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sábado, 9 de enero de 2016

El inicio de año, salud y disciplina

Un año más. O un año menos, según se quiera ver. Lo importante es que es un punto de referencia para indicar que podemos refrendar mil cosas. Sin embargo más del 80% de las cosas se quedan en los buenos deseos y nada más. Sí, simplemente deseos que como su nombre lo dice, son solo deseos pero no hechos tangibles. Como dicen por allí, las palabras se las lleva el viento. Pero más allá de si realmente son deseos o hechos cumplidos a lo largo del año, lo inevitable es que siempre pensamos en mejorar.

Personalmente considero que no es necesario establecer una lista interminable de deseos. Creo firmemente que lo único que debemos hacer es tener buena salud. ¿Simple? Sí, pero lo consecuente de tener una buena salud involucra entre muchas otras cosas, lo siguiente:
  • Hacer ejercicio
  • Comer sanamente
  • Tomar suficiente agua
  • Dormir lo necesario
¿Fácil? Sí, pero para todo esto se requiere disciplina y ese es el motor de lograr las cosas. Sin disciplina no tenemos nada, hacemos un verdadero relajo. De acuerdo con el diccionario RAE, la disciplina es la instrucción de una persona, es decir, su enseñanza y doctrina, así como ideas y conocimientos adecuadamente comunicados. ¿Qué? Ya empezamos con problemas (dirían casi todos). Así es, a la gran mayoría le cuesta un enorme trabajo la disciplina porque es una entrega diaria y a cada instante en conservar y preservar una doctrina de vida diaria. Pongamos un ejemplo: ¿prefieres refresco o agua simple los 365 días del año? Con eso basta. La respuesta está en tus manos.

Así, dado que nos vamos por lo fácil, la consecuencia es que no hay disciplina y sin ella entonces no podemos llegar a una buena salud. Y lo más interesante, sin salud no tenemos nada. Pero si eres de las personas que entran en la disciplina, entonces la salud está al alcance y por consecuencia, lo tendremos todo. Así es, toda esa lista interminable de deseos que seguramente año con año haces, es alcanzable si marcas una buena disciplina. El resultado será que puedes entonces lograrlo todo y sin una lista de deseos. Lo que tendrás es una lista de logros que al final del año te harán sentir el verdadero sentir y valor de la vida.

¿Quieres una lista de “buenos” deseos a inicio de año,
o una lista de logros al final del año?

sábado, 27 de marzo de 2010

Tic, tac, tic, tac,... ¿Hasta cuándo?

Si el universo se expande, el tiempo sigue su curso, ¿Y si ya no se expandiera? ¿Nos detendríamos? ¿Acaso axkankayotl sería derrotado o sería mucho más poderoso? Yo creo que pase lo que pase, axkankayotl estará por siempre.

No obstante, sin importar los sucesos del tiempo, aparecen los hoyos negros, aquellas cosas raras que consumen todo y no dejan nada. Tal parece que el famoso puente tiene uno de ellos... es terrible. La paciencia se acaba y la única alternativa es cruzar al precio que sea.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Pixkitl, luego entonces llega kuitlaxokotl

El trabajo diario, el esfuerzo que implica para que todo salga bien y sobre todo hacer las cosas bien a la primera, es una responsabilidad muy grande. Y si hablamos de la responsabilidad de facilitar el conocimiento para formar a otras personas, el compromiso es aún mayor.

En enero de este año tuve la oportunidad de formar a un grupo de jóvenes durante un semestre de propedéutico. Los afortunados en acreditarlo están cursando la maestría y desde finales de agosto nuevamente estoy compartiendo tiempo con ellos. Esto me permite dar continuidad a la formación previa y seguirlos adiestrando para que sean exitosos. Es la segunda vez que puedo darle continuidad a un grupo y cuyos cursos, por primera vez, son complementarios con una línea bien definida. Hace tres semanas los estudiantes hicieron presentaciones de trabajos que les dejé y los resultados fueron más que interesantes.

Al término de cada una de las presentaciones, la sesión de preguntas y dudas se convirtió en una sesión de defensa de puntos de vista, de cuestionamientos fuertes acerca del porqué y para qué de cada tema, de justificar con todo lo que conocen y destacando principalmente que ambas partes, la de la audiencia y la de los expositores, saben bastante del tema. Me sentí como en un congreso de expertos. Disfruté de ver la calidad de las exposiciones, de saber que ellos saben del tema, que cada estudiante aportó un granito de arena valioso, que han desarrollado un criterio, que pueden cuestionar y no se les puede engañar.

Mi esfuerzo valió la pena. Al estilo del séptimo arte, por primera vez pude contemplar “la versión del director” de mi propia dirección de película.

¡ Mauitsoa tlakamej !