administración y se puede proyectar hacia futuro un mejor panorama para que en una siguiente ocasión el vía crucis sea menos doloroso. El éxodo es inevitable.
Gracias a aquellos mensajeros de ambos mundos que a la menor irregularidad daban el aviso oportuno para evitar documentos innecesarios o incorrectos.
Glosario
- Éxodo revoltoso: Andar simultáneo de muchas personas dentro de un terreno enorme, entrando y saliendo de varios edificios y hablando con múltiples personas, donde cada individuo sigue el camino que más le conviene.
- Inframundo: Aquellos edificios que por la irregularidad del terreno quedaron en la parte baja.
- Olimpo: Aquel edificio que por la irregularidad del terreno quedó ubicado en la parte alta.
- Vía crucis: Andar de una persona de extremo a extremo de un terreno enorme, de edificio en edificio y de oficina en oficina. Generalmente se considera un andar de aproximadamente 25 vueltas completas.
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