viernes, 29 de junio de 2018

La raíz de la gran mayoría de conflictos

¿Cuántos problemas se generan entre las personas? Muchos, muchos, muchos. ¿Cuántos de esos problemas se pueden resolver rápida y fácilmente? Muchos, muchos, muchos. ¿Cuántos de esos problemas son triviales, e incluso, ni siquiera son problemas? Muchos, muchos, muchos. ¿Cuánto desgaste físico, emocional y mental se genera por los supuestos problemas? Mucho, mucho, mucho.

  • ¿Hay solución a los supuestos problemas?...
  • ¿Es fácil la solución?...

¿Y cuál es esa solución?

Escuchar
Dejar hablar a la otra persona

Efectivamente, la inercia de nuestras vidas, la rapidez de hacer las cosas, el impulso arrebatado por decir lo que (supuestamente) queremos, el querer expresar nuestras ideas sin que (tal vez) nos interese lo de los demás y nuestra (posible) tendencia a omitir palabras porque creemos que el tiempo se nos agota, nos lleva inevitablemente al conflicto.

Veamos. La pérdida de la capacidad de saber escuchar y de no dejar hablar a la otra persona nos lleva de manera innecesaria al conflicto. Y el conflicto no entiende de razones, solo entiende que es necesario imponer la idea con tal de hacer cumplir el objetivo principal: decir lo que uno quiere a costa de lo que sea. Y allí es donde aparece un verdadero problema, aparece donde no había, donde no tenía razón de ser...

La receta es muy simple: si quieres llegar una vida más tranquila, necesitas aprender a escuchar, deja que los demás expresen sus ideas, dales su tiempo adecuado para que hablen, no trunques sus palabras, permite que la verdadera comunicación florezca y así te quitarás de muchos falsos problemas. Y por increíble que parezca, estarás entrando a una mejor calidad de vida. La única parte difícil de todo esto es hacerlo un hábito, porque, aunque sepas lo que debes hacer, es muy probable (y más fácil) que siempre lo omitas. Y no está por demás mencionar que si no sabes escuchar es porque no sabes escucharte, por consecuencia no te conoces.

¡Simplemente escucha!

sábado, 14 de abril de 2018

El despertar de un par de konetontlis

La música sonaba en el fondo, el entorno mostraba su serenidad, y sorpresivamente apareció un pequeño konetontli. Su caminar era lento, volteaba y volteaba tratando de saber dónde se encontraba. Su mirar trataba de enfocar lo que más se pudiera. Una vez que se dio cuenta que estaba en confianza, el despertar pasó de un momento de ubicación, a un caminar rápido para tetlamamaltia en makolis.

Al dormir nuevamente de forma exprés el primer konetontli, aparece el segundo konetontli corriendo para solicitar también makolis. Acto seguido hubo un segundo proceso de dormir exprés. Tras observar el escenario detenidamente, un mundo lleno de seltikayotl invadió el ambiente.

Sí, los momentos llenos de seltikayotl
¡hay que saber disfrutarlos!

Música y estrés moderno

Cuando era niño, muchas veces me tocó escuchar comentarios críticos sobre la música escandalosa de los 60s y 70s, específicamente me refiero a todo el movimiento alrededor de la palabra Rock. En algunas películas musicales veía a los conservadores de la música clásica decir que el Rock & Roll era música satánica. En estos tiempos, con miras a terminar en un par de años la segunda década del tercer milenio, me pregunto si nosotros que somos del siglo pasado nos expresamos igual que los conservadores ante cosas equivalentes como el Reggaeton. Analicemos algunas cosas interesantes en el esquema evolutivo de la música.

La música clásica es deseable para crear atmósferas relajantes, aunque creo que no toda. También es recomendable para estimular algunas zonas cerebrales y lograr mejor desarrollo en los niños. Bien, todo suena interesante. ¿Cuál era el nivel de estrés en los años 50s? No lo sé, pero seguramente mucho menor que en los años 80s. Por otro lado, lo que en su momento fueron éxitos del High Energy (con parte de sus antecesores como la música disco), hoy es un ritmo con el que se crea música para niños.

Entonces, la pregunta sigue siendo: ¿cuál era el nivel de estrés en los años 90s? No lo sé, pero seguramente mucho menor que en este 2018. Lo que puedo decir de este pequeño análisis insignificante y posiblemente sin argumentación aceptable, es que cada generación se desenvuelve en un nivel de estrés más fuerte, por lo que musicalmente hablando cada nueva generación requiere música más fuerte, con mayor grado de ruido para desfogar la cantidad de energía generada ante tantas cosas que se viven. En retrospectiva, hoy vemos que la música relajante fue el escándalo de hace 3 décadas y en ese momento, la música relajante fue la música de otras tres décadas atrás.

Cada vez vivimos en entornos más pesados, más fuertes, más escandalosos, más grotescos, más disparatados, más estresantes. ¿Cuál será nuestro límite? Tampoco lo sé, pero lo que sí puedo decir es que la música, independientemente de ser un medio de expresión, es relajante. Hay que buscar, hay que mirar, hay que indagar en las piezas musicales de las generaciones pasadas para encontrar la música que nos haga desestresarnos, que nos permite estar en paz, que nos relaje para mantener siempre la armonía que se necesita y apegarse a una actitud mental positiva.

viernes, 2 de marzo de 2018

La risa del pequeño Equus Ferus

El pequeño Equus Ferus va y viene por todos lados. Es tremendo. Es capaz de subir a las alturas de manera perfecta, incluso sin que nadie se entere, porque es un escalador por excelencia. Su galopar lo destaca como único en el mundo. Este caballito tiene muchas cosas interesantes, pero lo más espectacular es su risa. Sí, su risa tiende a ser contagiosa, se ríe muchas veces al día y con gran alegría.

Pero cuidado porque… ¡el caballito tiene sus ratos de enojo! Si algo no le gusta evidentemente se sabe porque tira patadas sin ton ni son, hacia donde sea, no importa quién esté, la hora es irrelevante… simplemente arrasa con lo que esté a sus alrededores. Después de todo, todo se compone porque es una llama de ternura.

Tap, tap, tap, tap… se escucha a lo lejos, tap, tap, tap, tap, se escucha cerca, tap, tap, tap, tap, y se deja oír la sonrisa...

...y un ¡traca, traca, traca, traca!

viernes, 16 de febrero de 2018

El paso del gigante Paphum

El gigante se encontraba en las alturas, todo lo veía perfecto. Su mirar hacia un lado y otro localizaba la forma de cómo emprender su descenso. Tras unos cuantos segundos de hacer sus sofisticados cálculos matemáticos, se inició el trayecto.

Paso a paso el gigante Paphum estaba cada vez más cerca de su objetivo. A lo largo de su descenso, su mirar se afinaba, sus grandes brazos se afianzaban con gran fuerza, sus pasos firmes y pesados se escuchaban. En la lejanía, el ruido permitía pasar dos sonidos... un paso y pap, otro paso y hum, un paso y pap, otro paso y hum. Así, en el largo recorrer del gran gigante Paphum, había una seguridad de logro en todo.

Al aproximarse a la conclusión de su grandioso descenso, el gigante sonreía en un completo estado de regodeo, por lo que su paso fue más lento para acabar de disfrutar el escenario completo.

Así es el proceder de este maravillo ser, así es la personalidad del gigante...

¡Así es Paphum!

jueves, 15 de febrero de 2018

Los extraterrestres y el bitcoin

Primero lo primero. SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) es un experimento científico, con sede en UC Berkeley, que utiliza computadoras conectadas a Internet en la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre.

Se puede participar ejecutando un programa gratuito que se descarga y analiza datos de radiotelescopios. Lo interesante es que cada computadora que participa aporta un granito de arena al gran cúmulo de información que se requiere procesar. Entre más recursos tenga una computadora, más procesamiento de estos datos se puede lograr. Así, las tarjetas gráficas (GPU) clásicas para video juegos, son un recurso valioso para esto.

Lo segundo. Bitcoin es una criptomoneda que se genera resolviendo sofisticados problemas matemáticos que requieren gran capacidad de cómputo. Entre más pasa el tiempo, más difícil es generarlos ya que la complejidad matemática se incrementa. Por tanto, para lograr la generación de más bitcoins se requiere incluso hardware dedicado para ello. ¿Algún parecido con SETI? Sí, veamos. El hardaware dedicado consume mucha electricidad, lo que ha llevado a armar estrategias explotando el recurso de cómputo global en la misma forma en que lo hace SETI (y a veces sin autorización del dueño de la computadora).

Así que las relaciones posibles e hipotéticas son las siguientes:

  1. El bitcoin se asocia a un extraterrestre en la forma de cómo se genera/analiza un problema o cúmulo de datos.
  2. Los extraterrestres son tan difíciles de localizar como lo es la complejidad de generar bitcoins.
  3. El bitcoin es tan valioso como lo es la búsqueda de extraterrestres.
  4. Los extraterrestres pueden esconderse tanto como la complejidad matemática que usa el algoritmo de bitcoin.

Jeje… los extraterrestres y los bitcoins son igual de complejos en su concepción y creación, respectivamente. ¡Ooops! Esto es un mundo de locura.

¡Yo sólo sé que los GPU se venden caros por culpa de estos dos que quieren explotar el recurso de cómputo del mundo entero!

Un año de tlamantlis iuanis

Ha pasado un año... Mil cosas han sucedido… Montañas rusas al por mayor… Pero los tlamantlis siguen y siguen, sobre todo en la gran muralla verde donde se deben atender las cosas del aquí y del ahora. Los tlamantlis extraordinariamente iuanis dejan y seguirán dejando gran aprendizaje en todo.

Las diversas constelaciones de la muralla verde indican que fue necesario hacer ajustes en la ruta pactada. Nuevos eventos y sucesos originados por dos grandes teyaotlanis que se integraron a la senyelistli exigían la tlayeuakalistli adecuada. Hoy, en el temprano andar, el camino se perfila.

El universo hizo uso de sus propiedades de deformación al por mayor para lograr los atajos necesarios y mantener su expansión estable. En el extremo contrario, las cuerdas mantuvieron su vibración y las seis dimensiones compactas apoyaron adecuadamente al resto.

Los tlamantlis seguirán, nunca desaparecerán.

domingo, 12 de febrero de 2017

El separador de amatlapalis

Medio día y la actividad da inicio. Movimiento de cosas par un lado, movimiento de cosas para otro, algunas cosas van a la basura, otras aparecen de la nada y confirman que mi mente las olvidó por un cierto período. Algunos seres diminutos corren de un lado a otro tras la amenaza de destrucción de sus hábitats. De repente, tras redescubrir una nueva imagen de los espacios cotidianos, producto de la organización minuciosa, ¡aparece la piel de víbora!

Sí, corría el año de 19XX y... un momento, ¿mil novecientos qué? Lo sé perfectamente, simplemente el regresar hasta esos años maravillosos del primer semestre de la carrera en una de las instituciones educativas más prestigiadas del país, es un viaje en el tiempo que requiere decir mil cosas, pero no es posible, los detalles son tantos que sólo diré que en esos tiempos esa piel de víbora llegó para formar parte de los grandes recuerdos.

Una piel de víbora que días después formó parte de una colección de separadores de hojas debidamente enmicados y que fueron regalados por uno de los grandes amigos del tronco común. Ahora una persona dedicada a la veterinaria, fue un amigo que me ayudó para estudiar las bases de la ingeniería, pasando por matemáticas, física, química y termodinámica… ¡Uff! Fue todo un reto obtener buenas calificaciones. Ese amigo me ayudó fuertemente pero de una manera muy poco convencional porque fue para mí todo un reto: el entender lo que veíamos en cada materia para poder enseñarle y tratar de garantizar que él pudiera obtener también buenas calificaciones. Grandes fueron las tardes encerrados en la biblioteca con un par de libros y un cuaderno de ejercicios repitiendo mil veces cada ejemplo...

Hoy que me encuentro de nuevo este maravillo separador me pregunto si este amigo sabrá que aún lo conservo en perfecto estado. Mientras tanto sospecho que mi separador seguirá dando servicio para muchos libros más que aguardan pacientemente que los lea.

Nota: para los inquietos, el año XX corresponde al año (específicamente mes de diciembre) en que se pagaban alrededor de 2,630 viejos pesos por dólar.

jueves, 9 de febrero de 2017

Los días en que no es posible hacer algo

Hay días en que uno dice “no se puede hacer nada”. Y desde luego me pregunto: ¿realmente no es posible hacer alguna actividad? Quizás dirán que hasta dormir es hacer algo… y sí, es una actividad, la cuestión es si uno necesita dormir o es simplemente ocio. Pero, ¿por qué quisiéramos no hacer nada?

No hacer nada es no existir. Así de simple. Sin embargo existimos y podemos hacer alguna actividad. Creo que más bien el no hacer nada es no querer hacer cosas porque aunque seamos conscientes, simplemente ponemos excusas. Aquellas frases como “Sabia virtud de aprovechar el tiempo” y “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” dejan muy en claro que sólo hoy, sólo el día de hoy es suficiente para hacer las cosas. Decidir no hacer nada productivo es muy respetable, sólo no hay que quejarse después de que el tiempo no nos alcanza.

Asociado a nuestro día en que vivimos, asociado a nuestro único momento en que podemos hacer las cosas, asociado a nuestro Hoy y asociado a nuestro presente, la siguiente frase es verdaderamente interesante:

“Sólo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y principalmente vivir”.

Así que si en algún momento pensamos en que no se puede hacer nada, entonces no es posible existir porque no podemos estar en el ayer ni tampoco estar en el mañana. Y como expresan los Enanitos Verdes:

La muralla es el presente,
¡pasarla es desaparecer!

lunes, 30 de enero de 2017

El primer año

Hace un año...

Todo parece normal, todo se ve igual, pero en un instante todo ha cambiado. La imaginación no permite definir cómo será la vida a partir de ese instante. Nadie se lo imagina. La alegría se despierta por dos nuevos motivos maravillosos. El acompañamiento inicia y la responsabilidad debe aflorar en toda la extensión de la palabra.

A lo largo de un año...

Al fin, dos simples razones para plantear cómo transmitir lo mejor de lo mejor, dos simples razones para transmitir conocimiento y sabiduría, dos simples razones que día a día ofrecen maravillas, dos simples razones que hacen cuestionar cómo son los valores, dos simples razones que permiten vivir nuevamente, dos simples razones que complementan una niñez, dos simples razones que ante su mismo reflejo expresan la más maravillosa energía de la alegría y del ser, dos simples razones que mes a mes entran en una nueva etapa, dos simples razones que reflejan la pureza del ser y del espíritu, dos simples razones que motivan el día a día y el mes a mes, dos simples razones que son la chispa de la vida, dos simples razones que maravillan a cualquiera, dos simples razones que sorpresivamente se desplazan, dos simples razones que reflejan una sonrisa de lo más natural y sincera que puede existir, dos simples razones que hacen toda una vida, dos simpes razones de ternura, dos simples razones compactas que serán grandes y llenas de grandeza, dos simples razones que hacen grandes momentos en un instante, dos simples razones que roban el aliento con cosas sencillas, dos simples razones que están por ser independientes, dos simples razones para una verdad puntual mediante la mirada, dos simples razones para un respirar lleno de paz, dos simples razones para el reír puro y sincero…

Hoy...

La transmisión de valores afronta un reto maravilloso y hacer de esas dos razones dos hombres en toda la extensión de la palabra son dos razones para el Ser.