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domingo, 11 de diciembre de 2016

El espejo negro

Alguna vez me puse a cuestionar seriamente cómo la tecnología nos encarcela, nos roba la libertad, nos aísla de la vida. Sí, basta y sobra con ver a nuestro alrededor para descubrir cómo todo mundo está con su celular completamente perdido en un mundo sin sentido, un mundo en el que prácticamente todo es basura, salvo por algunas cuestiones muy particulares. Por otro lado, los diversos avances tecnológicos no podemos evitarlos, pero creo que sí podemos regular su uso para evitar dejar de vivir.

En esta semana me puse a ver una nueva serie llamada El Espejo Negro (Black Mirror) y es altamente recomendable para dejar entrever cómo la tecnología nos puede impactar y llevar a extremos verdaderamente impensables. El primer capítulo de la temporada 1 es posiblemente el campeón de la serie, no obstante la gran mayoría de los capítulos son muy buenos.

Temáticas que involucran tecnología de redes sociales, análisis de sentimientos, inteligencia artificial, virtualización, psicología, órganos sintéticos, implantes, entre muchos otros temas no menos interesantes figuran como los actores fuertes en cada capítulo. Una serie para reflexionar sobre lo que puede pasar en un futuro cercano.

Aunque El Espejo Negro es simplemente una serie para entretenerse un rato, creo que todos hemos empezado a formar un espejo negro que tarde o temprano nos hará tomar la decisión de parar o perderse para siempre en la esclavitud de la tecnología. Y así como lo he expresado en diferentes entradas, aún sigo siendo un anti-social virtual, sigo prefiriendo un formato libre de saturaciones como lo es este blog.

La Razón del Ser se expresa mejor en este espacio
que en las redes sociales.

sábado, 1 de marzo de 2014

VRCV: la vida real de la convivencia virtual PARTE II

Esta segunda entrada de VRCV es visual. Increíblemente la convivencia real se ha subordinado a la virtual.

¡Nota: cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia!

sábado, 15 de febrero de 2014

VRCV: la vida real de la convivencia virtual

Ayer por la mañana, en el almuerzo clásico con los amigos del trabajo, se hizo un comentario acerca de cómo la gente con acceso a la tecnología se está convirtiendo en robots. Me refiero a personas completamente desprendidas de la realidad por estar no sólo en redes sociales y correo, sino además por atender todo tipo de alertas y avisos que salen de todas las aplicaciones habidas y por haber.

Hagamos un recuento de las situaciones: plática entre dos amigos con celular en mano, plática con dos personas de trabajo y su celular en mano, comida con tu novia o novio y el celular de por medio, sala de cine y muchas personas contestando celulares (ya ni siquiera es el timbre), reuniones familiares y la mitad de la familia con celular en mano, chisme de pasillo y de pilón el celular en mano publicando el chisme, misa y celular en mano (¿será para rezar?), fila de bancos y celular en mano (y no entienden ni aunque les llamen la atención los ejecutivos), etc., etc., etc. Y ya ni decir de todo el mundo de distracción que provoca este fenómeno: choques por ver las alertas del celular, robo de autos por distractores de celular, asaltos por caminar con atención al celular, y etc., etc., etc.

Así es, en toda reunión o plática está siempre presente el campeón de la atención: el celular. Si observamos a nuestro alrededor, nos vamos a dar cuenta que es cierto, que cada persona está embobada con su celular haciendo mil cosas, y no importa con quién esté platicando. Y lo peor de todo es que si las computadoras nos dejan ciegos, ya ni qué decir de los celulares que poco falta para ponerlos de pupilentes y entonces sí perder todo sentido de la realidad. Yo llamo a esto el fenómeno VRCV: la vida real de la convivencia virtual.

No se trata de no usar la tecnología, pero considero que es importante mantener nuestro equilibro con las personas, con nuestros seres queridos. Hagamos consciencia de que la tecnología es para ayudarnos, no para esclavizarnos.

Continuando con lo comentado en dicho almuerzo, el mismo compañero dijo: “Hemos acordado que el fin de semana es para nosotros, el celular se apaga y si acaso se ocupa como teléfono ordinario; ocasionalmente es útil: cuando quieres un mapa porque vas de paseo pero hasta allí. No redes sociales ni aplicaciones”. ¡Qué bien, al menos una persona consciente entre el grupo!

¿Y tú convives con las personas o convives con la tecnología?

martes, 8 de enero de 2013

Jugando con las matlatls sociales

Todos sabemos cómo reacciona la gente de las redes sociales cuando alguna figura política o artista comete un “resbalón” con sus palabras. Inmediatamente se generan tópicos de moda donde todo mundo se entera que A dijo algo de B y hasta que no se disculpa A públicamente, todo vuelve a la quietud.

Pues bien, haciendo algunos experimentos para ver cómo la gente reacciona ante estos casos, he comprobado que es una verdadera bola de nieve cualquier detalle que se publique. Resulta que si se publica una mentira, digamos que A no hizo algo acorde, congruente, obvio, aceptable sobre B, instantáneamente todos coinciden en que A se pasó de listo. Todo tipo de respuestas aparecen casi de la nada.

Esto lleva a darse cuenta de varias cosas:
  1. Una red social está activa las 24 horas, y es evidente que aunque duermas, trabajes, descanses, juegues, lo que sea, es más importante el chisme que cualquier prioridad.
  2. La gente se traga todo lo que se publica, sobre todo si es chisme al estilo de una novela.
  3. Te pueden levantar falsos interesantes sin que te des cuenta.
  4. La virtualidad supera a la realidad.
Entre muchas otras cosas que podría decir, creo que es bastante claro que el poder de la red social hay que saberlo manejar, sobre todo si de credibilidad se trata. Así como una mentira puede hacerse verdad, una verdad puede ser siempre una mentira. Como diríamos: “no hagas cosas buenas que parezcan malas ni malas que parezcan buenas”. Así, ¿las redes sociales son una mentira o una verdad? ¿Son válidas o no?

martes, 20 de septiembre de 2011

Copias e imitaciones en redes sociales

Es interesante ver cómo hasta los que tienen prestigio resultan copiones de primera. Ahora que hecho mis primeros pininos con algunas redes sociales, resulta que Facebook le copia a Google+ pequeños detalles para verse en algunas partes casi igualito. Indiscutiblemente si un monstruo como Microsoft lo ha hecho por décadas, que no nos extrañe que Facebook lo haga.

Sigo sin ser adicto a las redes sociales, lo poco que he hecho ha sido una perdedera de tiempo impresionante. Además me llegan avisos de que no he visitado tal red social o que me he perdido de no sé cuántas cosas “interesantes”, y que fulano ya hizo amigos con no sé quién y no sé cuántas cosas más que realmente no me importan. Digo, si me importara lo sabría de inmediato.

Aunque no tengo actividad constante en la red social, he de comentarles que Twitter me resulta algo práctico, pero en realidad sigo prefiriendo el correo electrónico y mi blog. Como lo comentaba, me siento limitado por los mensajes cortos.

Finalmente, si mi correo y blog están en Google,
¡ Viva Google+ !

sábado, 6 de agosto de 2011

Las decepcionantes redes sociales

El día de ayer decidí aventurarme en el mundo de las redes sociales. Dos de las más populares, facebook y twitter, fueron mis víctimas. Bueno, más bien, fui víctima de ellas y el resultado fue desalentador y muy decepcionante.

¿Cómo fue que decidí experimentar en este mundo? Platicando con un gran amigo, desde hace meses me insistió en que me diera de alta, pero siempre fui necio en decir no. Finalmente en nuestra última conversación de hace un par de semanas me dio argumentos sólidos para adentrarme.

Mi primera víctima: facebook. Primero, proceso simple de alta. Segundo configuración, que si bien se pueden saltar los pasos es tedioso. Tercero, revisar todo tipo de configuraciones y personalizaciones para asegurarse de que nada de lo que se ponga pueda ser peligroso, ya saben, datos que llegan a personas que solo esperan la primera oportunidad para extorsionar o cosas peores. Bueno, dicho proceso es un consumo de tiempo impresionante, lo cual de forma personal no es nada agradable, además de que hay cosas ambiguas. Y si no es claro, a revisar algunos videos o manuales. ¡Va! Solo pérdida de tiempo. Cuarto, y lo peor de todo, si quiero validar mi cuenta necesito proporcionar mi número de teléfono. ¡No! ¿Porqué? Simplemente ¡NO y ya! Es un condicionamiento que en términos de libertad lo restringe a uno, bueno al menos a mi no me parece. Quinto, si yo me equivoqué y es súper fácil, pues estoy negado, pero la verdad es que sumamente nefasto tanto rollo para casi nada.

Si bien las redes sociales son comunidades virtuales en donde se comparten e intercambian cosas de interés, la verdad da flojera hacer tanto para prácticamente solo anunciarse, más bien diría yo: para VENDERSE. No quiero entrar en rollos psicológicos sociales por las cuales las redes sociales son exitosas.

Mi segunda víctima: twitter. Muy transparente en su proceso. Agradable. Prácticamente no se requiere configurar y personalizar nada. Excelente. Pequeño inconveniente para mí: sus mensajes son cortos. Esto ya es una cuestión muy personal. No soy de mensajes cortos, soy de escribir en forma profunda, reflexiva, crítica y amplia, por consecuencia, no va mucho conmigo aunque sí es entendible al 100%. ¡Es intuitivo!

Al menos ya me asomé al mundo de las redes sociales. No me gusta. Alguna vez lo dije, soy antisocial virtual. También alguna vez me dijeron: “de lo que te has perdido”. Y yo respondí: “lo que he ganado: tiempo para hacer cosas más productivas”. Seamos honestos, entre más elementos tenga la tecnología para evitar los conflictos reales de la sociedad, más éxito tendrá porque virtualmente desaparecen esos miedos y ansiedades.

Así, mientras el correo sigue siendo lo mejor para mí, antes de ser virtualmente social, prefiero mi espacio amplio y sin restricciones:

¡Mi grandioso blog!

domingo, 13 de marzo de 2011

¡Vaya dilema tecnológico!

Reunidos en un antro, donde al parecer no podrán volver a pintar debido a que en techos y paredes hay miles de firmas y dedicatorias de una gran cantidad de visitantes famosos y no famosos, y ante las coincidencias por los gustos entre los allí reunidos, ¡dos personas sacaron su súper tecnología portátil! Y la historia es más o menos así...

-¿Tienes cuenta en Flicker? Bien, intercambiemos datos para posteriormente entrar y comunicarnos.-
-No puedo buscar, algo pasa.-
-Veamos, creo que tienes que buscar en esta otra parte.-
-¿La entrada principal?-


Los minutos pasan...

-¡Es que estaba buscando en el contenido para móviles! Cambiaré.-

Los minutos pasan...

-¿Y si mejor intercambiamos correo?-
-Pero no sé porque no funciona esto, ya veo, ¡este no es touch screen!-
-Así pasa.-


Los minutos pasan... Y yo digo: ¿no tienen algo en dónde anotar y listo?

-Pero no tenemos bolígrafo.-

Y vuelvo a preguntar: ¿Entre tanta tecnología no tienen algo en dónde escribir y guardar su correo o cuenta y luego se escriben?

-¡Cierto!-

¡Asunto arreglado! “Mi no entender”... pero la dependencia tecnológica, independientemente de lo divertido, como en esta historia, nos sobrepasa. Y yo además me pregunto, con tanta tecla miniatura, hecha para dedos “no humanos”, ¿acaso no se estresan más?

Si algún día llego a tener un teléfono inteligente será solo por el hecho de no conseguir un modelo que solo funcione como un simple y sencillo teléfono celular.

¡Me declaro un individuo
antisocial virtual!