Mostrando entradas con la etiqueta pérdida. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta pérdida. Mostrar todas las entradas

lunes, 26 de abril de 2021

El que se enoja, pierde

Siempre se asocia esta expresión a situaciones donde el enojo hace que perdamos el control y tomemos malas decisiones que terminan en algo que podamos perder, generalmente: tiempo, dinero o esfuerzo. Y efectivamente, hay mucho desperdicio de cosas o detalles que nos llevan a pensar que, si no nos hubiésemos enojado, estaríamos en el otro lado de la moneda: la felicidad o estar contentos.

Pero veamos los detalles de fondo de esta aseveración. El enojo, por definición nos lleva a ir en contra de alguien. Todo mundo podrá estar de acuerdo con esto. Pero hay algo más en el fondo... Cuando uno se enoja, todo el tiempo que transcurre hasta volver al estado relajado, sereno, y posiblemente de nuevo feliz, es un tiempo en el que dejamos de vivir. Dependiendo del enojo, podemos enfermarnos y hasta tener un paro cardiaco. ¿Tiene sentido enojarse? NO. Pero el decir que dejamos de vivir significa que ese valioso tiempo nunca lo aprovechamos para hacer cosas en favor de nosotros, es un tiempo dedicado al olvido de nuestro Ser. Eso es lo que realmente se pierde y mucho más valioso que cualquier cosa que se pueda citar: tanto física como mental.

Si te enojas, pierdes un momento de vida. Así de simple.

Y no es que nunca te enojes, es simplemente saber que, si te enojas, habrá que hacer lo necesario para evitar que la pérdida afecte a tu Ser. Lo material no importa. Lo que importa es no dejar de Ser.


jueves, 29 de mayo de 2014

Lo inevitable y lo imperdonable

“Sólo hay dos cosas que podemos perder: el tiempo y la vida.
La segunda es inevitable, la primera es imperdonable”

La segunda, la vida, no tenemos absolutamente ningún tipo de garantía que nos diga que somos eternos, si acaso podemos decir que unos son más longevos que otros. Podemos tan solo trascender y eso implica vivir en el presente, aprovechar el tiempo.

La primera, el tiempo, tenemos la responsabilidad de aprovechar cada instante de nuestra vida, simplemente en vivir, tan solo en hacer lo que tenemos qué hacer. ¿Acaso es pedir mucho? Insisto, solo haz lo que tienes que hacer. Sólo atiende tu interior. Sé feliz. Llega a casa, deja de estar de vago (casa es Uno, lo de vago es atender lo que no se debe, lo de otros).

Ante lo inevitable, simplemente hay que prepararse porque no sabemos el momento. Ante lo imperdonable, simplemente es autoconocerse y tienes TODO el tiempo antes de lo inevitable.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Desprenderse de lo material

Cada vez que adquirimos algo, aunque sean cosas inanimadas, lo más insignificante, solemos desarrollar un sentido de “sentimiento” hacia esas cosas. ¿Por qué? ¿Acaso eso no debería ser sólo para los seres humanos?

El detalle es que no sabemos manejar una pérdida. Y aquí pérdida no es el hecho de perderlo literalmente, es la cuestión de que voluntariamente decidimos eliminarlo de nuestras vidas. Miles de personas no cambian una prenda, un mueble, un auto, un televisor, entre muchas otras cosas, y no porque no tengan dinero, es simplemente porque se sienten mal al ya no tenerlo. Manejamos tantas cosas de sentimentalismo erróneo e infundado. Obvio que esta situación se acrecienta al perderlo por un descuido. Tal vez en una mascota es más comprensible.

Desprenderse de lo material no se refiere a que no tengas nada, se refiere que son sólo cosas que utilizamos para desarrollar nuestras actividades cotidianas, pero que no son esenciales para vivir. Si no las tenemos, no pasa nada. Y por lo mismo no debería de establecerse ese sentimentalismo. Nos educan de forma inconsciente y equivocadamente para que tengamos una necesidad sobre lo que no.

Al final nada te llevas...
Pero la sociedad hace de las suyas...