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domingo, 31 de julio de 2011

Planeta Tierra: el nuevo tekiyotl

Algunas veces me he preguntado qué ganamos con tanto rollo acerca de nuestro planeta, que si la temperatura, que si el clima, que si la contaminación, que si no sé que cosas más. Es increíble cómo es el poder de la manipulación y en lugar de dar información certera sobre lo que sucede, resulta que todo se utiliza para ganar dinero y hasta para hacer que grandes economías se recuperen. Mientras el pobre ser humano se estresa entre tantas versiones y dichos del fin del mundo. En este pequeño espacio mencionaré algunas cosas que sirven de reflexión, no tengo la verdad absoluta, pero creo que un grano de arena es algo significativo. Y de antemano disculpen si sale mi ser maquiavélico.

Desde el origen de la Tierra, sus condiciones normales de temperatura siempre han sido superiores a los 25 grados centígrados, calculándose en temperaturas de 35 e incluso 40 grados. Este tipo de condiciones favoreció en su momento el desarrollo de grandes especies que poblaron prácticamente todos los rincones del planeta. Los dinosaurios son un ejemplo de ello.

Se ha mostrado que nos encontramos en el tercer período más frío en toda la existencia del planeta. Esto es independiente a las glaciaciones. Y el tercer período más frío es precisamente el que estamos viviendo. Uno puede preguntarse cómo es posible que estemos en un período frío con tanto calor que se reporta. Se calcula también que nos encontramos en el final de dicho período frío.

Entre los gases de efecto invernadero, destaca en primer lugar el vapor de agua. Nuestra atmósfera es así, tenemos por naturaleza un gas de efecto invernadero. Uno a veces no se percata que aunque no tuviésemos contaminación, de todas formas el efecto invernadero es inevitable. Desde luego que hay ciertos efectos por la presencia del dióxido de carbono, pero la realidad es que no hace falta para que el planeta se caliente.

También es interesante ver cómo un individuo, político gringo, evidentemente súper interesado en cómo ayudar a la recuperación económica de su país, se motiva por el tema y hace todo un documental, desde mi punto de vista muy particular, totalmente manipulador. Su nombre: Al Gore. No digo que no haya verdades en lo que dice, pero es evidente que la forma de expresarlo es para mover la economía a favor de ellos. Como siempre, “solo ellos existen en este planeta”.

Actualmente si no se tiene un enfoque ecologista, ¡¡¡no hay dinero!!! Muchos proyectos financiados dependen de ese “toque ecológico”. Y la verdad, muchos proyectos no tienen nada de ecológicos. Yo puedo decir y argumentar con bases sólidas que ¡un proyecto de software con nuevos niveles de reutilización de componentes es ecologista! Por la simple y sencilla razón de que una mayor reutilización es menor inversión de mucha cosas. ¿Y en qué beneficio al planeta? En nada. ¡Pero tengo mi dinero! Seamos prácticos, ¿a cuántos seres humanos les interesa realmente este problema? Me atrevería a decir que no pasan de 100.

Es inevitable, si la Tierra casi siempre ha tenido mayores temperaturas, hagamos lo que hagamos, la Tierra tenderá a ser más caliente que ahora. ¿Cómo detener a la naturaleza? ¡Es ilógico! Simplemente cuidemos nuestros ecosistemas, en eso sí podemos aportar. Pero debemos aprender a hacerlo, ya que el sol, así como nos da vida, nos puede matar. Desde hace años, el sol está en un período de mayor actividad (independientemente de sus ciclos de 11 años), por consecuencia sus rayos nos llegan con mayor intensidad y generan más calor. Esto se detecta recientemente y qué coincidencia: hay calentamiento en la Tierra.

Para rematar, el dióxido de carbono que se suele detectar no solo es el que generamos en la actualidad, también se detecta el de hace 700 años. Es decir, aprendamos a diferenciar lo de hoy y lo de antes. Y yo me preguntaría: ¿cuáles son las intenciones de las personas detrás de Greenpeace? Hoy, el movimiento es totalmente diferente a los ideales de sus fundadores. Hoy todo es negocio. Si hoy nos venden terrenos en la luna, que no nos extrañe que hoy la Tierra sea un negocio jugoso.

viernes, 16 de julio de 2010

Sustentabilidad: el mundo del CO2 y de la indiferencia

La semana pasada vi un documental en el canal 28 sobre el calentamiento global. Esencialmente se explica que cada uno de nosotros generamos al año la grandiosa cantidad de 10 toneladas de CO2, producto de la vida moderna: televisión, radio, refrigerador, calentadores, aire acondicionado, luces de navidad, computadoras, impresoras, DVD, CD, automóviles, estufa, microondas, etc. Por otro lado, entre más basura se genera también se produce CO2 debido a la descomposición.

¿Se saturará la atmósfera de CO2? Pues resulta que no porque aún y cuando el porcentaje de CO2 aumenta cada día, los excesos se disuelven en el agua, así, el mar esencialmente se encarga de regular esta parte, aunque en realidad lo que sucede es que se acidifica el agua. El resultado es entonces un veneno para las especies marinas. Como el CO2 obscurece la superficie de la Tierra, el efecto invernadero se encarga de derretir los polos y se disminuye la cantidad de reflexión de luz que el planeta por naturaleza tiene para liberar el calor. Al incrementarse el nivel de zonas obscuras por haber menos hielo y más agua, la energía se queda atrapada en el planeta por efecto de la teoría de Cuerpos Obscuros.

Se calcula que el calentamiento en este siglo será de 2 a 6 grados y esa simple variación causará muchos desastres en todo tipo de ecosistemas. Por ende, al ser nosotros dependientes de todos ellos, corremos peligro, pero no de adaptación sino de nosotros mismos que al no contar con el mismo tipo de recursos seguramente estaremos tratando de quitárselos a quien los consiga. No sé porqué esto me recuerda la película de Charlton Heston: Cuando el destino nos alcance.

Las energías alternativas como la del mismo mar, el viento y la solar son las que toman primordial importancia para minimizar el daño. Nuestra cultura es también un factor decisivo en minimizar nuestras emisiones de CO2 al tomar conciencia de utilizar cada vez menos nuestros electrodomésticos y automóviles. No obstante, la re-educación de personas no es una tarea fácil. Allí está el problema, es más fácil actuar e influir sobre nuestros descendientes, al menos ese es un compromiso que todos podemos hacer.

Indistintamente del calentamiento global, recordando otros documentales sobre la actividad del clima en la faz de la Tierra (vistos en el Canal 22), resulta que la Tierra ha tenido tres períodos fríos. Así es, de hecho este período en el que vivimos se registra como el más frío de los tres. Entonces, si en otros períodos del planeta la vida ha sido esplendorosa con grandes animales y vegetaciones con un clima más caliente, ¿porqué preocuparnos de lo que va a pasar? Es una pregunta un tanto retadora y al mismo tiempo de reflexión. Previamente cuestioné a qué jugábamos tratando de salvar a nuestro sitlaltsitsimitl Tierra. Expresé claramente que al planeta no le va a pasar nada, a quien le va a pasar es a los ecosistemas de los cuales dependemos y por ende nosotros podríamos extinguirnos. La definición de planeta no incluye seres vivos, por lo tanto no se trata de salvar al planeta, se trata de salvarnos a nosotros mismos.

¿Cuántos vamos a tomar el compromiso de separar la basura? Esto se ha quedado en el olvido, salvo en algunos lugares. Corrijo, no está olvidado, es más bien flojera, al fin que mientras la saque de mi casa ya la hice. ¿Cuántos vamos a tomar el compromiso real de consumir menos energía? Hay mucha publicidad, pero como dicen: “por un oído entra y por el otro sale”. ¿Cuántos vamos a dejar nuestro coche en casa y tomar el transporte público? Que horror, con tanto carro viejo que se mueve de milagro. Sí pero no somos capaces de protestar y los usamos cuando no nos queda de otra. ¿Cuántos vamos a desconectar nuestros electrodomésticos para que los leds no funcionen? Que flojera, conectar y desconectar, si hay cosas más importantes como irse a emborrachar (o díganme si me equivoco, ya que hasta porque la mosca voló: ¡salud!). ¿Para qué me preocupo del CO2? Si al fin y al cabo la Tierra aguanta y como dicen los estudios, no nos va a pasar nada si respiramos más CO2, así que los de adelante que lo resuelvan: ¿tus propios hijos? ¿Cuántos realmente tenemos o no el compromiso con nosotros mismos de garantizar la existencia de nuestra especie? Pretextos sobran.

Por otro lado, la parte “sustentable”. Ahora en todos lados esto es una moda. Algo sustentable es aquello que garantiza las mismas condiciones que ahora tenemos, según lo que se sabe. Si bien es interesante este tipo de filosofía, no todos están de acuerdo en ello, ya que la parte sustentable no es en esencia ese algo, sino que está implícito en quien lo usa y la responsabilidad social que implica en cada uno de nosotros. Y esto por cultura no se cumple, o al menos no como se espera.

Sustentable significa que se puede defender con razones, conservar algo en su ser o estado. ¿Qué defendemos? ¿Qué conservamos? Nos hace falta mucho. La ingeniería sustentable suena interesante pero con todas nuestras costumbres, vicios e indiferencia lo único que es sustentable (y engrandeciéndose) desafortunada y evidentemente es el mundo del CO2.

No digo que los esfuerzos de preservación y la sustentabilidad no sirvan, solo cuestiono el nivel de conciencia y compromiso que tenemos al respecto.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Sitlaltsitsimitl Tierra: siempre hacia un equilibrio

A lo largo de varios miles de miles años, la Tierra ha experimentado diferentes catástrofes con diversas consecuencias. El propio origen de la vida, la evolución de las especies, la riqueza natural de los ecosistemas en cada una de sus eras y nuestra propia aparición, son solo algunas de dichas consecuencias.

Actualmente, mucho se comenta y se estudia sobre el calentamiento de nuestro sitlaltsitsimitl Tierra. Temblores, maremotos, el niño, la niña, sequías, inundaciones, calentamiento global y nuestro futuro, son algunos de los temas en cuestión. Como consecuencia, los consejos y recomendaciones van desde separar y tirar la basura de forma adecuada, hasta evitar la tala de los árboles y disminuir contaminantes atmosféricos, entre muchas otras cosas. Pero me pregunto: ¿Estos cambios climáticos a nivel planeta harán que la Tierra sea insalvable? Me parece que tenemos una percepción equivocada o muy equivocada. Veamos.

De acuerdo con las investigaciones acerca de los cambios climáticos a lo largo de toda la vida del planeta, estamos en el tercer período más frío. La gran mayoría de las especies siempre han estado en climas más calurosos y de mayor humedad. Por otro lado, los registros acerca de las grandes catástrofes, incluyendo al meteorito impactado en Yucatán que acabó con los dinosaurios, indican que la Tierra siempre ha encontrado un nuevo equilibrio. La Tierra siempre se ha aliviado de cosas extremas, siempre ha dado origen a nuevas especies, independientemente de la magnitud del desastre. ¿Entonces de qué nos preocupamos? ¿Realmente nos interesa salvar a la Tierra cuando ella misma sin la ayuda del ser humano (que no existía) siempre ha ofrecido grandes maravillas de evolución?

Creo que no debemos engañarnos escudándonos y poniendo como pretexto a nuestro planeta. El planeta siempre estará bien con o sin la presencia de la raza humana. Lo que realmente estamos haciendo es protegernos a nosotros mismos de nuestra propia extinción. Estamos inmersos en una agonía que apenas hasta años recientes se le tomó un poco de atención.

Pero aún hay algo adicional. Si nos tocó estar presentes como especie en este tercer período más frío, no nos debería extrañar que por consecuencia el planeta inicie nuevamente un período de calentamiento (con o sin contaminación y efecto invernadero) que por características propias es inevitable. ¿Podemos hacer algo al respecto cuando el planeta casi siempre ha estado a una mayor temperatura? ¿Podemos hacer algo como especie para controlar la naturaleza de un planeta?

Más aún, se sabe perfectamente que el ser humano como especie no tiene garantizada su existencia, no tiene futuro, incluso ni siquiera figura como una especie que pueda adaptarse para evolucionar y convertirse en otra especie. ¿Entonces que estamos haciendo jugando a conservar el planeta? ¿Pérdida de tiempo (o pretexto para no anunciar nuestro propio fin)?

Solo quiero aclarar que el esfuerzo de preservar lo más estable posible a los ecosistemas y garantizar la disponibilidad de recursos naturales es por nuestro propio bien. Dependemos de ellos como especie. Este esfuerzo es en esencia para nosotros. ¿Ustedes que opinan?

¡ Nuestro sitlaltsitsimitl Tierra está y siempre estará bien !