sábado, 29 de marzo de 2014

Soledad: tu propia naturaleza

“La soledad es una flor, un loto que florece en tu corazón.
La soledad es positiva, la soledad es salud.
Es la alegría de ser tú mismo, de tener tu propio espacio.”

– Osho –

NO, no se trata de que vivas sin nadie, no se trata de que te aísles en el lugar más recóndito del planeta. Se trata de que viajes a tu interior y te conozcas, así de simple.

Conocerte a ti mismo te permite liberarte de muchas cadenas, por eso adquieres salud, alegría y ser tan amplio como quieras. Definitivamente en ese viaje interior, nadie puede acompañarte, por eso la parte de soledad. Tu propio encuentro refleja la Razón de Ser. Y este viaje requiere de mucho valor.

¿Y por qué valor? Porque la sociedad (incluyendo religión y política) siempre nos marca. A la sociedad le interesa la personalidad. La sociedad te forma como en la lucha libre: con máscara y dirigida por otros. La marca de la sociedad es tan profunda que en cada eslabón se ata el miedo y la ansiedad. Romper con todo eso requiere valor para dejar fluir la intuición y ser lo que debemos ser: individuos.

A casi tres años de haber escrito la entrada de Tlamakitilistli: soledad existencial, retomo parte de ello para complementar lo que significa vivir en soledad.

¡Aprende a ser libre!

domingo, 23 de marzo de 2014

Axkankayotl: el eterno viaje por el tiempo

Tiempo, el tiempo, los tiempos, las épocas, el momento, los instantes… dile como quieras, el tiempo es el tiempo y siempre estará presente.

Científicamente, el tiempo es la cuarta dimensión. La teoría de cuerdas lo presume como una sola dimensión. La humanidad lo ve como un algo que pasa y pasa, y se va. Los niños lo disfrutan al máximo. Los adultos lo persiguen. Algunos cuantos adultos mayores, tal vez muy mayores, lo comprenden.

Según las formidables explicaciones de Brian Greene acerca de cómo las cuerdas tienen comprimidas 6 dimensiones espaciales, resulta tan fácil ver cómo viajamos a través del tiempo.

Veamos. Cuando observamos en la lejanía un cable de luz, simplemente vemos una línea plana. Conforme nos acercamos, nos damos cuenta que es incluso un conjunto de cables enroscados y que tiene cierto espesor. Así de fácil se perciben las dimensiones comprimidas en la teoría de cuerdas. Ahora, si hablamos de nuestro espacio tridimensional, veremos que si le quitamos la tercera dimensión, todo se hace un plano donde evidentemente no hay “arriba” ni “abajo”. Sólo podemos ver a la izquierda, a la derecha, la frente y atrás. Si ahora quitamos la segunda dimensión, sólo tenemos el frente y atrás, todo en una línea. En una sola dimensión, como no podemos voltear, simplemente miramos al frente, donde lo único que vemos es al de adelante y por consecuencia no percibimos a nadie más.

Si el tiempo es una sola dimensión, pasa exactamente lo que con la línea, sólo avanzamos al frente. Por lo tanto, si el tiempo es una línea, sólo avanzamos al frente, no hay paso atrás; si el tiempo es una línea, nosotros somos los que pasamos a lo largo de dicha línea, pero el tiempo está siempre presente a lo largo de su dimensión.

El tiempo está siempre allí, no permite nada más que transportarnos en su interior, siempre hacia adelante. Así es, nosotros somos los que pasamos a través del tiempo. Cuando “dejas pasar el tiempo” en realidad “el tiempo te deja pasar sin actividad alguna”.

Si el tiempo tuviese dos dimensiones, entonces, podemos regresar a un punto en el plano-tiempo y volver a recorrerlo. Mientras la teoría de cuerdas, la teoría M, la teoría de los multiversos no tengan más elementos para ver si tenemos o no una dimensión más del tiempo, sólo podremos viajar hacia adelante en la línea del tiempo con nuestro Axkankayotl.

sábado, 22 de marzo de 2014

Empresas sin ixkomakayotl

Las grandes empresas, aquellas que cotizan hasta en bolsa de valores, las que tienen un capital adecuado para satisfacer al cliente en el más mínimo detalle, aquellas que presumen hasta de una responsabilidad social, las que sabemos que pase lo que pase seguirán existiendo por muchos años. Sí, las que incluso son monopolios aunque digan que no y hasta forman sus fundaciones.

Esas empresas se jactan de tener un magnífico sistema de facturación y atención telefónica cuando en realidad les falta mucho para ser cierto. Cuando no les falla el sistema de facturación, la atención telefónica es un desastre.

Ponen correos para comunicarse y a los 5 minutos obtenemos una respuesta de que el correo no es válido. ¿Entonces dónde está su compromiso con los clientes? Ponen números de atención telefónica y sus extensiones no son válidas o simplemente la grabación dice: “adiós”. ¿Entonces para qué tanta modernidad si a fin de cuentas no se puede uno comunicar?

Y muchas de esas empresas ponen el soporte de Visa o MasterCard en general, y resulta que entre sus opciones solo soportan un banco X con una tarjeta Y o Z. Y cuando se les dice que por qué es su sistema así de cuadrado, simplemente le dicen a uno: “puede ir a pagar en efectivo a un banco o vaya con el Oxxo de su preferencia”. Vaya esquema cerrado.

No me explico tanta modernidad y tan poco compromiso.

sábado, 1 de marzo de 2014

Dime

¿Por qué la gente no sonríe?

¿Por qué las armas en las manos?

¿Por qué los hombres mal heridos?

¿Por qué los niños maltratados?

¿Por qué los viejos olvidados?

¿Por qué los sueños prohibidos?

¿Por qué los hielos ya no lloran?

¿Por qué los ríos ya no cantan?

¿Por qué las manos inactivas?

¿Por qué el mendigo de la calle?

¿Por qué las bombas radioactivas?

¿Dónde se encuentra toda la verdad?

TODA LA VERDAD se encuentra en el interior de cada uno de nosotros, toda la verdad se encuentra perdida en el EGO, perdida entre los MIEDOS y las ANCIEDADES de cada uno de nosotros.

No esperemos a que la muerte nos consuma para darnos cuenta que pudimos haber hecho lo correcto. El arrepentimiento no es la solución, el perdón no es la solución, las donaciones no son la solución.

¡La solución es el cambio interior!

VRCV: la vida real de la convivencia virtual PARTE II

Esta segunda entrada de VRCV es visual. Increíblemente la convivencia real se ha subordinado a la virtual.

¡Nota: cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia!

sábado, 15 de febrero de 2014

VRCV: la vida real de la convivencia virtual

Ayer por la mañana, en el almuerzo clásico con los amigos del trabajo, se hizo un comentario acerca de cómo la gente con acceso a la tecnología se está convirtiendo en robots. Me refiero a personas completamente desprendidas de la realidad por estar no sólo en redes sociales y correo, sino además por atender todo tipo de alertas y avisos que salen de todas las aplicaciones habidas y por haber.

Hagamos un recuento de las situaciones: plática entre dos amigos con celular en mano, plática con dos personas de trabajo y su celular en mano, comida con tu novia o novio y el celular de por medio, sala de cine y muchas personas contestando celulares (ya ni siquiera es el timbre), reuniones familiares y la mitad de la familia con celular en mano, chisme de pasillo y de pilón el celular en mano publicando el chisme, misa y celular en mano (¿será para rezar?), fila de bancos y celular en mano (y no entienden ni aunque les llamen la atención los ejecutivos), etc., etc., etc. Y ya ni decir de todo el mundo de distracción que provoca este fenómeno: choques por ver las alertas del celular, robo de autos por distractores de celular, asaltos por caminar con atención al celular, y etc., etc., etc.

Así es, en toda reunión o plática está siempre presente el campeón de la atención: el celular. Si observamos a nuestro alrededor, nos vamos a dar cuenta que es cierto, que cada persona está embobada con su celular haciendo mil cosas, y no importa con quién esté platicando. Y lo peor de todo es que si las computadoras nos dejan ciegos, ya ni qué decir de los celulares que poco falta para ponerlos de pupilentes y entonces sí perder todo sentido de la realidad. Yo llamo a esto el fenómeno VRCV: la vida real de la convivencia virtual.

No se trata de no usar la tecnología, pero considero que es importante mantener nuestro equilibro con las personas, con nuestros seres queridos. Hagamos consciencia de que la tecnología es para ayudarnos, no para esclavizarnos.

Continuando con lo comentado en dicho almuerzo, el mismo compañero dijo: “Hemos acordado que el fin de semana es para nosotros, el celular se apaga y si acaso se ocupa como teléfono ordinario; ocasionalmente es útil: cuando quieres un mapa porque vas de paseo pero hasta allí. No redes sociales ni aplicaciones”. ¡Qué bien, al menos una persona consciente entre el grupo!

¿Y tú convives con las personas o convives con la tecnología?

jueves, 16 de enero de 2014

¿Estrés citadino por igual?

En ciudades grandes como la de México, uno se acostumbra a estar atrapado varias horas en medio de la carga vehicular, sobre todo en horas pico y zonas complicadas.

En ciudades pequeñas hay mucha menor tolerancia a la carga vehicular generada por algún tipo de disturbio, ya sea cierre de calle, reparación del asfalto o un simple semáforo que se tarda en cambiar. ¡Y esto hace que ciertas personas ante la desesperación inmediata sean mucho más peligrosas que los cafres de la Ciudad de México!

A lo largo de algunos años y observando este fenómeno, hay ocasiones que pienso en que el estrés acelerado e intempestivo de las ciudades pequeñas, y aunque sea por solo 5 minutos, basta y sobra para equipararlo al de las grandes ciudades. Y tan solo por esos minutos breves el peligro potencial de accidentes se vuelve interesante.

No olvidemos que incluso hay personas que llevan un ritmo de vida excesivamente acelerado y aunque vivan en ciudades pequeñas, se hace un problema. La calidad de vida es cuestionable. No obstante, este ritmo moderno en el que nos desenvolvemos nos atrapa sin darnos cuenta. Y zonas tranquilas tienes riesgos inesperados.

¡Evita el estrés y vive con tranquilidad!

¡Podemos hacerlo mochi!

Si ya te atreves a soñar, entonces sólo cierra los ojos.

Cuando empecemos a reconocer y a percibir
nos daremos cuenta que podemos hacerlo todo
y ser quien queramos.

¡Sólo cree en ti!

miércoles, 8 de enero de 2014

La relajación de políticas de seguridad en bancos

Hablando de actividades de inicio de año, en una visita a uno de los bancos más caros y comunes que existen en México y que fue comprado hace algunos años y conservó su nombre íntegro, me tocó observar que no hacen cumplir las políticas de seguridad, especialmente la de claridad visual de los clientes. ¿A qué me refiero? Veamos.

Se sabe que toda persona que entre a un banco debe quitarse gorra y lentes obscuros, así como evitar el uso de celulares. Pues bien, resulta que en este famoso banco los ejecutivos permiten que los clientes entren con gorra y nadie, absolutamente nadie, les dice que eso no está permitido por políticas de seguridad. Independientemente de que sean clientes ya conocidos y hasta amigos de los ejecutivos, las reglas de seguridad deben hacerse cumplir.

¿Qué está pasando? ¿Por qué este tipo de relajación de políticas? ¿Acaso no hay un supervisor que les llame la atención a los ejecutivos? No está por demás decir que esa sucursal, en mismas palabras de uno de sus ejecutivos, mencionó que ¡ya la habían asaltado tres veces!

He estado en otros bancos y resulta impresionante que teniendo hasta menos gente, los ejecutivos salen a cada rato a hacer valer dichas políticas. Honor a quien honor merece, definitivamente.

martes, 7 de enero de 2014

Reflexiones de un año (y más)

El año nuevo inicia. El famoso puente Guadalupe-Reyes ha concluido y nuevamente todo marcha como siempre. Los proyectos de todo tipo se renuevan y/o continúan. Nuevas experiencias se acumulan en el camino de la vida. Y una pregunta surge: ¿qué tanto has mejorado como ser humano? He allí el detalle.

Inmersos en las actividades cotidianas, solemos perder de vista cosas elementales. A veces creemos que todo marcha bien y nos damos cuenta que no es así. Y sucede lo contrario, pensamos que hay algo mal y obtenemos excelentes resultados. Escudados por mil pretextos, el descuido puede ser enorme en todos los sentidos, pero basta una palabra o una frase para pensar y proyectar una renovación.

Apelando como muchas veces lo hago, el desarrollo humano exige constancia y entrega. Dejar de lado el entrenamiento, trae como consecuencia dar mil pasos atrás y lo peor es que hay que volver a empezar. ¿Cuánto hay que volver a empezar tras un año de abandono? ¡Mucho! Y no es aconsejable bajo ningún pretexto volver a ser un pez, que inmerso en las profundidades de su “agua”, se olvida y hasta desconoce que arriba del agua hay aire.

Retomo aquello de la X-dependencia, es decir, pasar de la dependencia a la independencia y en el mejor de los casos a la inter-dependencia. ¿Diferencias? Dependencia es ser esclavo, no hay decisiones propias. Independencia es tener libertad, decisión propia. Inter-dependencia es saber que uno es independiente pero que junto con alguna otra persona se puede hacer más y mejor. Nos cuesta mucho trabajo dejar de ser dependientes y por increíble que parezca, a veces morimos con grandes lastres de dependencia. Si hemos sido afortunados en ser independientes, ¿lo somos en todos los sentidos? A mayor independencia, mayor libertad y mayor felicidad. Pero no hay que caer en el engaño, ya que a veces pensamos que estamos bien y sucede lo contrario. ¿Has logrado la independencia absoluta? ¡Felicidades, eres de los afortunados que incluso emocionalmente goza de un equilibrio en la vida y en todos los demás sentidos! Y si es así, ¿estás preparado para dar el último paso y entrar en una sinergia donde incluyes a los demás? Si te dices libre y excluyes, sospecho que tienes más dependencia que nada.

A lo largo de un año se comenten errores, pero hay aciertos valiosos. Lo importante es cómo se han superado esos errores y si se ha aprendido a no volver a cometerlos. Así, las experiencias de la vida se siguen incrementando. Ojalá que este nuevo año haya más independencia, ya no digamos una inter-dependencia. Como se dice, ayúdate para que puedas ayudar a los demás. Crece para que puedas hacer crecer a los demás. Y si estás en los albores de la inter-dependencia, ayuda a que otros sean también inter-dependientes.

¡Feliz año nuevo!