domingo, 31 de octubre de 2010

Kalixkuatl MCMXXXIX

¿"Cero 39" o "fisión nuclear"? "Cero 39" es un tema de Mike Laure, que no sé si tenga que ver con su año de nacimiento: 1939, pero tenía libertad a través de su música. La "fisión nuclear" se descubrió ese mismo año al separar al átomo de uranio por bombardeo de neutrones, dejando libres a los átomos de dicho elemento.

Del mismo modo, la libertad de transitar libremente por la naturaleza, la libertad de solo caminar y llegar hasta donde uno quiera, la libertad de conocer sin restricciones es realmente una maravilla. Desafortunadamente no tenemos esa madurez como para llevarlo acabo. El más claro ejemplo son las fronteras. ¿Porqué las limitantes de las fronteras? Las implicaciones son muchas, pero un cierto grado de libertad y de flexibilidad es excelente para no verse ni sentirse como un canario en una jaula.

La frontera de Talismán, ubicada en Chiapas, tiene permitido el libre paso entre mexicanos y guatemaltecos. Desde luego sólo se permite el acceso hasta ciertos kilómetros entre ambos países. Independientemente de esta restricción, es fabuloso cruzar y realizar actividades comerciales sin ser cuestionado, visitar familiares en cualquier momento o realizar cualquier otra cosa como si se encontrara uno como en casa.

Hay una canción de Ricardo Ceratto que dice que “El sol nace para todos...no distingue las fronteras, ni las razas ni el color...”. Bueno, he aquí parte del recuerdo de Tapachula.



Y finalmente, el centro de Cacahoatán (¡gracias a los toltecas!), un pequeño poblado muy cerca de Talismán, donde se vende un excelente chocolate (la tierra del cacahuate, aunque podría ser también del cacao) y también muy buen café.

miércoles, 20 de octubre de 2010

La atracción por lo ideal y más allá

Alguna vez se han preguntado ¿porqué tendemos a fijarnos en aquello que para la gran mayoría se considera atractivo? ¿Dónde radica esa forma “natural” de buscar lo atractivo? Algunos experimentos muestran que es parte de la naturaleza de los seres vivos.

Por ejemplo, se observó que unas aves tienen en el pico una franja roja, que cuando dan de comer a sus polluelos, éstos golpean el pico de su madre para que les dé de comer. Pareciera que el hambre de dichos polluelos es la que genera ese golpeteo, sin embargo no es así. Se determinó que la franja roja del pico es la causante del golpeteo. El experimento consistió en colocar una franja roja en un abatelenguas. Los polluelos lo golpeaban de la misma forma. Al incrementar a tres rayas rojas, los polluelos golpeaban más fuerte y más frecuentemente. Conclusión: las rayas rojas hacen que los polluelos entren en un estado de excitación, a mayor número de rayas, más fuerte es la excitación.

A lo largo de la historia de la humanidad, desde las estatuillas burdas hasta las refinadas esculturas griegas, existe la representación del cuerpo humano desnudo para reflejar la importancia de la sexualidad. Entre más refinado e idealizado esté el cuerpo, más atracción habrá. Esto es el equivalente a las rayas rojas que atrae a los polluelos. Entonces, mientras los egipcios logran por primera vez la proporción correcta del cuerpo humano, los griegos encuentran el cuerpo perfecto, con las posturas más sugestivas y las proporciones ideales en cada una de sus partes que equivalen a ver ¡un pico lleno de rayas!

Curiosamente no existe un cuerpo así de ideal en la naturaleza. La genética no lo permite. La marca de ciertos músculos en la espalda baja y hacia el cóccix, la longitud de los brazos ajustada a una proporción de un pecho con un plexo solar marcado y hundido, los músculos con determinado tono muscular y lograr determinadas posturas (giratorias) para proyectar mejor al cuerpo es como diseñar a un ser humano desde cero. No obstante, los griegos descubrieron estas proporciones y posturas, las cuales se explotan esencialmente en los medios publicitarios, colocando modelos que tengan aunque sea un solo atributo de los diversos que se plasmaron en miles de esculturas.

Así, por eso nos resulta a veces imposible dejar de ver un determinado anuncio. Por eso tendemos a buscar algo ideal, porque instintivamente lo tenemos marcado. Por eso la atracción, a veces irresistible, hacia una persona. Pero, ¿porqué no nos conformamos? Porque tendemos a buscar todos los atributos ideales, o al menos los que más se acumulen en una persona. Sin embargo, se concluye (y se ha comprobado) que nos gusta lo inexistente, nos gusta lo irreal, nos gusta lo fantasioso, nos gusta ir más allá de nuestra naturaleza.

¡Cuidado! Porque en esa travesía retadora a nuestra naturaleza, hay muchos que no regresan, ya sea porque se pierden (nunca lo encuentran) o se mueren (cirugías). La razón debería moderar nuestro instinto.

La relatividad de la asomaluauetl

La clase había terminado. Había que enfriarse para evitar un choque térmico con el contraste de temperatura existente en el exterior. Casi todos se habían ido, pero otras personas estaban en espera de algo. Repentinamente, los expertos se pusieron a practicar y aunque eran movimientos tipo película, la complejidad era evidente.

Observando a los expertos en su desenvolvimiento, me tocó ver cómo la experta (mi maestra) aprendía de otro experto. La corregía, le enseñaba, le refinaba los movimientos. ¡Fantástico! Eso comprueba por enésima vez, que siempre estamos en constante aprendizaje, que no lo sabemos todo, que entre más aprendemos, más nos especializamos y menos sabemos del resto de las otras cosas, por consecuencia, esa frase de “entre más aprendo más me doy cuenta que tan ignorante soy” es la mejor descripción y resumen para este párrafo.

¿Cuándo aprenderé lo que justo vi entre expertos? Tal vez nunca, tal vez pronto, no lo sé, mis habilidades están marcadas por un antecedente que hay que cambiar, hay que desprogramarse, como dirían los de la programación neurolingüística. Entre las miles de cosas relativas y la experiencia, es infalible que “se hace camino al andar”.

domingo, 10 de octubre de 2010

Mitotili: bailando con la musa

Apresurado, corriendo, se hace tarde. Los caballos a todo lo que dan. En el horizonte se vislumbra el  gran palacio donde los invitados y alguien muy especial aguardan. La entrada es triunfal, los aplausos no se hacen esperar tras el anuncio.

La orquesta toca suavemente, con gran ritmo, y la pareja comienza el baile. Un gran ritmo, una gran pareja, mucha emotividad, todos atentos a los movimientos que parecen mágicos. La coordinación es perfecta. Ver bailar a la musa es el mejor espectáculo que se puede apreciar. Los vientos suaves y frescos pasan desapercibidos de extremo a extremo entre las habitaciones del palacio. Allí solo importa la danza, solo importan dos personas: la musa y su pareja.

!Que maravilla¡ Las artes y las ciencias se liberan y se dejan sentir con cada uno de los pasos. Apolo deja fluir toda la poesía, movimiento tras movimiento es una frase fresca y dulce. El canto es perfecto y armonioso. El palacio de Parnaso es irreconocible. Magna fiesta donde todos los instrumentos son esenciales.

Cada instrumento genera notas tan armoniosas que la imaginación fluye sin cesar. La musa flota, su magia es impresionante. Apolo deja aflorar sus emociones y el resto de la poesía invade todo el palacio,  no hay rincón que no tenga rima, no hay espacio donde no se deleite uno con la poesía.

Las miradas entre la musa y Apolo se cruzan y las puertas del alma se abren y en el cielo un eclipse se genera. Las estrellas brillan aún más y la rima toma posesión. El ritmo suave, de lento a rápido, de rápido a lento con combinaciones extraordinarias. Apolo y la musa se divierten como nunca. Una vez más, cada instrumento repite sus mejores tonos. Todo es fantástico. Los pasos y movimientos tan esperados se dejan ver y escuchar, la audiencia enloquece. Los aplausos no paran. No obstante, el final se acerca y los caballos nuevamente están listos. Será hasta el próximo festejo en que el Parnaso tenga tanta poesía. Será hasta el próximo festejo que la musa baile nuevamente. Será hasta el próximo festejo que la magia vuelva a mostrar sus encantos.

Hoy todo es normalidad. Los cantos diarios y comunes se escuchan... ¡invocando al siguiente baile con la musa!


sábado, 9 de octubre de 2010

La esclavitud de expresión

En la práctica de la lectura se encuentran cosas, ideas, principios, formas de pensar, puntos de vista, proyecciones, ideales, entre muchas otras maneras de apreciar y juzgar cualquier cuestión relacionada a las acciones, pensamientos y acciones del ser humano.

La lectura no es fácil, sobre todo cuando se lee a autores que tienen un vocabulario amplio de nuestro español. La interpretación de las ideas tampoco es fácil. La aceptación de puntos de vista es aún más difícil. “A veces uno lee frases que pueden ir en contra de nuestros principios, allí es donde la censura se aplica” [*]. ¡Exacto! La censura debe aplicarse de manera personal a todas aquellas cosas que consideramos van en contra de nuestro juicio. Ningún gobierno debe aplicar la censura porque entonces generaliza el juicio de las personas considerándolas a todas por igual y ... ¡grave error! Las personas no somos iguales en nuestro juicio. La educación es diferente, nuestra apreciación es diferente, nuestros valores son diferentes.

Una censura aplicada desde desde fuera del contexto personal no es censura, es esclavitud de expresión. En muchas partes la censura realmente significa: “callar la verdad” o más fácil: “no lo digas porque me delatas”. Es evidente que la “censura” del político es generar “leyes” que no lo delaten.

¿Qué culpa tiene la expresión? Ninguna, no la castiguemos, no la esclavicemos, ¡hay que darle la libertad que se merece!

[*] Guillermo Cortés Robles.